Traga Bartomeu, manda Laporta

Un socio muy cualificado del Bar?a, ya exdirectivo, buen conocedor del club, reflexionaba ayer en un almuerzo en el que se le requer¨ªa su opini¨®n sobre qui¨¦n ganar¨¢ las elecciones del 18-J. ¡°Laporta es un seductor, un l¨ªder carism¨¢tico con el que est¨¢s de acuerdo en muchas cosas, seguramente la mayor¨ªa. No me importar¨ªa que fuera de nuevo el presidente; se puede decir que es mejor que Bartomeu. El problema es que yo no le dar¨ªa la llave de la caja¡±.

Laporta fue un muy buen presidente mientras deleg¨® y ejerci¨® el cargo de manera institucional, hasta que se vio obligado a mediar en el pulso Soriano-Rosell, y tom¨® partido por el vicepresidente econ¨®mico, seguramente porque el deportivo no se pod¨ªa ver con Cruyff. Laporta acabar¨ªa peleado tambi¨¦n con Soriano, cambi¨® de director general para no reparar en gastos y no hubo heredero que continuara su obra en los comicios 2010 ganados por Rosell.

La venganza de Rosell fue tan desmesurada que se volvi¨® en su contra cuando en la asamblea promovi¨® una acci¨®n de responsabilidad contra la junta de Laporta. El entonces presidente qued¨® retratado cuando remat¨® una buena exposici¨®n con una mala decisi¨®n: vot¨® en blanco y se lav¨® las manos, como siempre, utilizando a terceros. No se conform¨® con reprobar los n¨²meros sino que se ensa?¨® en el ajuste de cuentas, en propiciar la fractura social, en negar la obra de Laporta.

Rosell no ha salido desde entonces de los juzgados y ha resucitado al mejor Laporta: el l¨ªder carism¨¢tico del que se acuerda hasta Guardiola, defensor del club y del pa¨ªs

Rosell no ha salido desde entonces de los juzgados y ha resucitado al mejor Laporta: el l¨ªder carism¨¢tico del que se acuerda hasta Guardiola, defensor del club y del pa¨ªs, pr¨®ximo a los jugadores, desafiante con los poderes f¨¢cticos, y amable con las figuras emblem¨¢ticas como Abidal, presentado como secretario t¨¦cnico cuando pod¨ªa haber sido embajador o un trabajador cualificado del Bar?a. Agitador y populista, Laporta se permite muchas licencias, como las de reprender tambi¨¦n p¨²blicamente a un periodista o comparecer el lunes, como si no hubiera pasado nada, con personajes que evocan su ¨²ltima y discutida etapa de presidente: la del espionaje, negocios con Uzbekist¨¢n, moci¨®n de censura y del despilfarro simbolizado en el puro y el champ¨¢n de Luz de Gas. Nadie ha definido mejor la situaci¨®n de Laporta que Sergi P¨¤mies: ¡°Cuando con gran acierto el candidato avisa que la mayor¨ªa ya conocemos sus defectos, apela a los valores de la franqueza y la indulgencia retrospectiva¡±.

El discurso de Laporta es arrebatador ante el silencio de Bartomeu, que act¨²a siempre como si no supiera ni hubiera hecho nunca nada, raz¨®n de m¨¢s para sospechar que el triplete tampoco es cosa suya y que si necesita seguir con Qatar es para acabar de pagar la ficha de Neymar. Bartomeu act¨²a por omisi¨®n y su paciencia es tanta que hoy aspira a que Laporta se meta un gol en propia puerta despu¨¦s del fracaso del acusador Rosell. Y puede que le salga igual de bien. A Bartomeu, al fin y al cabo, no le importa que se diga que Laporta ser¨ªa un gran presidente y que el equipo y el club est¨¢n en manos de Messi mientras los socios le conf¨ªen la llave de la caja.