De Palma a Assen en furgoneta para sufrir con Jorge Lorenzo
As¨ª vive el Mundial Maria Guerrero, madre del piloto, tras conducir 1.700 kil¨®metros para llegar a Holanda
Mar¨ªa Guerrero sufre. Como si la llevara su hijo, Jorge Lorenzo, de paquete en su Yamaha. Sufre en cada curva, al verle tocar el asfalto con la rodilla, con el codo ¨C¡°?Y hasta con el hombro!¡±, exclama, alucinada¨C; sufre en cada cambio de direcci¨®n, con las ca¨ªdas y cuando busca la pole. Cualquiera dir¨ªa que lleva vi¨¦ndole pilotar desde los tres a?os. ¡°Era tan peque?ito que su padre tuvo que hacerle un chasis a medida¡±, recuerda. Tener un campe¨®n del mundo en casa no le ha hecho acostumbrarse a esos nervios que siente en cuanto se abre el pit lane. As¨ª que se fuma un cigarrito antes de cada sesi¨®n. Y gesticula (mucho) cuando explica, mientras sigue la sesi¨®n por la tele ¨Cnunca la ve en el box, ¡°demasiada tensi¨®n¡±, ni en la pista, ¡°porque ah¨ª sientes la velocidad¡±¨C que a su hijo no le van bien esos neum¨¢ticos que Bridgestone ha decidido traer?este fin de semana a Assen, donde se celebra el gran premio de Holanda y Lorenzo saldr¨¢ desde la octava posici¨®n: ¡°?l pasa mucho tiempo inclinado, ?sabes? Y con estos neum¨¢ticos no se siente c¨®modo¡±. Eso s¨ª, matiza, lo que tiene es ritmo, ¡°porque ha vuelto a su estilo, fino, a como hab¨ªa pilotado siempre¡±.
En Mugello estuve toda la carrera con los o¨ªdos tapados, por megafon¨ªa se o¨ªa todo y yo me altero mucho¡± Maria Guerrero, madre de Jorge Lorenzo
Le encantan las motos, aunque nunca sigue la prueba en directo. ¡°En Mugello estuve 45 minutos a las puertas de la caravana de Jorge y con los o¨ªdos tapados, porque por megafon¨ªa se o¨ªa todo y yo me altero mucho¡±, concede. S¨®lo ve las carreras cuando ya sabe el resultado.
Mar¨ªa (Palma de Mallorca, 50 a?os) no es una extra?a en el paddock, pero hasta ahora s¨®lo hab¨ªa estado en los circuitos espa?oles. ¡°Hace unos meses me dije que iba a ir a todas las carreras que pudiera, quer¨ªa conocer los circuitos de Europa¡±, dice, risue?a. Los suyos no son desplazamientos al uso. Para llegar a Assen s¨®lo ha tomado un avi¨®n: el que le llev¨® de Palma a Barcelona, donde aguardaba su furgoneta, una Mercedes Vito que compr¨® el a?o pasado, que ha decorado con gusto y mimo, y en la que ha dormido desde el mi¨¦rcoles.
Se ha recorrido, sola y del tir¨®n, unos 1.700 kil¨®metros ¨C¡°Me par¨® la polic¨ªa en Luxemburgo pasada la medianoche, ?qu¨¦ susto!¨C y le quedan, como m¨ªnimo ¨Cno se ir¨¢ de Holanda sin pasar antes por ?msterdam¨C, otros 500 hasta Sachsenring, su pr¨®ximo destino. All¨ª se celebra el siguiente gran premio y cambiar¨¢ la Vito por una habitaci¨®n en casa de unos fans de Lorenzo que conoci¨® hace un a?o. As¨ª es como est¨¢ viviendo este Mundial la madre del campe¨®n del mundo desde el gran premio de Espa?a en Jerez, donde curiosamente su hijo empez¨® a ganar ¨Cha encadenado cuatro victorias consecutivas¨C y, cuando inici¨® su aventura en furgoneta ¨Cla misma furgoneta que utiliza para explorar las calas de Mallorca en verano¨C. S¨®lo ha fallado en Le Mans. Y no asistir¨¢ a Brno, pero estar¨¢ en Alca?iz y probablemente tambi¨¦n en Misano.
A Mar¨ªa no le da tiempo a aburrirse cuando acaba la actividad en la pista porque no para. El jueves se fue de excursi¨®n en bicicleta hasta el centro de Assen y cuando volvi¨® hizo tortilla de patatas con cebolla para todo el equipo en el hospitality de Yamaha. Est¨¢ en el circuito por su hijo, pero evita distraerle: ¡°Quiero que siga con su rutina y sus cosas. Desayuno con ¨¦l y le doy los buenos d¨ªas, luego le veo un ratito por la tarde y por la noche cenamos. Le veo bien, muy tranquilo. Y creo que le ayuda que est¨¦ por aqu¨ª, aunque ¨¦l no lo demuestra. Yo, cada vez que me despido, le doy un beso en la mejilla y le digo: conf¨ªa en ti¡±.
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