Los lunares de Teklehaimanot, el orgullo de ?frica
El ciclista eritreo es el nuevo l¨ªder provisional de la monta?a en la ronda francesa
Daniel Teklehaimanot, un africano de Eritrea alto y muy delgado, ya est¨¢ acostumbrado a lucir maillots de lunares, los colores que se?alan en las carreras organizadas por el Tour al l¨ªder de la monta?a, pues se pas¨® una semana as¨ª vestido en el pasado Dauphin¨¦, donde se coron¨® rey. Pero no es lo mismo, claro, que vestirlo en el Tour, aunque solo sea por infiltrarse en una fuga y pasar primero por las tres cuestas puntuables de cuarta categor¨ªa. Por un punto de diferencia, Teklehaimanot, junto a su compatriota Kudus, los primeros africanos negros que corren el Tour (y formando parte de un equipo africano, de Sud¨¢frica, adem¨¢s), desposey¨® del liderato de la monta?a a Purito y subi¨® feliz al podio a recibir su jersey, lo que celebr¨® como se merece. ¡°Es un d¨ªa hist¨®rico para ?frica¡±, dijo el ciclista eritreo, de 26 a?os. ¡°Estoy orgulloso de ser africano, de ser ciclista, de ser eritreo¡±.
Eritrea, entre Etiop¨ªa y el mar Rojo, es el gran pa¨ªs ciclista de ?frica debido a su historia: el pa¨ªs fue colonia de Italia, el pa¨ªs en el que el ciclismo es una religi¨®n, desde finales del siglo XIX hasta el fin del fascismo en la Segunda Guerra Mundial. Tras la guerra fue anexionado por la vecina Etiop¨ªa y solo tras una larga guerra de guerrillas consigui¨® su independencia en 1993. Las victorias de Teklehaimanot, un h¨¦roe para el pueblo eritreo, permiten conocer su lucha por la libertad y su pasado orgulloso, pero, desgraciadamente para el r¨¦gimen del presidente Issayas Afewerki, guerrillero que se convirti¨® en m¨¢ximo mandatario con la independencia, tambi¨¦n permiten conocer parte de las miserias generadas por la dictadura en un pa¨ªs del que cada mes, seg¨²n un informe de la ONU, huyen clandestinamente 5.000 personas en interminable di¨¢spora.
De ello, Teklehaimanot, que disputa el t¨ªtulo de mejor deportista eritreo al atleta Zersenay Tadesse, r¨¦cordman mundial de medio marat¨®n, prefiere no hablar en su vacilante ingl¨¦s, no en vano ha sufrido durante su carrera problemas con el visado para competir en el extranjero y el ¨²ltimo a?o ya, cansado de pelear, ha aceptado convertirse en uno de los s¨ªmbolos del poder.
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