Ben¨ªtez descubre que Bale no es mediapunta
El primer experimento del Madrid en pretemporada acaba con empate a cero y derrota en los penaltis ante la Roma
Rafa Ben¨ªtez descubri¨® que Gareth Bale no es mediapunta. Sucedi¨® en Australia, en Melbourne, donde el Madrid cay¨® en los penaltis despu¨¦s de empatar sin goles ante la Roma. El primer partido amistoso de la pretemporada servir¨¢ al nuevo entrenador madridista para verificar los problemas que debe resolver hasta que comience el curso oficial en El Molin¨®n, dentro de un mes. No son pocas las tareas que afronta el t¨¦cnico llamado a mejorar al equipo que conquist¨® la D¨¦cima. El primer dilema es el esquema t¨¢ctico. El 4-2-3-1, sello distintivo del cat¨¢logo de Ben¨ªtez, da s¨ªntomas de ser impracticable con esta plantilla. Mucho menos con Bale ejerciendo de enganche.
REAL MADRID, 0 - ROMA, 0
Real Madrid: Keylor Navas; Carvajal (Danilo, min. 69), Sergio Ramos (Nacho, min. 46), Varane (Pepe, min. 46), Marcelo (Arbeloa, min. 46); Modric (Lucas Silva, min. 46), Illarramendi (Kroos, min. 46); Odegaard (Isco, min. 46), Bale (Lucas V¨¢zquez, min. 55), Cristiano (Cherysev, min. 46); y Jes¨¦ (Benzema, min. 46).
Roma: De Sanctis; Maicon, Cast¨¢n, Mapou, Ashley Cole; U?an, De Rossi, Nainggolan; Iago Falque, Totti y Gervinho. Tambi¨¦n jugaron: Florenzi, Manolas, Torosidis, Pjanic, Keita, Paredes, Iturbe, Doumbia, Capradosi, Ljajic, Destro.
Penaltis: 1-0: Danilo; 1-1: Pjanic; 2-1: Kroos; 2-2: Ljajic; 3-2: Lucas Silva; 3-3: Destro; 4-3: Isco; 4-4: Florenzi; 5-4: Benzema; 5-5: Iturbe; 6-5: Nacho; 6-6: Paredes; 6-6: Falla Lucas V¨¢zquez; 6-7: Keita.
?rbitro: Mark Clattenburg (Inglaterra).
90.000 asistentes en el Melbourne Cricket Ground.
"Solo llevamos cinco d¨ªas de trabajo", se disculp¨® el entrenador. "Hay que hacer ajustes".
Ya se sabe, las pretemporadas inducen al juicio apresurado. Las piernas cargadas y la exploraci¨®n de nuevas f¨®rmulas distorsionan la visi¨®n del futuro. Pero los hechos no son discutibles. Es un hecho que f¨ªsicamente, la Roma se encuentra en el mismo punto desajustado que el Madrid. Otro hecho es que por calidad individual, la n¨®mina del equipo italiano est¨¢ dos escalones por debajo. En el contraste del encuentro tambi¨¦n fue innegable que la Roma control¨® m¨¢s el bal¨®n, destac¨® por un mayor sentido del orden y dispuso de m¨¢s ocasiones claras que su adversario. Tres disparos debi¨® sacar Keylor bajo los palos en la primera parte. Su hom¨®logo, Morgan de Sanctis, se march¨® al vestuario con el uniforme inmaculado en el entretiempo.
De Sanctis casi se va del partido sin hacer una parada. La hizo al final de la noche, cuando Lucas V¨¢zquez concluy¨® una combinaci¨®n de Isco y Benzema. Fueron los mejores momentos del Madrid y coincidieron con la ¨²ltima media hora. Sin Cristiano ni Bale en el campo. Cuando Ben¨ªtez equilibr¨® al equipo con Kroos gobernando en el eje, y con V¨¢zquez en la banda derecha y Cheryshev en la izquierda. Dos futbolistas, los extremos, a los que el club no considera fundamentales. Dos hombres perfectos para la idea del 4-2-3-1 de Ben¨ªtez, pero, en la pr¨¢ctica, llamados a ser suplentes, o a ir cedidos, para dejar sitio a James o Isco.
La plantilla carece de jugadores apropiados para lucir el 4-2-3-1 que pretende el t¨¦cnico
La fr¨ªa velada de Melbourne servir¨¢ a Ben¨ªtez para extraer conclusiones valiosas. A la cabeza de las ponderaciones aflora una evidencia. Este Madrid carece del material con que se fabrica el 4-2-3-1. Primero, porque no tiene centrocampistas con el oficio necesario para conformar un doble pivote, porque ni Kroos, ni Modric, ni Illarra se han graduado en esa asignatura. Segundo, porque los atacantes m¨¢s importantes son de tal naturaleza que se distraen sin el bal¨®n y acaban por descolocarse hasta partir al equipo en un 4-2-4. La secuencia num¨¦rica equivalente al horror t¨¢ctico. Algo que los entrenadores escrupulosos como Ben¨ªtez no pueden soportar sin gran preocupaci¨®n.
El periplo de Australia ilustrar¨¢ a Ben¨ªtez en otra realidad, no menos alarmante. Carlo Ancelotti, su predecesor, no era un necio cuando se negaba a situar a Bale en la mediapunta. El jugador gal¨¦s hizo un pobre partido frente a la Roma. Ya le costaba encontrar espacios en la banda derecha y el traslado al centro del ataque fue como si le encerraran en una caja fuerte. Instalado entre los pivotes y los centrales rivales, sus prestaciones se limitaron al m¨ªnimo. El hombre cay¨® en el embudo de De Rossi porque solo sabe correr hacia adelante. Ignor¨® los movimientos laterales y no acert¨® a volver sobre sus pasos. Por m¨¢s que intent¨® levantar la mirada acab¨® por exponer su naturaleza impulsiva. Atribulado para buscar espacios lo mismo que l¨ªneas de pase, los defensas contrarios le adivinaron cada intenci¨®n. La referencia de Jes¨¦ en punta tampoco le ayud¨®. Bale no consigui¨® darle continuidad al juego y solo remat¨® una vez, de cabeza, a la salida de un c¨®rner: se le fue alto.
Bale acab¨® traslad¨¢ndose ¨¦l solo a la derecha en busca de prados verdes por donde acelerar antes de ser sustituido, tras el descanso. Disput¨®, eso s¨ª, m¨¢s minutos que nadie, se?al de la reverencia que le profesa el cuerpo t¨¦cnico y la directiva.
El gal¨¦s sigui¨® en el campo cuando Cristiano ya se hab¨ªa retirado, serio y exhausto. A Cristiano le pes¨® el esfuerzo por adaptarse a las novedades. Sin la referencia de Benzema ni James, sus mejores socios, al portugu¨¦s le cost¨® tirar desmarques. No profundiz¨®. Lo mismo puede decirse de Odegaard, futbolista refinado que s¨ª se encontrar¨ªa m¨¢s c¨®modo por detr¨¢s del punta, y que, en la banda, se vio lejos de la zona donde puede ser influyente.
Ben¨ªtez no se aburrir¨¢ en los pr¨®ximos d¨ªas ni le faltar¨¢n ocasiones de retocar el mecano. Al Madrid le esperan el Manchester City, el pr¨®ximo viernes en Melbourne; el Inter en Guangzhou, el lunes 27; el Milan en Shanghai, el jueves 30; el Tottenham, el 4 de agosto; y el ganador del Bayern-Milan el 5 de agosto en el marco de la Audi Cup, en M¨²nich.
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