Ben¨ªtez, en tierra extra?a
El t¨¦cnico del Madrid debe adaptar su liderazgo y sistema t¨¢ctico a un grupo que se parece muy poco a sus anteriores plantillas
La ola de calor abrasaba la capital. Pero lo primero que detect¨® Rafa Ben¨ªtez durante sus d¨ªas de trabajo preliminar con los jugadores del Real Madrid fue una especie de fr¨ªo. Antes de subirse al avi¨®n que traslad¨® a la expedici¨®n a Australia, la semana pasada, se lo confes¨® a un colaborador. Los muchachos, dijo, parec¨ªan apagados, como si les faltase energ¨ªa. El fr¨¢gil estado emocional de la tropa a?ad¨ªa dificultad a la tarea de adaptar su particular esquema t¨¢ctico de 4-2-3-1 a un equipo que no fue construido para jugar seg¨²n este modelo. Un esquema que, por otra parte, tampoco le funcion¨® en sus dos a?os en el N¨¢poles, como destaca el informe que sobre el entrenador madrile?o elabor¨® la secretar¨ªa t¨¦cnica del club.
Ben¨ªtez advirti¨® que ve¨ªa a los jugadores desencantados pero no le pareci¨® que ¨¦l fuera la causa. As¨ª lo destacan los empleados del club consultados por este peri¨®dico, que observaron otro detalle curioso. A lo largo de la historia del club, a menos hasta donde alcanza la memoria de los auxiliares de Valdebebas, antes de presentarse al grupo el t¨¦cnico entrante siempre llam¨® a la figura del equipo para empezar el trabajo. Desde Molowny a Ancelotti, pasando por Boskov, Beenhakker, Toshack, Valdano, Del Bosque o Mourinho, en los ¨²ltimos cincuenta a?os lo primero que hicieron los t¨¦cnicos cuando ficharon fue ponerse en contacto con el futbolista m¨¢s importante para ofrecerle su ayuda y pedirle opini¨®n sobre la mejor manera de afrontar la preparaci¨®n. Era una formalidad. Un protocolo encaminado a manifestar respeto a los hombres de referencia. Un detalle que Ben¨ªtez no reserv¨® a Cristiano.
L¨ªderes como Pirri, Juanito, Butrague?o, Hugo, Ra¨²l, Zidane o Cristiano gozaron de esa consideraci¨®n. Hasta ahora. A pesar de que en el vestuario Cristiano es la figura indiscutida, Ben¨ªtez no le llam¨® en primer lugar. Esto gener¨® incertidumbre en varios de los futbolistas m¨¢s importantes. Cristiano y Ramos, seg¨²n fuentes del la comitiva, piensan que el nuevo entrenador da prioridad a Bale cumpliendo con una estrategia del club. Mientras tanto, el t¨¦cnico intenta agradar a sus subalternos con piropos. ¡°Cristiano es el mejor del mundo¡±, dijo. ¡°Ramos es fundamental para nosotros¡±, insisti¨®.
No solo su perfil como motivador, eso que ahora se llama gesti¨®n de personal, resulta infrecuente para la plantilla del Madrid. El trabajo t¨¢ctico, el adiestramiento enderezado a que los jugadores incorporen su idea de c¨®mo debe comportarse el equipo, requiere m¨¢s esfuerzos de lo habitual. Como se?ala un componente de la expedici¨®n, Ben¨ªtez debe trabajar con futbolistas que no se ajustan de forma espont¨¢nea a las caracter¨ªsticas que ¨¦l demand¨® en el Valencia, el Liverpool o el N¨¢poles.
V¨ªdeo | "Ramos se queda al 100%"
La secretar¨ªa t¨¦cnica del Madrid lo advirti¨® en un informe que remiti¨® a la directiva en mayo. El sistema de Ben¨ªtez, basado en un doble pivote insertado en un 4-2-3-1, tuvo gran ¨¦xito a comienzos de siglo. Pero desde entonces hab¨ªan surgido m¨®dulos que lo contrarrestaban exponiendo su rigidez. Planteamientos ante los que Ben¨ªtez hab¨ªa respondido liberando a uno de los pivotes y alentando las subidas de los laterales, pero sin demasiado ¨¦xito. La clave del problema, seg¨²n los observadores del club, es que Ben¨ªtez no acert¨® en la elecci¨®n del pivote al que asign¨® las funciones m¨¢s ofensivas.
Una de las medidas m¨¢s determinantes de Ben¨ªtez cuando lleg¨® al N¨¢poles fue elegir a Inler, Behrami y Dzemaili para que jugaran en la zona de los pivotes. ¡°Dar¨¢n equilibrio al equipo¡±, anunci¨®. A los pocos meses result¨® evidente que eran tres jugadores demasiado toscos para conferir al conjunto la flexibilidad que pretend¨ªa. As¨ª lo reconoci¨® Ben¨ªtez, tras su desencuentro p¨²blico con Berhami. El presidente del club italiano, Aurelio de Laurentis, tambi¨¦n se?al¨® que el d¨¦ficit principal en el juego resid¨ªa en los mediocentros.
Las respuestas de Ben¨ªtez al problema resultaron poco fruct¨ªferas. Los fichajes de su segunda temporada, Gargano y David L¨®pez, no se adaptaron al doble pivote. Inler, el elegido para llegar al ¨¢rea contraria, hizo menos por darle fluidez a los ataques que por bloquearlos. El adelantamiento de Adriano Henrique, un central brasile?o, para que ejerciera de mediocentro, se pareci¨® mucho a una decisi¨®n desesperada. Lo mismo que situar a Hamsik como pivote descolgado. El checo no solo acab¨® enfrentado al entrenador. Fue la ¨²ltima pieza en romper el orden del N¨¢poles, que se deshizo en dos direcciones: los ataques resultaron torpes y la defensa se hizo m¨¢s vulnerable que nunca. El N¨¢poles recibi¨® 54 goles en el campeonato. Una de las medias de goles en contra m¨¢s altas de Italia.
Los expertos de la secretar¨ªa t¨¦cnica del Madrid explican el origen de la debilidad del N¨¢poles en la incapacidad de los mediocentros para determinar cu¨¢ndo atacar y cu¨¢ndo permanecer en su posici¨®n, cu¨¢ndo salir y cu¨¢ndo quedarse. Sobre esas funciones trabaja Ben¨ªtez con Kroos, Modric, Illarra, Lucas y Casemiro. Son los pivotes que le ha ofrecido el Madrid y, salvo Casemiro, tienen muy poco que ver con el tipo de centrocampista que escogi¨® en sus anteriores experiencias.
Las labores de Rafa Ben¨ªtez en Australia son arduas. Ante s¨ª tiene una plantilla hecha que no se parece en nada a las plantillas que ¨¦l mismo form¨® en otros clubes. El hombre se adentra en lo desconocido.
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