El Real Madrid respira con Keylor Navas

El Granada puso el ¨¢nimo y el f¨²tbol. El Madrid, de sesteo, el gol. Tambi¨¦n hizo diana el equipo visitante, pero un asistente afin¨® tanto que fue ¨¦l quien se qued¨® en fuera de juego, para desasosiego granadino. El ojo cl¨ªnico tampoco funcion¨® en el tanto de Benzema, con Isco, autor del pase, en posici¨®n antirreglamentaria por un hombro. Cosas del f¨²tbol y su desapego tecnol¨®gico, a merced de la retina humana. Te dan, te quitan... Cuesti¨®n de d¨ªas. En el Bernab¨¦u, al Granada, crecido ante un Madrid rampl¨®n, le sali¨® cruz.

Antes del tanto mal anulado a El Arabi, cuando a¨²n no hab¨ªa marcado Benzema, el grupo de Sandoval ya era una seria amenaza, como lo fue toda la tarde. Nada que ver con ese Granada de abril, cuando se fue a la lona con estr¨¦pito tras un 9-1. En esta ocasi¨®n, mereci¨® una porci¨®n de gloria. Pero no son pocos los equipos que brillan sin ¨¦xito en Chamart¨ªn, donde es f¨¢cil caer por inercia con medio gancho. Para estos equipos traseros del pelot¨®n, un gol es oro puro, y no digamos ante los grandes. En Madrid, fue lo ¨²nico que le falt¨® al cuadro andaluz, primero frustrado por un linier y luego por Keylor Navas, un gato en varios lances a solas con El Arabi y Success.

De calurosa sobremesa, el Madrid estuvo amodorrado. Impreciso en la salida del juego, con su inopinado rival con la presi¨®n alta, tedioso en el tr¨¢nsito y previsible en la b¨²squeda de la porter¨ªa de Andr¨¦s. Ausentes James y Bale ¡ªcomo Ramos y Danilo¡ª, Rafa Ben¨ªtez envid¨® con Lucas V¨¢zquez como volante por la derecha, con Isco en la otra orilla. Del primero no hubo planos y del malague?o, enredado m¨¢s de la cuenta, migajas hasta el servicio goleador a Benzema. A los interiores no les beneficia la rigidez del sistema con los laterales, que apenas ventilan, demasiado acuartelados aunque el contrario no sea de alto rango. Lo mismo ocurre en el eje, donde Kroos y Modric circulan mucho tiempo en paralelo, de sost¨¦n, poco proclives al desenganche, a escalonarse en ataque.

Un Granada crecido

Estricto el Madrid, m¨¢s austero que jovial, el Granada se creci¨®. Actu¨® siempre con mucho criterio, con M¨¢rquez y Khrin como gobernantes, como dos relojes a la hora de jugar hacia las bandas, donde Success dio la lata a Marcelo, o enfilar a El Arabi, un polvorilla entre Pepe y Varane. Lo suficiente para incomodar a su imponente adversario. Cuando el Madrid logr¨® activarse en ataque, m¨¢s por cuenta individual que gregaria, se top¨® con Andr¨¦s, tan l¨²cido con los pies como algo tirit¨®n con las manos. Tan eficaz con las botas ante un reto con Cristiano y Modric, como antes lo estuvo Marcelo para limpiar en la raya, y con la pierna derecha, un previsible gol visitante. Luego irrumpi¨® Keylor, valiente y decidido en un duelo esgrimista con Success. El reparto de oportunidades no era producto del juego. Ese era asunto granadino. A equipos como el Madrid les basta con un parpadeo para generar ocasiones hasta en d¨ªas de barbecho.

Con el paso de tiempo poco cambi¨® en el devenir del encuentro, salvo que el Granada, ya en el segundo acto, intent¨® de entrada anestesiar algo m¨¢s el juego. Incluso as¨ª, El Arabi, con un taconazo sublime, de nuevo abri¨® la puerta de par en par al nigeriano Success, que ante la sombra de Keylor, pic¨® el bal¨®n con el juanete. La mejor respuesta local lleg¨® con Modric, que afloj¨® los grilletes, y asumi¨® el papel de hilo conductor, tecla con la que no daba Isco cuando centraba su posici¨®n. Al Madrid todo le costaba, incluso administrar el ritmo del encuentro. Hasta que precisamente Isco, en fuera de juego por un pelo ¡ªmucho m¨¢s dif¨ªcil de adivinar que la correcci¨®n de El Arabi por varios cent¨ªmetros¡ª, templ¨® un pase al ¨¢rea, donde solo hab¨ªa huellas de Benzema. El franc¨¦s, acorralado entre unos cuantos centinelas despistados, cabece¨® a unos palmos del portero Andr¨¦s.

En ventaja, a¨²n no respir¨® tranquilo el grupo madridista, con Cristiano desafinado ante el gol y demasiado ajetreo por todas las zonas del campo. El Madrid todav¨ªa precis¨® de Keylor, otra vez agigantado en un mano a mano, esta vez ante El Arabi. El costarricense ya encadena cinco citas consecutivas, cuatro de Liga y una de Champions, sin encajar un gol. Con Navas, el club ha encontrado una tregua en la porter¨ªa. Ante un encomiable Granada y en una jornada en la que el Madrid jug¨® con fuego, Keylor result¨® capital.