El Celta golea al Barcelona
El equipo de Berizzo somete y golea a los azulgrana con una monumental lecci¨®n futbol¨ªstica
A veces los resultados ayudan a ver aquello que para muchos resulta invisible. A veces la distancia, esa periferia a la que no apuntan del todo los focos, no ayuda a que se perciban monumentos futbol¨ªsticos como los que levanta el Celta desde hace unos meses. Algo importante se erige en Vigo, donde hay un equipo que con el presupuesto de un modesto juega como un grande. Y eso trasciende del marcador. Claro, a veces hay que mirarlo: el Celta le meti¨® cuatro al tricampe¨®n de la campa?a pasada y aspirante a levantar cinco copas antes de fin de a?o. Le sopl¨® la pelota al equipo que se ha adue?ado de ella durante la ¨²ltima d¨¦cada, propici¨® su error y le gole¨® con prestancia, exhibi¨¦ndose.
CELTA, 4 ¨C BARCELONA, 1
Celta: Sergio ?lvarez; Hugo Mallo, Sergi G¨®mez, Cabral, Jonny; Augusto, Radoja (Pablo Hern¨¢ndez, m. 76), Wass; Orellana, Aspas (Guidetti, m. 78) y Nolito. No utilizados: N¨¦stor; Font¨¤s, Bongonda, Madinda y Planas.
Barcelona: Ter Stegen; Alves, Piqu¨¦, Mascherano, Mathieu; Sergi Roberto (Munir, m. 58), Busquets (Rakitic, m. 66), Iniesta; Messi, Luis Su¨¢rez y Neymar. No utilizados: Masip; Douglas, Bartra, Adriano y Gumbau.
Goles: 1-0. M. 26. Nolito. 2-0. M. 30. Aspas. 3-0. M. 56. Aspas. 3-1. M. 80. Neymar. 4-1. M. 83. Guidetti.
?rbitro: Undiano Mallenco. Amonest¨® a Busquets, Hugo Mallo.
Bala¨ªdos. Unos 25.000 espectadores.
El primer problema para el Barcelona consisti¨® en poner el bal¨®n en juego. No es la primera vez ni ser¨¢ la ¨²ltima que un rival acude a apretarle a su propio terreno y se le conocen herramientas y recursos adecuados para eludir esa presi¨®n. No para esquivar la estrategia que dise?a Berizzo, que ya le quebr¨® la temporada pasada durante bastantes minutos en los dos partidos que disputaron y volvi¨® a hacerle pasar un calvario. El Celta convirti¨® la salida de la pelota de su oponente en un jerogl¨ªfico. De inicio la perdi¨® el Barcelona y eso ya es en si una noticia. Se ajust¨® para conseguir as¨ª que sus mejores hombres, el tridente de marras, tuviese recibiese algo de flujo, pero no encontr¨® el confort porque la zaga del Celta encontr¨® una respuesta efectiva. Los pases llegaban largos y rasos, pero al pie y el argumento para contrarrestarlos fue la anticipaci¨®n. Sergi G¨®mez, un canterano del Bar?a habitual suplente y ayer titular por lesi¨®n de Font¨¤s, estuvo imperial en esa faena.
Con todo, haber saltado varios escalones en el campo y llevar el juego cerca del ¨¢rea de su rival alivi¨® al Barcelona, que hab¨ªa comenzado absolutamente sometido. El d¨ªa que consiga futbolistas que corran los noventa minutos como en los primeros noventa segundos nadie le ganar¨¢ un partido a un equipo adiestrado por Berizzo, un artista de la pizarra. Sali¨® a todo trapo el Celta, pero en cuanto el Barcelona atin¨® a gestionar el bal¨®n le dej¨® dos avisos que solvent¨® el meta Sergio ?lvarez primero ante Messi, luego ante Neymar. Nada estaba escrito, nada hab¨ªa virado porque cuando el Celta pareci¨® bajar el ritmo ofensivo y el Barcelona incrementar el suyo llegaron dos estocadas celestes. O celestiales. Dos excelsas definiciones, tambi¨¦n dos errores, el primero de Alves, que le dio todo el tiempo del mundo al Nolito para armar el remate, y de Piqu¨¦, que perdi¨® la pelota en medio campo encimado por el gaditano y Aspas para dejar a este ante Ter Stegen.
Los goles fueron may¨²sculos. Nolito coloc¨® la pelota en la escuadra, Aspas, que hab¨ªa comenzado fall¨®n, demostr¨® car¨¢cter al solventar con una vaselina. Da?ado por dos golpes tan colosales como consecutivos, el Barcelona cambi¨® la supervivencia por la escalada. Se junt¨® el Celta, justo de aliento, para encontrar el descanso. El partido ya era otro diferente al de tres cuartos de hora atr¨¢s y el plan de Berizzo consisti¨® en seguir exigiendo en la presi¨®n, pero unos metros m¨¢s atr¨¢s para no correr el riesgo de dejar latifundios ante su zaga. As¨ª que sus chicos se apretaron a realizar una segunda interpretaci¨®n del partido mientras los de Luis Enrique buscaban los papeles de su partitura. O a sus tenores.
Al Barcelona le toc¨® crecer desde la individualidad, no tanto con el colectivo. Rompi¨® Neymar con una conducci¨®n a la zaga celeste y mostr¨® una primera debilidad que culmin¨® con un disparo de Messi al palo. La tuvo el Barcelona como en la primera parte y como entonces, de inmediato, le volvieron a tocar en todo el ment¨®n. Lo hizo de nuevo el sin par Aspas, maravilloso para activarse en una contra con una punterita, presentarse otra vez ante Ter Stegen y batirle. Se revolvi¨® el Barcelona, que pudo encajar m¨¢s. Busc¨® la enmienda con codicia y orgullo. Pero incluso ah¨ª encontr¨® la respuesta final de Sergio ?lvarez, un guardameta excepcional. Y cuando, al fin, pudo marcar Neymar para abrir un hilo de esperanza ante el cansancio del Celta lleg¨® el ¨²ltimo bofet¨®n de Guidetti.
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