El dolor de Messi hiela al Camp Nou

El Bar?a ha sobrevivido hist¨®ricamente a las peores calamidades, incluso sin mediar t¨ªtulos, tiempos de carest¨ªa que acabaron con Cruyff. Alcanzado Wembley, pas¨® de resistir a conquistar, a seducir en Par¨ªs con Ronaldinho, hasta que compareci¨® Messi y empez¨® a gobernar desde Roma y Londres. Nada es imposible con Leo Messi. La vida sin el 10 por el contrario acostumbra a ser un calvario, y el argentino estar¨¢ de siete a ocho semanas ausente por la rotura del ligamento colateral interno de la rodilla izquierda que sufri¨® nada m¨¢s comenzar el partido con Las Palmas.

El ejercicio de supervivencia barcelonista adquiere un tono dram¨¢tico sin Messi. Ha resistido el equipo como ha podido a una gira americana, a un rosario de lesiones, a la sanci¨®n de la FIFA, a controvertidas decisiones arbitrales y a errores desacostumbrados como el de fallar tres de los cuatro penaltis tirados en la Liga. Una plaga de fatalidades ha ca¨ªdo sobre el equipo del triplete y del tridente, desde ahora privado tambi¨¦n del 10. El impacto de la lesi¨®n fue tan monumental que ahora mismo parece una heroicidad competir y no perder comba sin Messi.

El Camp Nou se qued¨® aturdido y al equipo se le vio fr¨ªo y desvencijado, muy desconcertado, melanc¨®lico como el oto?o reci¨¦n iniciado, solo redimido por Luis Su¨¢rez. Ning¨²n jugador como el charr¨²a, acostumbrado a la escasez, a las penurias y a los partidos ¨¢speros, para combatir la ausencia de Messi. A Luis Enrique se le acaba la munici¨®n sin Messi y sin Pedro, de manera que no tendr¨¢ m¨¢s remedio que encomendarse a Munir y a Sandro, y fiarse de Neymar y Su¨¢rez, decisivo en la mayor¨ªa de las victorias m¨ªnimas, como ante Las Palmas o la de San Mam¨¦s.

A juzgar por la alineaci¨®n, ya condicionada por las lesiones y las rotaciones, el Bar?a ten¨ªa muy interiorizada la debilidad mostrada hasta ahora en las ¨¢reas, especialmente manifiesta en Vigo. Luis Enrique apost¨® por juntar defensas y delanteros en un once sin apenas centrocampistas, como si le importaran m¨¢s los goles a favor y en contra que el juego ante un rival que defendi¨® con cinco zagueros como el Levante. As¨ª, qued¨® parado de nuevo un equipo extra?o, sin Iniesta y con Busquets en la posici¨®n de 10, mientras que como medio centro ejerc¨ªa Mascherano. Nadie es imprescindible en cualquier caso a excepci¨®n de Messi.

La hinchada, a fin de cuentas, ten¨ªa la mirada puesta en las porter¨ªas, la de Ter Stegen, portada de los diarios desde que toma goles de cuatro en cuatro, y sobre todo en la de Javi Varas. Hasta que se lesion¨® Messi. No hab¨ªan pasado ni tres minutos y el argentino qued¨® tendido cerca de la l¨ªnea de gol despu¨¦s de atacar un bal¨®n defendido por Bigas. Aunque la grada comenz¨® a corear el nombre del argentino, quiz¨¢ porque quien canta el mal espanta, el 10 no se repuso ni cuando el doctor levant¨® el pulgar, gesto que aparentemente invitaba a la tranquilidad del Camp Nou. No hay vida posible en el Bar?a sin Leo.

Messi se levant¨®, puso sus manos sobre la rodilla izquierda, comenz¨® a caminar, pidi¨® la pelota y la devolvi¨® para que se la volvieran a pasar y se tir¨® al suelo, lastimado, rendido y abatido, presa de una mueca de dolor contagiosa en el Camp Nou. Nadie estaba por el partido sino que el barcelonismo se conect¨® a las redes sociales y a las radios para seguir los pasos de Messi como cuando Maradona abandon¨® el estadio en la festividad de la Merc¨¨ de 1983. Barcelona est¨¢ ahora de fiesta mayor y la intranquilidad por la salud del 10 paraliz¨® el Camp Nou.

Ter Stegen ha encajado ya los mismos goles que la temporada pasada (16) y se repiten las victorias m¨ªnimas

El encuentro qued¨® a merced de la Uni¨®n Deportiva Las Palmas. Las transiciones canarias, mal defendidas por el Bar?a, ten¨ªan m¨¢s peligro que los barrocos ataques azulgrana, habitualmente mal acabados, hasta que intervino el sustituto de Messi: Munir. El delantero tacone¨® para dar profundidad a Sergi Roberto y el centro del lateral fue cabeceado espl¨¦ndidamente por Luis Su¨¢rez. Una jugada estupenda en un mal partido, el primer gol barcelonista en una primera parte, un alivio para los espectadores en una tarde de dolor por la ca¨ªda de Messi.

A falta de f¨²tbol, de continuidad y profundidad en el juego, no qued¨® m¨¢s remedio que mirar a Luis Su¨¢rez y a Ter Stegen. A pesar del gol encajado despu¨¦s que el bal¨®n diera en Piqu¨¦, el portero estuvo sobrio y fiable, muy puesto en la faena, nada que ver con sus actuaciones contra el Celta, el Sevilla y el Athletic. Y el ariete se mostr¨® efectivo y solvente, contundente: volvi¨® a marcar despu¨¦s de una acci¨®n acelerada por Neymar y continuada por Munir y provoc¨® un penalti que Neymar tir¨® a palos, por encima del larguero, igual que Messi contra el Levante.

El impacto de la lesi¨®n fue tan monumental que parece una heroicidad competir y no perder comba sin Messi

El error del brasile?o contrast¨® con la efectividad azulgrana en los tiros a porter¨ªa, capitalizados por Su¨¢rez. El ariete encontr¨® un buen socio en Neymar y una ayuda excelente en Munir, m¨¢s din¨¢mico y acertado que en anteriores partidos, como si se sintiera m¨¢s protagonista que nunca por tener que sustituir a Messi. Ni con los goles de Su¨¢rez, sin embargo, se acabaron las penalidades azulgrana: fall¨® Neymar desde los 11 metros y encaj¨® un gol bien tonto por un error y un rebote, una suerte para Las Palmas, que pudo salida al carism¨¢tico Valer¨®n en el Camp Nou.

No consigue el Bar?a cerrar su porter¨ªa, Ter Stegen ha encajado ya los mismos goles que la temporada pasada (16) y se repiten las victorias m¨ªnimas, con y sin Messi. Aunque el f¨²tbol del equipo ya era escaso con el 10, jugar sin el argentino puede ser una haza?a para el Bar?a. La noticia de su lesi¨®n, conocida cuando el partido ya se apagaba, dej¨® conmocionado al estadio, convencido de que Leo jugaba siempre porque no se lesionaba nunca, hasta que dobl¨® la rodilla ante la UD Las Palmas.