Irlanda saca m¨²sculo
El XV del Tr¨¦bol vence c¨®modamente a Ruman¨ªa (44-10) y convierte Wembley en una fiesta celta
![Heaslip lucha entre dos jugadores rumanos.](https://imagenes.elpais.com/resizer/v2/2SCNVTEQBQBX2C6CNT2TOMRYKA.jpg?auth=35fc07ecf45c11dd98eae8079bbeadf9d2ea661dfb3f6fc4e054260cee412dc5&width=414)
Parece inconcebible que haya un partido del Mundial sin un grupo de franceses cantando La Marsellesa en la grada. Fieles a su cita, una decena de banderas galas disfrutaron tambi¨¦n en Wembley de su minuto sonoro, como si quisieran recordarle a Irlanda la cita que definir¨¢ su destino, el 11 de octubre ante el XV del Gallo con el objetivo de evitar a los All Blacks en cuartos. En ese largo camino hasta el d¨ªa clave esperaba este domingo una voluntariosa Ruman¨ªa que no gener¨® mayores inquietudes al equipo de Joe Schmidt. Fue el ¨²ltimo calentamiento de los irlandeses antes de desprecintar su 15 de gala dentro de siete d¨ªas contra Italia.
A la espera de las tardes decisivas, Wembley acogi¨® una fiesta celta. El delicioso bullicio de las camisetas verdes serv¨ªa de ¨¢nimo a un gaitero que ped¨ªa dinero para su anillo de boda. El XV del Tr¨¦bol solo jugar¨¢ en Londres y Cardiff, las grandes plazas, un reconocimiento a su imponente cartel tras ganar los dos ¨²ltimos Seis Naciones. Por momentos, el glamuroso rect¨¢ngulo londinense evoc¨® a Dubl¨ªn. Eso s¨ª, con un tono exponencial. En la segunda y ¨²ltima visita del torneo al estadio de la selecci¨®n inglesa de f¨²tbol, el choque marc¨® un nuevo r¨¦cord de p¨²blico en un Mundial (89.267 espectadores).
Schmidt dio descanso a su buque insignia, el apertura Jonathan Sexton, fuera de la convocatoria. En el banco estaban otros pilares como el capit¨¢n Paul O¡¯Connell, el medio mel¨¦ Conor Murray o el notable zaguero Rob Kearney, al que le bast¨® con muy poco para firmar un nuevo ensayo. El escenario sirvi¨® para dar rodaje a varios fijos de la plantilla e incentivar el olfato ofensivo de jugadores clave como ala Tommy Bowe, que abri¨® la lata e hizo doblete.
Esa jugada, y muchas otras, no habr¨ªan sido posibles sin la actuaci¨®n del otro ala, Keith Earls. Sobresaliente el de Munster, rompi¨® la l¨ªnea rumana embolsando un oval muy exigente junto a la l¨ªnea de banda. Ya hab¨ªa causado estragos minutos antes, manteni¨¦ndose a pie entre trompicones para una marca anulada a Simon Zebo, y recibir¨ªa su justo premios en la estad¨ªstica. Zebo le devolver¨ªa el guante a la media hora con un pase delicioso a su derecha para que acelerara a placer desde la l¨ªnea de 22. El ala acabar¨ªa sentenciando el partido a los cuatro minutos del segundo acto posando una envenenada patada picada Eoin Reddan que se infiltr¨® entre los pies de la retaguardia rumana.
Mientras, el apertura Ian Madigan, al que se le demandar¨¢ precisi¨®n en tramos finales de partidos importantes, afin¨® su orientaci¨®n a palos. Los cambios refrescaron la los titulares elegidos por Schmidt, el grupo m¨¢s viejo en iniciar un partido de un Mundial, y el XV del Tr¨¦bol asegur¨® sin mayores esfuerzos el puntos bonus de los cuatro ensayos. Segundos despu¨¦s de la amarilla al rumano Csaba Gal, Bowe aprovechar¨ªa la desnuda guarnici¨®n rumana junto a su ala.
El tercera l¨ªnea Chris Henry sumar¨ªa los ¨²ltimos puntos al marcador verde esgrimiendo el imponente maul, una de sus armas m¨¢s portentosas. Como su disciplina, conscientes del castigo que supone cada golpe. Rug¨ªan los irlandeses, ese pa¨ªs unido en sus cuatro esquinas por el rugby y que tambi¨¦n celebr¨® el ensayo del honor rumano, firmado por Ovidiu Tonita, al igual que la retirada de los Robles entre el pase¨ªllo rival. Para Irlanda, el desenlace de su historia, su papel de vencedores o vencidos, tendr¨¢ que esperar.
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