Ricciardo: ¡°Para luchar por ser el 16? puede que sea mejor no correr¡±
El piloto del equipo Red Bull, que sigue sin un motor para 2016, constata la posibilidad de que la escuder¨ªa deje la F¨®rmula 1
Sochi no le sienta bien a la F¨®rmula 1. El a?o pasado, la caravana aterrizaba aqu¨ª por primera vez, unos d¨ªas despu¨¦s de aquella tr¨¢gica carrera disputada en Suzuka en la que Jules Bianchi sufri¨® el accidente que este verano termin¨® cost¨¢ndole la vida. En la segunda edici¨®n del gran premio m¨¢s descafeinado del calendario, la angustia permanece instalada en la caravana de Red Bull. Son pocos los que en estos momentos saben que papel jugar¨¢ la escuder¨ªa energ¨¦tica la temporada que viene. Todo el personal, desde el que atiende a los invitados hasta los ingenieros y pasando por los mec¨¢nicos, no puede ocultar su ansiedad. Sienten que la situaci¨®n es tan extrema que no pueden evitar preguntarle al periodista de turno qu¨¦ sabe ¨¦l del asunto: ¡°?Qu¨¦ debemos hacer?¡±.
A diferencia de lo que pod¨ªan pensar hace solo unos meses, la posibilidad de que Red Bull deje la F-1 a finales de este curso es una realidad cada vez m¨¢s consistente. El principal motivo de este hipot¨¦tico adi¨®s es de naturaleza mec¨¢nica: el equipo no dispone de un motor para los monoplazas de 2015. Sin embargo, detr¨¢s de esta evidencia se esconden otras, de una ¨ªndole m¨¢s emocional. El Mundial es el terreno ideal para que los egos multipliquen su tama?o de forma exponencial. Y eso ocurre a todos los niveles: pilotos, t¨¦cnicos, jefes y hasta periodistas. El callej¨®n en el que se encuentra Red Bull no es m¨¢s que una especie de lecci¨®n que los principales actores que forman este circo quieren darle por su arrogancia.
A un lado de la mesa de negociaci¨®n est¨¢ Dietrich Mateschitz, el due?o del imperio del b¨²falo rojo, y al otro lado encontramos a Renault, que no ha dejado de recibir palos por el pobre rendimiento de su propulsor, y Ferrari, uno de los posibles proveedores que podr¨ªa poner fin al embrollo. Bernie Ecclestone trata de facilitar un entendimiento entre las partes y luego est¨¢ Mercedes, a quien parece que el tema no le quite el sue?o. ¡°?Claro que me preocupa! ?D¨®nde desayunar¨¦ yo si estos se van?¡±, bromea Niki Lauda en conversaci¨®n con este peri¨®dico, mientras saborea un plato de prosciutto encima de un tomate cortado a rodajas. La fecha l¨ªmite para decidir si Red Bull sigue en esto o se va la ha puesto el propio Mateschitz: finales de mes. ¡°Es un momento duro. Obviamente que quiero correr, pero si tengo que pelearme por la 16.? posici¨®n, entonces tal vez prefiero no hacerlo. Si [Renault] nos puede ofrecer algo que nos permita luchar por objeticos m¨¢s elevados que los actuales, eso estar¨ªa bien¡±, aseguraba este viernes Daniel Ricciardo. ¡°Est¨¢ todo solucionado¡±, soltaba Ecclestone, sin decir c¨®mo.
Red Bull ya llega a tarde a todo. Cuando la mayor¨ªa de sus competidores ya tienen muy avanzado el prototipo que pondr¨¢n en pista en Montmel¨® en marzo, la tropa de Milton Keynes ni siquiera sabe qu¨¦ unidad de potencia incorporar¨¢ el suyo. ¡°Es un poco tarde, es verdad. Pero podemos ir a los primeros test y ver qu¨¦ pasa all¨ª. No rodar en los primeros entrenamientos no te descarta para nada. Lidiaremos con la situaci¨®n en la que nos encontremos¡±, opinaba este viernes Paul Monaghan, su jefe de ingenieros.
Toro Rosso tambi¨¦n pertenece a Mateschitz, pero la formaci¨®n de Faenza ultima un acuerdo con Ferrari para incorporar en su nuevo b¨®lido los motores italianos de este 2015, una salida que no convence a su hermano mayor. Sergio Marchione, consejero delegado de Fiat (propietario de Ferrari), le dijo a Mateschitz hace solo unos d¨ªas que se quitara de la cabeza disponer de la especificaci¨®n de 2016, que no pensaba cederle a un potencial rival por el t¨ªtulo su tecnolog¨ªa m¨¢s puntera. En cuanto a Mercedes, esta posibilidad la niega de forma categ¨®rica Toto Wolff cada vez que se le pone un micr¨®fono delante. ¡°No creo que nadie nos pueda acusar a nosotros de nada. Cada uno es responsable de la forma en que maneja su equipo¡±, solt¨® el ejecutivo austr¨ªaco.
La incertidumbre alrededor de Red Bull es total, y las opciones de colocar sus dos monoplazas en la parrilla del a?o que viene, se reducen con el paso de los d¨ªas. No hay que olvidar que, a diferencia de Mercedes o Ferrari, la ¨²nica raz¨®n por la que Mateschitz invierte aqu¨ª es la de promocionar su bebida, de modo que considera que no tiene demasiado sentido gastarse unos 300 millones de euros anuales, sabiendo que en ning¨²n caso va a poder competir por ganar.
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