Piqu¨¦, sobre los pitidos: ¡°Esta es mi casa y mi familia¡±
El central, que tambi¨¦n escuch¨® silbidos en Las Gaunas, insiste en su compromiso con la selecci¨®n
Sonaba un pasodoble en uno de los fondos de Las Gaunas cuando Gerad Piqu¨¦ toc¨® su primer bal¨®n y escuch¨® un fuerte abucheo. Los silbidos se impusieron a los aplausos en la primera media docena de veces que el bal¨®n pas¨® por las botas del central del Barcelona. Tard¨® unos minutos en apreciarse esa campa?a lanzada a trav¨¦s de las redes sociales que invitaba a aplaudir al defensa. Hasta que de un fondo empezaron a corear su nombre. La iniciativa coincidi¨® con dos acciones consecutivas de Piqu¨¦, que por un momento parec¨ªa que podr¨ªan darle la vuelta a la situaci¨®n. Primero fue un cruce a ras de suelo que impidi¨® que Joachim encarara a Casillas. En el lance, en el que fue con todo, Piqu¨¦ se da?¨® la costilla, pero se gan¨® la primera gran ovaci¨®n generalizada, aumentada cuando tambi¨¦n fue ¨¦l el que despej¨® el c¨®rner con la cabeza chocando contra un atacante luxemburgu¨¦s.
Su compromiso con la selecci¨®n est¨¢ fuera de toda duda por acciones como esa y por una trayectoria de m¨¢s de 60 partidos en los que ha sido part¨ªcipe de la conquista del Mundial 2010 y la Eurocopa de 2012. ¡°No s¨¦, hay que preguntarle a la gente si se le va a dar la vuelta a la situaci¨®n, me gusta hablar de lo que hago en el terreno de juego. Estoy contento por la victoria porque el resultado es suficiente para clasificarnos y, en adelante, a hacer un buen papel en Francia¡±, reflexionaba Piqu¨¦ en la zona mixta.
Tranquilo como siempre, con la misma pose estoica con la que tocaba el bal¨®n en medio de los silbidos, respond¨ªa a preguntas inc¨®modas sobre su identificaci¨®n con Espa?a o la selecci¨®n: ¡°Me da la sensaci¨®n de que por mil veces que lo repita¡ No se puede dudar de m¨ª, vengo aqu¨ª desde los 16 a?os, no me quiero repetir m¨¢s, que busquen en las hemerotecas, en ning¨²n momento he dicho que est¨¦ en contra de este pa¨ªs o de la selecci¨®n. Esta es mi casa y mi familia, he venido desde muy peque?o y quiero seguir haci¨¦ndolo¡±, recalc¨®.
Noria de pitidos y aplausos
Pitos y aplausos compitieron en las gradas de Las Gaunas como ya sucedi¨® en el Carlos Tartiere de Oviedo. En realidad, lo que Piqu¨¦ genera con frecuencia es una noria de pitidos y aplausos como los que recibi¨® cuando caracole¨® a varios jugadores en la frontal del ¨¢rea de Luxemburgo. Eso le vali¨® irse hacia el t¨²nel de vestuarios vitoreado y ¨¦l lo agradeci¨® saludando con la mano en alto. ¡°Noto el cari?o, de los f¨ªsios, de los doctores, vengo aqu¨ª y siempre me han tratado muy bien en las categor¨ªas inferiores y en el primer equipo¡±, insisti¨® antes de confirmar lo que ya dijo Sergi Ramos el martes sobre la relaci¨®n entre ambos. ¡°Es la verdad, si no, no saldr¨ªan estas declaraciones de mi boca y la suya. Es cierto que nuestros inicios no fueron los mejores, pero tenemos una edad, vamos madurando y la relaci¨®n es mucho mejor, me gusta jugar con ¨¦l y nos tenemos que encontrar bien los dos¡±.
La noria no ces¨® en todo el partido y tampoco tiene pinta de que vaya a parar cuando Espa?a juegue el pr¨®ximo partido amistoso en Alicante, en noviembre, contra Inglaterra. ¡°Me cansa el asunto¡±, dijo hastiado Del Bosque. ¡°Lo m¨¢s inc¨®modo han sido los pitidos a Piqu¨¦. Claro que los escuchamos, y no es agradable¡±, concluye Cazorla.
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