Trashorras: ¡°Mi pausa le viene bien al estilo de juego del Rayo Vallecano¡±
El capit¨¢n y estandarte del conjunto madrile?o, encuentra acomodo en Vallecas tras pasar por las canteras del Barcelona y del Madrid
Roberto Trashorras (R¨¢bade, Lugo; 34 a?os) vive pegado a un bal¨®n. Que sea futbolista ayuda, pero el esf¨¦rico es su h¨¢bitat natural en el campo. El del pase, el de la organizaci¨®n, el de imponer su voluntad al cuero. Dirige el tr¨¢fico del Rayo Vallecano desde hace cuatro temporadas y su entrenador, Paco J¨¦mez, le ha dado todos los galones posibles dentro del vestuario design¨¢ndolo como capit¨¢n. Tiene un ascendente incontestable. ¡°En los partidos intento transmitir a mis compa?eros lo que el m¨ªster pide desde la banda¡±, explica.
El toque y la frialdad definen a Trashorras. Dos elementos que en algunos equipos, como en el Celta ¡ªen el que milit¨® en Segunda entre 2008 y 2011¡ª no conjugaban bien con la afici¨®n. Parte de la hinchada lo defin¨ªa como ¡°Pachorras¡±. A ¨¦l no le incomoda lo m¨¢s m¨ªnimo que pensaran as¨ª. ¡°Hay momentos en los que hay que calmar el partido, detener el ritmo y tirar de veteran¨ªa. Esa tranquilidad le viene muy bien al Rayo y es parte de mi juego¡±, argumenta.
Raz¨®n no le falta. Si de algo adolece el conjunto madrile?o, aparte de fragilidad defensiva, es de partirse. El nervio se adue?a de muchos partidos y los franjirrojos se dividen por la mitad. Ah¨ª es donde emerge el capit¨¢n. Lo mismo retrocede hasta la zaga que se incorpora como un 10 para ordenar el ataque.
El metr¨®nomo del Rayo se siente tan a gusto que su f¨²tbol fluye como nunca. No importa que la madurez le haya llegado pasados los 30. La temporada pasada fue el jugador que m¨¢s pases dio de toda la Liga ¡ªcon 2.566¡ª, por delante de peloteros como Kroos, Messi o Busquets. ¡°Que yo sea el encargado de la posesi¨®n ayuda a tener estos n¨²meros. Es un orgullo estar por encima de esos nombres¡±.
Trashorras no es un reci¨¦n llegado. Empez¨® en la cantera del Barcelona en 1996. Cambi¨® un pueblo al norte de Lugo, de poco m¨¢s de 1.500 habitantes, por una ciudad de mill¨®n y medio. Comparti¨® vestuario y amistad en La Masia con Xavi, Puyol, Iniesta, Vald¨¦s... Pero ¨¦l no lleg¨® a las cotas de la mejor generaci¨®n azulgrana. La llegada de Ronaldinho en el verano de 2003 lo dej¨® sin espacio en el primer equipo. ¡°No fue una decepci¨®n irme, en parte cumpl¨ª un sue?o; pero tengo la espina de que all¨ª no me dieron m¨¢s oportunidades¡±.
Cansado de jugar solo para el filial azulgrana, cogi¨® el puente a¨¦reo para recalar en las categor¨ªas inferiores del Real Madrid con el aval de Jorge Valdano, por aquel entonces director deportivo de los blancos. El infortunio quiso que el argentino dejara el cargo a los pocos meses. Con esta salida lleg¨® tambi¨¦n la de Trashorras. Y vuelta a las maletas. Soria, Las Palmas, Vigo y, finalmente, Vallecas. Un nomadismo por el f¨²tbol espa?ol que ha tenido que sufrir en silencio junto a su mujer y sus dos hijas; pero que ha encontrado recompensa y acomodo en este barrio madrile?o.
Estilos muy similares
El mediocentro juega este s¨¢bado (20.30, Canal + Partidazo) contra el Barcelona. Una casa que conoce a la perfecci¨®n, que es la horma de su zapato futbol¨ªstico. Esa de toque y posesi¨®n. Curiosamente, el capit¨¢n del Rayo sustituy¨® a Luis Enrique, t¨¦cnico del Barcelona, en un encuentro de previa de Champions contra el Wisla Cracovia el 8 de agosto de 2001. Fueron sus primeros cinco minutos con el primer equipo azulgrana.
A diferencia de temporadas pasadas, el futbolista gallego cree que el Bar?a es mucho m¨¢s peligroso ahora porque tiene m¨¢s variantes en el juego. ¡°Luis Enrique ha incorporado el contragolpe. Es un matiz totalmente nuevo. Domina con el bal¨®n, pero tienen flechas ah¨ª arriba que hacen mucho da?o¡±.
Tengo la espina de que no me dieron m¨¢s oportunidades en el Barcelona
El conjunto madrile?o no se va a arredrar ante el campe¨®n de Liga. Quiere mantener esa presi¨®n incesante en campo rival por la que tanto aboga J¨¦mez, con quien tiene una relaci¨®n inmejorable. ¡°Vamos a apretar arriba para que est¨¦n muy inc¨®modos. El resultado ser¨¢ el que toque, pero la esencia no la perdemos¡±, destaca.
Sus dos hijas no lo acompa?ar¨¢n al Camp Nou para transmitirle a¨²n m¨¢s calma cuado salte al terreno de juego. Poco le importa, porque, tal y como cuenta, ellas no son ni del Barcelona ni del Madrid, sino del Rayo.
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