Ra¨²l est¨¢ en nuestro patrimonio emocional
Si tuviera que destacar una cualidad de las muchas que tenia Ra¨²l como futbolista, dir¨ªa que nunca perdi¨® la alegr¨ªa de jugar. La felicidad que da la pelota a los ni?os tambi¨¦n sirve para definir al Ra¨²l profesional. Y por eso jugaba con toda seriedad. Hay que ser serio para divertirse mejor, jugando al f¨²tbol.
Yo, que viv¨ª como entrenador rob¨¢ndole cosas a los jugadores, de Ra¨²l aprend¨ª lo relativo del entrenamiento para juzgar a los futbolistas. Lo que nunca le vi hacer en un entrenamiento, me refiero a gestos t¨¦cnicos, lo hac¨ªa de forma sublime en los partidos. La exigencia m¨¢xima de la competencia hac¨ªa crecer sus cualidades al punto de sorprenderme siempre. Amagues que abr¨ªan huecos imposibles, taconazos elegantes, toques sutiles, goles maravillosos que burlaban a los porteros m¨¢s encumbrados, solo eran posibles en los partidos m¨¢s importantes y en las circunstancias m¨¢s comprometidas.
Era un goleador, es verdad. Pero era mucho m¨¢s que un goleador. Era un gran jugador que adem¨¢s hacia goles, que es muy diferente. Sab¨ªa jugar porque a lo que tra¨ªa de la cuna le fue agregando conocimiento. Siempre se preocup¨® por aprender los secretos m¨¢s ¨ªntimos de este juego, tan sencillos y evidentes que no todo el mundo es capaz de verlos.
Ese conocimiento del juego, le permiti¨® desenvolverse con naturalidad en distintas funciones, y tambi¨¦n y sobre todo, interpretar cada partido de forma admirable y certera.
Me recordaba en ese sentido a un jugador argentino, desconocido para el p¨²blico, que al inicio de cada partido les dec¨ªa a sus compa?eros ¡°dame 10 minutos a ver como viene la mano¡±, y a partir de entonces indicaba d¨®nde estaban las debilidades del rival y cu¨¢les eran sus puntos fuertes que hab¨ªa que evitar.
Cuando debut¨® en el primer equipo del Real Madrid lo hizo con la seguridad de que iba a ser lo que finalmente fue. Nunca vi a un ni?o de 17 a?os tan convencido de sus posibilidades. Se sent¨ªa con pleno derecho de jugar. Ve¨ªa su debut como algo natural.
Ra¨²l es de esas personas que generalmente llegan donde se proponen y seguramente, si de verdad quiere ser entrenador, lo ser¨¢ y de los mejores. Entre otras cosas porque nunca dej¨® de pensar en el juego, y por su f¨¦rrea personalidad.
Yo nunca elogiar¨ªa a Ra¨²l diciendo que fue un gran profesional, que lo fue, porque para m¨ª lo m¨¢s importante y lo m¨¢s destacado es que nunca abandon¨® su sentimiento amateur.
El retiro de Ra¨²l me vuelve a enfrentar con la crueldad del paso del tiempo que esta vez nos priva de seguir vi¨¦ndolo en una cancha. Aunque pens¨¢ndolo bien, nunca podr¨¢ retirarse porque siempre estar¨¢ presente en nuestro recuerdo y en nuestro patrimonio emocional.
?ngel Cappa fue, como segundo entrenador de Valdano, uno de los t¨¦cnicos que subi¨® a Ra¨²l al primer equipo del Madrid en 1994.
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