Caicedo le arrebata al Granada el triunfo sobre la bocina
El delantero del Espanyol marca el gol del empate en la ¨²ltima jugada y ampl¨ªa el gafe andaluz
Los bramidos disconformes de la grada eran persistentes, los aspavientos del t¨¦cnico Sergio Gonz¨¢lez no cesaban y al Espanyol, afectado por un repentino ataque de amnesia porque se le olvid¨® jugar al f¨²tbol, le premi¨® la divina providencia en el ¨²ltimo segundo del encuentro. Fue en un centro de Duarte que cabece¨® picado Asensio y que el portero Andr¨¦s escupi¨® con ayuda del larguero. Pero el mismo Asensio recogi¨® el rechazo y puso el interior del pie para conectar un centro-chut que Caicedo tacone¨® a gol. Era el empate sobre la bocina, un regalo demasiado generoso para el Espanyol y un martirio para el Granada, que ya en el pasado duelo ante el Sporting vio c¨®mo se le escapaba el triunfo en los instantes finales, culpa de dos goles sobre la bocina. No es que el juego del Granada hubiese sido para tirar cohetes, pero s¨ª para vencer en el partido de tenis de la central del Power8 Stadium ¨Cpor los pelotazos bidireccionales- o m¨¢s bien la nana de cuna, por lo aburrido.
ESPANYOL, 1 - GRANADA, 1
Espanyol: Pau L¨®pez, Rober Correa, ?lvaro, Roco, Duarte; Diop, Ca?as (Mamadou, m. 62); Hern¨¢n P¨¦rez, Asensio, V¨ªctor ?lvarez (Abraham, m. 71); y Caicedo. No utilizados: Bardi; Salva Sevilla, Burgui, Ciani y Javi L¨®pez.
Granada: Andr¨¦s Fern¨¢ndez; Biraghi (Salva Ruiz, m. 72), Lomb¨¢n, Bab¨ªn, Foulquier; Javi M¨¢rquez (Fran Rico, m. 75), Krhin, Rub¨¦n P¨¦rez; Succes, El Arabi (Rochina, m. 49) y Piti. No utilizados: Kelava; Rober Ib¨¢?ez, D¨®ria y Miguel Lopes.
Goles: 0-1. M. 59. Babin. 1-1. M. 94. Caicedo.
?rbitro: Hern¨¢ndez Hern¨¢ndez expuls¨® a Rober Correa por doble amonestaci¨®n (m. 68). Y mostr¨® cartulina amarilla a Javi M¨¢rquez, Lomb¨¢n, Biraghi, Rochina, Roco, Rub¨¦n P¨¦rez y Babin.
Cornell¨¤-El Prat. 18.890 espectadores.
Entendi¨® Sergio Gonz¨¢lez que el Espanyol no est¨¢ hecho para el f¨²tbol alegre y de sal¨®n, sino que funciona con uno m¨¢s brioso y directo, sin apenas pausa ni frontera en la medular. Pero ante el Granada llev¨® su juego hasta la hip¨¦rbole, futbolistas dominados por el estr¨¦s porque no dieron tres pases seguidos sino que se expresaron con pelotazos en busca de un Caicedo tan generoso en el esfuerzo como solitario en su batalla. Sobre todo porque el equipo jugaba con las l¨ªneas demasiado estiradas, haciendo tan largo el campo que ni siquiera daba tiempo a los centrocampistas a participar de las segundas jugadas, a reconvertir en peligro esos esf¨¦ricos que dorm¨ªa en el pecho el delantero ecuatoriano. Por lo que sin llegadas ni intenci¨®n, el Espanyol se desdibuj¨® en la zona de tres cuartos. Se reclamaba con esperanza angustiada la aparici¨®n de Asensio, el mes¨ªas del bal¨®n blanquiazul. Pero el Granada lo at¨® en corto, siempre con ayudas en el eje para que no saliera del segundo quiebro o no armara la pierna para el ¨²ltimo pase o un disparo oportunista.
Tampoco el Granada propuso m¨¢s, aunque s¨ª tuvo presencia por los costados. Isaac era un dolor de cabeza para el canterano Rober Correa del mismo modo que las incorporaciones ofensivas del lateral Foulquier creaban desaguisados que no acabaron en gol porque Pau L¨®pez lo evit¨®. Como en ese centro de Piti que el propio Foulquier remat¨® hacia la escuadra y que la manopla del portero desvi¨®; o como en esa que El Arabi no supo ver la ruptura de su lateral, un oportunidad de oro que se qued¨® en nada. Comprensible, sin embargo, la poca incidencia del ariete marroqu¨ª, que cojeaba desde el primer cuarto de hora pero que se mantuvo en pie todo el primer acto porque as¨ª lo quiso Sandoval.
Isaac, el¨¦ctrico extremo derecho, descoloc¨® al Espanyol con sus carreras y quiebros
Pero el Granada hizo buena esa teor¨ªa del f¨²tbol r¨¢cano que invoca a las jugadas a bal¨®n parado como la mejor de las soluciones para curar las penurias. Fue Piti el que puso el centro templado hacia el punto de penalti y Babin, un ogro del ¨¢rea porque meti¨® el cuerpo y la garra, tambi¨¦n la experiencia, gan¨® la parcela y el remate, un cabezazo cay¨¦ndose y cruzado que descoloc¨® a Pau, estatua puntual. Pretendi¨® entonces el Espanyol jugar todo lo que no hizo durante el partido y de milagro se sali¨® con la suya. Aunque lo suyo cost¨®. Con Ca?as acelerado y Diop invisible en la ofensiva ¨Cencomiable, en cualquier caso, su voluntariedad y despliegue en el ejercicio defensivo-, el Espanyol se refugi¨® en los costados. No particip¨® de la idea Hern¨¢n P¨¦rez, desafinado en el quiebro. Pero s¨ª lo hicieron por momentos V¨ªctor ?lvarez y Duarte por la izquierda, m¨¢s profundos y vertiginosos, aunque con el pie torcido a la hora de surtir balones al ¨¢rea e incluso de ejecutar el remate porque V¨ªctor ?lvarez cruz¨® en exceso esa bola que le facilit¨® Caicedo en la ¨²nica contra blanquiazul con peligro.
Con la necesidad a cuestas, arriesg¨® el Espanyol con el sistema ¨Cperdi¨® a un medio a cambio de ganar otro punta- y le sali¨® cara la jugada porque Sandoval exigi¨® a Isaac que se quedara de extremo para hurgar en la herida. Y bien que lo consigui¨® porque en una carrera a punto estuvo de sorprender a Pau con un chut que le cuchiche¨® al palo por fuera, y en otra se llev¨® un manotazo de Rober que acab¨® en la expulsi¨®n del lateral. Era el duelo de Isaac, que casi le pone el lazo a su actuaci¨®n con un mano a mano ante Pau ¨Cvalidado por un excelente pase en profundidad de Foulquier- bien resuelta por el portero.
Ya no quedaba Espanyol y parec¨ªa que tampoco fortuna. M¨¢s que nada porque Abraham no supo concluir con la cabeza un centro de Asensio con la porter¨ªa vac¨ªa por delante. No ocurri¨® lo mismo en el ¨²ltimo estertor del encuentro y entre Asensio y Caicedo fabricaron un gol de la nada, un empate para darse con el canto en los dientes.
Del enfado de Sergio Gonz¨¢lez a las l¨¢grimas de Sandoval
¡°No entendemos por qu¨¦ no hemos podido entrar antes en el partido. Nos ha costado mucho hacerlo y espero que encontremos el remedio. Estoy enfadado, podemos hacerlo mucho mejor¡±, se quej¨®, apesadumbrado, Sergio Gonz¨¢lez, tras el ag¨®nico empate del Espanyol. Cambia de humor el juego del cuadro blanquiazul, a veces atrevido, otras comedido. Ayer volvi¨® a mostrar sus dos caras. Expectante y c¨¢ndido hasta la expulsi¨®n de Rober, punzante y batallador cuando se qued¨® con 10 jugadores. En cualquier caso, su entrenador encuentra una explicaci¨®n en el DNI de sus jugadores.
¡°La juventud del equipo hace que salga temeroso al campo¡±, dijo. ¡°Quiz¨¢ estamos un poco coaccionados para hacer nuestro f¨²tbol, pero la culpa es nuestra. Hay que seguir trabajando para que al final se vea un nivel ¨®ptimo¡±. Busca Sergio la llave para tocar la fibra de sus jugadores y as¨ª paliar la ciclotimia del Espanyol.
Su hom¨®logo, Jos¨¦ Ram¨®n Sandoval, tambi¨¦n parece pedir turno para el div¨¢n despu¨¦s de las segundas tablas sobre la bocina. ¡°Llor¨¦ de rabia; me juego la vida y el empate me sabe a derrota¡±, solt¨® el entrenador del Granada. No es la primera vez en esta Liga que el conjunto andaluz ve como se le escurre la victoria en el ¨²ltimo suspiro. ¡°El esfuerzo de una ciudad y de una plantilla no puede irse al traste por peque?os detalles. Llevamos arrastrando varias semanas lo mismo, no es una cuesti¨®n de t¨¢ctica o de t¨¦cnica¡±, dijo Sandoval, que critic¨® la actitud de sus jugadores en los minutos finales.
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