?Y si Rossi tuviera defensa?
A medida que pasan los d¨ªas, Valentino Rossi comienza a abandonar su condici¨®n de criminal, mutaci¨®n que se est¨¢ produciendo al entrar en escena profesionales que nada tienen que ganar con lo ocurrido el pasado d¨ªa 25 en el Gran Premio de Malasia, y que consideran que el comportamiento del piloto italiano, cuando se deshizo de Marc M¨¢rquez a patadas, con ser denunciable, no merece la lapidaci¨®n sufrida. Del mismo modo opinan que la manera de actuar del corredor catal¨¢n fue, cuando menos, ¡°extra?a¡±. De Rossi, en los medios espa?oles se ha dicho de todo estos d¨ªas. Y nada bueno. Lo m¨¢s llamativo resulta ser la opini¨®n de aquellos que han decidido despojarle de su condici¨®n de mito, cuya profesi¨®n, como es obvio, debe ser la de expendedor de carn¨¦s de mito. Incluso se ha llegado a escribir que no defender a M¨¢rquez, como ha hecho incluso un Rajoy siempre preocupado por los problemas que afectan al pa¨ªs, o lo que es lo mismo, no atacar a Valentino desde estos lares, desde un todos a una de lo m¨¢s patri¨®tico, supone da?ar a la marca Espa?a, que a d¨ªa de hoy debe estar ah¨ª, ah¨ª con la de Yibuti.
En lo que todos los medios coinciden es en comparar la acci¨®n de Rossi con la de Zidane en la final del Mundial de 2006, de la que el futbolista franc¨¦s fue expulsado por propinar un cabezazo al italiano Materazzi. Pero hay diferencias en el modo en que se trat¨® una y otra informaci¨®n. Fue embestir Zidane a su rival y enseguida surgi¨® la justificaci¨®n: ¡°Algo le habr¨¢ hecho Materazzi¡±. Y se elucubr¨® sobre si le hab¨ªa mentado a la madre o a la hermana, diferencia que en otros deportes, como el f¨²tbol, no es balad¨ª, como se ha demostrado en el caso de Mascherano, jugador del Bar?a, en el que se ha debatido sin descanso sobre la consabida diferencia entre la concha de una madre y la de una hermana. El caso es que nadie en su sano juicio ha despojado de la condici¨®n de mito a Zidane por aquel suceso. Muy retorcido habr¨ªa que ser. A Zidane se le recuerda por conseguir elevar el f¨²tbol a la categor¨ªa de arte, por firmar el mejor gol que se ha visto en una final de la Copa de Europa y no por reyertas de tugurio. Como a Rossi se le recordar¨¢ siempre, simple y llanamente, por ser el mejor piloto que han conocido los tiempos modernos.
El comportamiento de M¨¢rquez
Respecto a lo ocurrido en la carrera de Malasia, todo est¨¢ visto, escuchado y escrito. M¨¢rquez decidi¨® tocar las pelotas a Rossi y eso hizo. ?Leg¨ªtimo? S¨ª. ?Edificante? No. Ralentiz¨® su ritmo, que era mucho mayor que el del italiano, con el objetivo de encontrarse con este una y otra vez. As¨ª las cosas, Rossi decidi¨® acabar con ¨¦l de la peor manera posible. ?Leg¨ªtimo? No. ?Edificante? Tampoco. Uno de los jueces de la carrera, espa?ol para m¨¢s se?as, asegur¨® no entender la actitud de M¨¢rquez. Conocidos los hechos, m¨²ltiples analistas optaron por declarar la guerra y sacar los tanques a la calle contra Rossi, contra sus triunfos, contra su leyenda, el mito que ya no es, obviando no ya las razones que le llevaron a actuar de forma pseudodelictiva, sino el hecho de que este deporte, el motociclismo, lleva 20 a?os lucrando, y de qu¨¦ manera, a una empresa privada (Dorna, la organizadora del Mundial), a distintas televisiones y a un pu?ado de pilotos imberbes y r¨ªspidos gracias, en exclusiva, a un tal Valentino Rossi. Y echan mano de la m¨¢s rancia moralina para sentenciar, en un tono dram¨¢tico propio de una abuela siciliana, que menudo ejemplo este para los ni?os, mientras jalean a extraordinarios deportistas que en los ratos libres que les deja el f¨²tbol defraudan a Hacienda. Son los mismos que consideran normal que M¨¢rquez corra como lo hace, al l¨ªmite, con el cuchillo entre los dientes, sin importarle, como ha hecho en alguna ocasi¨®n, echar a un rival de la pista. Pero eso son cosas de la competici¨®n, argumentan. ?Y viva Espa?a!
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