El Eibar exhibe su eficacia ante el Getafe

Llegados al vestuario, los jugadores del Getafe se har¨ªan todos la misma pregunta: ?qu¨¦ pecado cometimos para jugar bien tanto tiempo y perder para siempre? ?Quiz¨¢s la frialdad en ataque, la falta de punter¨ªa, esas cosas de las malas rachas (a¨²n no ha ganado fuera)? Rumiando la pregunta se volvi¨® para casa con otra derrota, con un buen medio partido, con una curva descendente a medida que encajaba los goles del Eibar y ajusticiado finalmente por un penalti dudoso que adem¨¢s le dej¨® con 10 futbolistas a falta de media hora.

El Eibar se hizo pocas preguntas. Fue tan pr¨¢ctico que no estaba para muchas teor¨ªas. El partido lo sac¨® adelante con una eficacia insolente. Cada una de sus llegadas o fue gol o estuvo a punto de serlo. La entrega, el orden, el derroche se le dan por asegurados al Eibar lo entrene quien lo entrene y juegue quien juegue. Sucede que ahora tiene un tipo como el argentino Escalante que ahora re¨²ne esas virtudes y las irradia en el equipo como un haz de luces. Est¨¦ticamente no brilla, pero es uno de esos secundarios merecedores de premios. A ¨¦l y a Eddy Silvestre les cost¨® agarrar el partido por el cuello porque el Getafe mont¨® una brigada m¨®vil en el centro del campo que atacaba por todos los flancos. La lideraba V¨ªctor Rodr¨ªguez y le secundaban Sarabia y Lafita. Por eso en 10 minutos tuvieron dos ocasiones de gol. La primera prob¨® la inactividad de Irureta (que fue alineado a ¨²ltima hora por lesi¨®n de Riesgo) y la segunda dio en la red por fuera.

El Eibar esperaba a Borja Bast¨®n, la sensaci¨®n goleadora. Pero esta vez el foco ilumin¨® a Sergi Enrich, porque Mendilibar decidi¨® jugar con dos futbolistas de referencia en el ¨¢rea. Enrich caz¨® un bal¨®n tras un c¨®rner y algunos rebotes y lo llev¨® a la red. V¨ªctor Rodr¨ªguez tambi¨¦n sent¨ªa la luz del foco del partido en sus espaldas y se fabric¨® poco despu¨¦s un golazo que acab¨® como acaban los grandes goles: con el bal¨®n muerto en la red, como si festejara el tacto del jugador para llevarlo al rinc¨®n de las agujas.

El Getafe se sobrepon¨ªa y jugaba, pero cada vez un poquito menos, a medida que los medios centros del Eibar iban ocupando el campo. Y lleg¨® Enrich de nuevo para rematar de nuevo a la red tras una jugada preciosa de Sa¨²l Berj¨®n que dej¨® a su marcador, Dami¨¢n, en el suelo rota la cintura por su quiebro. Tres ocasiones del Eibar y dos goles: la otra tambi¨¦n fue gol, pero anulado por fuera de juego de Borja Bast¨®n. Tantos golpes tumbaron al Getafe que ya no fue capaz de reaccionar ante un Eibar correoso, mejor ordenado, con un Keko alborotador y un Enrich incordiante que sac¨® un penalti a Dami¨¢n que se fue al vestuario expulsado: Berj¨®n lo puso en la escuadra. Y el partido muri¨®. Lo que sucedi¨® despu¨¦s fueron an¨¦cdotas: el cabreo de Dos Santos cuando Mendilibar lo retir¨® del campo, la presencia del joven Barrenetxea, la mirada perdida de Pedro Le¨®n en el banquillo... An¨¦cdotas de un libro que escribieron Eibar y Getafe a partes iguales, pero lo firm¨® el conjunto guipuzcoano que sigue sexto en la clasificaci¨®n.