Ra¨²l pondr¨¢ el broche a su carrera con una ¨²ltima final
El exjugador madridista marca el gol de la victoria del Cosmos que clasifica al equipo de Nueva York para luchar por el t¨ªtulo
Porque en su cabeza nunca existi¨® la rendici¨®n, Ra¨²l convirti¨® los rechaces en sentencias de muerte, aparec¨ªa de la nada para burlar a los porteros, ol¨ªa la sangre y mandaba callar al estadio. Porque nunca entreg¨® las armas, con un f¨²tbol inclasificable y callejero, gan¨® con el Madrid seis ligas y tres Champions. Y porque no baj¨® los brazos, ayer en Nueva York, a punto de retirarse con 38 a?os, se le aplaudi¨® como a un h¨¦roe. Ra¨²l Gonz¨¢lez Blanco (Madrid, 1977) marc¨® para el Cosmos el gol que lleva al equipo a la final de la liga de f¨²tbol norteamericana: un control en la frontal del ¨¢rea, un disparo, toque al palo y dentro. El 7, el excapit¨¢n madridista convertido ya en emblema, colgar¨¢ las botas luchando por su ¨²ltimo t¨ªtulo dentro de una semana.
Otro t¨ªtulo para colgar las botas
La otra semifinal. Ottawa Fury y Minnesota United, primer y segundo clasificados de la North American Soccer League, pelear¨¢n el domingo (21.00) por un puesto en la final, donde ya espera el Cosmos de Nueva York de Ra¨²l.
La despedida. La lucha por el t¨ªtulo se librar¨¢ el pr¨®ximo s¨¢bado o el domingo (a¨²n por decidir) y ser¨¢ el ¨²ltimo partido de la carrera de Ra¨²l Gonz¨¢lez Blanco.
Dice ?ngel Capa, el n¨²mero dos de Jorge Valdano, quien lo encumbr¨® hace 21 a?os, que lo m¨¢s profesional de Ra¨²l es que nunca dej¨® de ser amateur. Por eso ayer, jugando su pen¨²ltimo partido, con un equipo de una liga menor, en un campo de b¨¦isbol con muchos asientos vac¨ªos, junto a la decadente feria de Coney Island, busc¨® el gol con tanto ardor que parec¨ªa haber retrocedido hasta La Romareda. En aquel partido, su debut en la primera divisi¨®n contra el Zaragoza, no lo logr¨® marcar, pero ayer lo hizo en el minuto 61 y decidi¨® la semifinal con un 2-1. Antes, el delantero hab¨ªa tirado a puerta en la primera parte y en la segunda cre¨® alguna otra situaci¨®n de peligro.
El exmadridista Fernando Hierro y David Villa, que juega en el New York City, lo arroparon desde el palco junto su esposa y sus hijos. Los Lauderdale Strikers, de Florida, se adelantaron en el marcador cerca del minuto 16 con un gol de PC pero, casi al acabar la primera parte, un tanto de Gaston Cellerino hizo posible el empate a pase del hispanobrasile?o Marcos Senna, que cuelga las botas junto a Ra¨²l y fue uno de los que convenci¨® al exdelantero madridista de que fichara por el Cosmos en octubre de 2014.
Una temporada en Nueva York
En el minuto 90, cuando el ¨¢rbitro no hab¨ªa se?alado a¨²n el final del partido, la grada ovacionaba al jugador espa?ol, que se estren¨® en el Cosmos ganando precisamente tambi¨¦n a los Strikers. No atendi¨® a la prensa al acabar, pero la cuenta oficial de twitter de la liga norteamericana en la que juega (la NASL, en sus siglas en ingl¨¦s) recog¨ªa una declaraci¨®n del madridista en la que calificaba de ¡°un sue?o¡± finalizar su carrera con una final. Cuando Ra¨²l fich¨® por el Cosmos, ven¨ªa de jugar en Qatar, previo paso por el Shalke 04 alem¨¢n, donde recal¨® tras dejar el equipo de su vida, el Madrid, en 2010.
Su capacidad de desmarque y su romance con el gol sedujeron a los ojeadores del Madrid cuando era un cr¨ªo de las divisiones inferiores del Atl¨¦tico. Valdano dio la campanada en 1994 al poner como titular contra el Zaragoza a un chaval de 17 a?os, un tirillas de piernas arqueadas que jubil¨® a Butrague?o, acab¨® batiendo el r¨¦cord de goles de Di St¨¦fano en el Madrid ¡ªen octubre le super¨® a su vez Cristiano Ronaldo¡ª y gan¨® con el equipo blanco seis ligas, cuatro supercopas de Espa?a y tres Champions.
La espina que se lleva clavada es no haber vivido la etapa dorada de la Selecci¨®n Espa?ola, en la que destac¨® como goleador pero con la que sufri¨® esa llamada maldici¨®n de cuartos. Pasados los 33 a?os, en Alemania, a¨²n gan¨® dos t¨ªtulos y ayer sell¨® su carrera llegando a una final. Al despedirse del Real Madrid hace cinco a?os se resumi¨® a s¨ª mismo: ¡°En mi cabeza nunca existi¨® la rendici¨®n¡±, dijo. Ayer tampoco.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.