Kent, campe¨®n de Moto3 en Cheste

No sabe muy bien Danny Kent cu¨¢ndo empez¨® a complic¨¢rsele tanto el Mundial. Cu¨¢ndo empez¨® a torcerse un campeonato que parec¨ªa cantado, por la consistencia que demostraba en la pista, la superioridad de su Honda, la seriedad del piloto, de 21 a?os, y una experiencia que le val¨ªa la etiqueta de favorito, toda vez que hab¨ªa probado incluso suerte en Moto2 antes de volver a bajar a Moto3 para regresar con m¨¢s fuerza a la categor¨ªa intermedia el a?o pr¨®ximo. No se baj¨® m¨¢s que en una ocasi¨®n del podio en las primeras nueve carreras del a?o, y acab¨® cuarto. Desde entonces, s¨®lo le salv¨® correr en casa, donde cosech¨® su ¨²ltima victoria, a finales de agosto. Desde que dej¨® Silverstone no ha hecho m¨¢s que sufrir en la pista. Y pensar. Y darle vueltas al coco.

Su rival, Oliveira, liberado de toda presi¨®n, bord¨® la carrera perfecta y logr¨® su tercera victoria consecutiva

As¨ª es como se las trae eso que llaman presi¨®n o miedo esc¨¦nico. Tanto que aunque parec¨ªa cantado que ser¨ªa el nuevo campe¨®n del mundo, como as¨ª ha sido, aunque dispuso, antes de esta, de tres bolas de partido, ha tenido que llegar hasta la ¨²ltima cita del a?o ¨Cle ha obligado a ello Oliveira, maravillosa su segunda parte de la temporada (le recort¨® 89 puntos hasta Valencia, ha encadenado seis podios y sumado tres victorias consecutivas, incluida la de este domingo)¨C, para sentenciar un campeonato que siempre llev¨® su nombre.

Kent es el campe¨®n del sufrimiento. El chico que peor lo ha pasado en los ¨²ltimos a?os para hacerse con el t¨ªtulo de Moto3, tan dominador al principio de la temporada, como insulso en la pista en la segunda parte del curso: nervioso a veces, precipitado en otras ocasiones, se fue al suelo en Australia por querer recuperar muchas posiciones con demasiada rapidez y un adelantamiento por fuera cuando no hab¨ªa necesidad y en Malasia le falt¨® bravura. Gran Breta?a puso sus ojos en ¨¦l, el primero desde Barry Sheene en ganar un t¨ªtulo de campe¨®n del mundo ¨Caquel lo hizo en 500cc en 1977¨C y le ha costado lidiar con todas esas miradas. Esta ¨²ltima mirada, despu¨¦s de tantos errores, tampoco fue f¨¢cil. Su rival, Oliveira, liberado de toda presi¨®n, por lo mucho que ten¨ªa que ganar y lo poco que ten¨ªa que perder, bord¨® la carrera perfecta.

Sali¨® a ganar. Y lo hizo. No le quedaba otra. Contaba con eso y con una p¨¢jara del brit¨¢nico, que para cederle la corona deb¨ªa ser, como m¨ªnimo, 15?, algo nada descabellado, conocido su estado de nervios y sabida su mala clasificaci¨®n el s¨¢bado: sal¨ªa desde la 18? posici¨®n de la parilla. El portugu¨¦s sal¨ªa desde la cuarta plaza, pero se puso en cabeza en la primera curva. Y domin¨® la carrera a su antojo. A veces permiti¨® a V¨¢zquez o Navarro que tomaran el liderato, pero nunca perdi¨® el control. Kent se siti¨® pronto en la 14? plaza, suficiente para ser campe¨®n. Tras nueve giros, era 12?. Y a siete se decidi¨® a adelantar a su compa?ero Ono, que no ten¨ªa demasiado claro si exist¨ªan ¨®rdenes en el equipo Leopard y le persigui¨® y le dio algo de guerra hasta que acab¨® adelant¨¢ndole en la ¨²ltima vuelta. Una ¨²ltima vuelta con un accidente triple en cabeza en el que Antonelli se llev¨® por delante a Fenati y a V¨¢zquez. Tembl¨® Kent hasta el ¨²ltimo minuto. Pero pudo coronarse. Se lo trabaj¨® en la primera mitad del curso y lo sufri¨® de lo lindo en la segunda parte.