El ensayo que cambi¨® el rugby
Jonah Lomu, la primera gran estrella del bal¨®n oval, fallece a los 40 a?os
Impasible ante las acometidas desesperadas de tres rivales ingleses, pasando sobre el zaguero Mike Catt como si fuera una sombra, Jonah Lomu firm¨® en 1995 la jugada m¨¢s categ¨®rica de la historia del rugby. Fue uno de los cuatro ensayos que le endosar¨ªa al XV de la Rosa en la semifinal de aquel Mundial que organiz¨® y gan¨® Sud¨¢frica. El ala neozeland¨¦s, fallecido ayer en Auckland a los 40 a?os, fue un argumento decisivo para decantar el paso del rugby hacia el profesionalismo. Aunque no lleg¨® a ganar ning¨²n Mundial, su espectacular juego vertical elev¨® ese deporte que esgrim¨ªa tradici¨®n en unos pocos pa¨ªses a una suerte de universalidad. Aquel ensayo ha sido elegido este a?o como la mejor jugada de la historia y el Mundial de rugby ya presume de ser el tercer gran evento deportivo, despu¨¦s del de f¨²tbol y los Juegos Ol¨ªmpicos.
¡°Ese Mundial lo cambi¨® todo. Lo miro ahora y entiendo m¨¢s el impacto que tuve. Cuando lo ponen en televisi¨®n, mis hijos me miran y es una enorme tarea explicarles lo que he logrado¡±, explicaba Lomu en agosto. Le hab¨ªan diagnosticado en 1995 una rara enfermedad renal degenerativa, el s¨ªndrome nefr¨ªtico. Pese a que necesit¨® un trasplante de ri?¨®n en 2004, su muerte sorprendi¨® porque no se le conoc¨ªan reca¨ªdas. Lomu hab¨ªa regresado el martes a Nueva Zelanda tras el Mundial de Inglaterra. Seg¨²n asegur¨® el m¨¦dico de los All Blacks, John Mayhew, al New Zealand Herald, sus problemas renales le provocaron un paro cardiaco.
Lomu fue el jugador m¨¢s joven en debutar con Nueva Zelanda. Era 1994 y ten¨ªa 19 a?os. Anotar¨ªa 37 ensayos en 63 partidos con los All Blacks, lejos de los seis jugadores centenarios que los campeones del mundo exhibieron hace unas semanas en Inglaterra. Su impacto, ese cuerpo imponente capaz de correr los 100 metros en 10,8 segundos, trascender¨ªa cualquier estad¨ªstica, incluso su r¨¦cord m¨¢s noble. Cuando el sudafricano Bryan Habana igual¨® sus 15 ensayos mundialistas, recalcar¨ªa humildemente que la comparaci¨®n no se sosten¨ªa, que el 11 neozeland¨¦s hab¨ªa cambiado el juego para siempre.
Los res¨²menes de las im¨¢genes de Lomu en los informativos eran la mejor baza en el paso del rugby hacia el profesionalismo. El camino, liderado por Nueva Zelanda, Sud¨¢frica y Australia a finales de los noventa ante la resistencia de los cl¨¢sicos del hemisferio norte, buscaba el reclamo global del espect¨¢culo. Con ¨¦l como emblema, el sur gan¨® la batalla: siete de los ocho Mundiales disputados les pertenecen y Nueva Zelanda, el primer campe¨®n en repetir t¨ªtulo, ha elevado si cabe el imponente juego que encarnaba su ala.
¡°El rugby es lo que es gracias a ¨¦l¡±
Noy hay equipo ideal de la historia del rugby en el que el 11 no lo lleve Lomu, ni aficionado que no cite al neozeland¨¦s entre sus predilectos. Siempre hab¨ªa habido gente r¨¢pida, fuerte y pesada, pero nadie hab¨ªa combinado todo. Pesaba 120 kilos y no era un virtuoso con el oval, pero cuando recib¨ªa el bal¨®n era capaz de levantar un estadio y de tumbar a los rivales. ¡°Este deporte es lo que es, en gran parte, gracias a ¨¦l¡±, dice el franc¨¦s Emile Ntamack, amigo y rival; ¡°era algo nunca visto, sobre todo por la velocidad. Se recuerda el Mundial de Sud¨¢frica de 1995 por cuestiones pol¨ªticas, pero se sigui¨® hablando de rugby por Lomu. Fue ¨²nico y revolucionario¡±. ¡°Era desmoralizador jugar contra ¨¦l¡±, afirma el neozeland¨¦s Norm Maxwell; ¡°en tu equipo el objetivo siempre era que el bal¨®n le llegara a ¨¦l¡±.
Un f¨ªsico castigado
Aun as¨ª, la gran cita le fue esquiva. Sud¨¢frica se la neg¨® en 1995; Francia frustrar¨ªa otra actuaci¨®n may¨²scula en la semifinal de 1999, anotando 33 puntos seguidos, y su enfermedad le impedir¨ªa ser seleccionado en 2003. Su car¨¢cter no merece la simplificaci¨®n de los trofeos. Es la lucha de un hombre admirable que abrum¨® al mundo sabiendo que morir¨ªa joven. Y as¨ª alarg¨® el rugby hasta el l¨ªmite, aplazando al m¨¢ximo el trasplante, su adi¨®s. Deja dos hijos, Brayley y Dhyreille, de seis y cinco a?os; otra victoria improbable de Lomu, diagnosticado est¨¦ril por sus primeros tratamientos renales. Divorciado en dos ocasiones, viv¨ªa con su tercera mujer, Nadene Quirk.
Tras su retirada, Lomu ya repasaba sus cicatrices. Ten¨ªa un hombro dislocado, una cicatriz en la cabeza por una patada tras la que regres¨® para terminar el partido o los dedos del pie deformados porque no pudo permitirse un calzado de su talla durante su infancia. Se march¨® de casa con 15 a?os tras la en¨¦sima pelea con su padre, un alcoh¨®lico que maltrataba a su madre y con el que termin¨® reconcili¨¢ndose. ¡°Solo tengo 34 a?os, pero por todo lo que ha pasado mi cuerpo parece que tengo 54¡± explicaba en 2010 al diario brit¨¢nico The Guardian.
La Bestia, el tipo con la planta m¨¢s categ¨®rica que ha conocido el rugby, ten¨ªa claro que su fuerte era la mente: ¡°Creo que la clave de que ganara la mayor¨ªa de mis batallas es que estaba mentalmente preparado para llegar a lo m¨¢s profundo, a ese lugar oscuro donde la gente no quiere ir¡±.
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