Cuatro goles de todos los colores
El Barcelona firm¨® tantos de lo m¨¢s variopintos ante el Madrid, con la presi¨®n, la contra o la posesi¨®n como registros exitosos
El Barcelona sell¨® en el Bernab¨¦u una victoria hist¨®rica. Puede que sea cierto lo que sostienen los jugadores del Bar?a y que el triunfo en Madrid no sentencie ? la Liga ¡ªno ha terminado a¨²n ni la primera vuelta¡ª, pero el barcelonismo sabe que Luis Enrique tiene raz¨®n: el 0-4 ¡°sabe a gloria¡±. Eso dijo tras el encuentro el asturiano, ese que como jugador y vestido de blanco vivi¨® un 5-0, una manita que estuvo cerca de repetirse el s¨¢bado. Y eso que lo logr¨® sin Messi, que apenas jug¨® media hora y lo hizo sin acelerar, m¨¢s participativo desde el eje que resolutivo en el ¨¢rea rival. ¡°A veces no sale, pero esta vez s¨ª, sali¨® bien¡±, reconoci¨® el entrenador, satisfecho porque su equipo cuadr¨® una goleada de colores, variopinta como pocas, bien espectacular.
El primer tanto fue para la hemeroteca porque todos los futbolistas de campo a excepci¨®n del portero participaron. Inici¨® la jugada, antes de lesionarse, Mascherano desde el centro de la defensa. A partir de ah¨ª, Alba, Neymar y Piqu¨¦ mezclaron en campo propio hasta cruzar la divisoria. Momento en el que Rakitic, Iniesta y Busquets se entendieron para trasladar el esf¨¦rico a la derecha, donde apareci¨® Alves, que ley¨® el movimiento en diagonal de Sergi Roberto en la zona de tres cuartos. Control orientado, conducci¨®n breve y pase en profundidad al desmarque y carrera de Luis Su¨¢rez, que con el exterior del pie defini¨® al palo contrario. Un total de 37 pases, el r¨¦cord de la temporada en la Liga. Puro estilo azulgrana que rebate a la teor¨ªa de que el equipo de Luis Enrique no elabora sino que se define por la contra. Visto lo visto en el Bernab¨¦u, el Bar?a es un Pantone de colores y registros, como as¨ª lo expresaron tambi¨¦n los otros tantos. Juega a la carta.
Bronca al doctor azulgrana al estilo Mourinho
Le sucedi¨® a Mourinho durante el primer partido de la Premier cuando la doctora del Chelsea, Eva Carneiro, el 8 de agosto, salt¨® al campo contra el Swansea (2-2). Asisti¨® a Hazard y el entrenador portugu¨¦s reproch¨® violentamente su trabajo, con insultos, por entender que su atenci¨®n estaba de m¨¢s. El equipo se qued¨® con nueve jugadores sobre el campo y el entrenador mont¨® en c¨®lera, de tal manera que la doctora fue despedida. El s¨¢bado, en el Bernab¨¦u, pas¨® algo parecido.
Alves tuvo que ser retirado tras recibir un codazo de Cristiano Ronaldo y lo hizo por la banda izquierda, junto a los banquillos, al otro lado de su zona natural. El enfado de Luis Enrique fue monumental porque el brasile?o tard¨® en regresar al campo y cuando lo hizo le cost¨® volver a su lugar de trabajo, en la banda derecha de la zaga. A diferencia de lo sucedido con Mourinho y aunque se sepa que el portugu¨¦s es uno de los ¨ªdolos del asturiano, no habr¨¢ sanci¨®n o por lo menos no ha trascendido que el enfado con el doctor Ricard Pruna haya pasado a mayores.
Obsesionado con la presi¨®n, Luis Enrique mand¨® a sus huestes al ¨¢rea rival, ajeno a cualquier miedo, del mismo modo que adelant¨® de forma valiente la l¨ªnea de la defensa casi hasta el centro del campo. Pero el f¨²tbol se coci¨® en la casa del Madrid y all¨ª, cerca del ¨¢rea de Keylor Navas, apareci¨® Iniesta ante las narices de Varane y se vio a Busquets perseguir a Kroos, cuando lo normal es que el de Bad¨ªa recule y se meta entre los dos centrales. No pas¨® eso en el Bernab¨¦u porque el Barcelona se estir¨®, lo que le dio sus r¨¦ditos como se explic¨® en el segundo tanto. Sac¨® desde atr¨¢s el Madrid, de Keylor Navas a Modric, que corri¨® con el bal¨®n hasta que la presi¨®n de Luis Su¨¢rez le devolvi¨® la pelota al Bar?a. ¡°Estaba previsto¡±, dicen en el cuerpo t¨¦cnico. El bal¨®n lo gana Busquets, que adelantado como se le requer¨ªa ¡ªsigui¨® ¨®rdenes t¨¢cticas, una idea surgida en los kil¨®metros de bicicleta que hace el t¨¦cnico¡ª, toc¨® de primeras como es su costumbre cuando tiene el esf¨¦rico en el campo adverso. As¨ª se activ¨® Rakitic y este se la cedi¨® tambi¨¦n con diligencia a Iniesta, que con un recorte gan¨® el espacio para conducir el esf¨¦rico y provocar a dos defensores rivales, que saltaron a la vez. Pase del 8 a la izquierda, a Neymar, y gol del Barcelona.
Renunci¨® desde la pizarra Luis Enrique a jugar con Munir o Sandro, apostando por Sergio Roberto, m¨¢s f¨ªsico, m¨¢s t¨¦cnico, m¨¢s del gusto del conjunto que le garantiz¨® ¡°trabajo y control¡±, como cont¨® despu¨¦s. Y Sergi Roberto respondi¨® a las mil maravillas, hasta el punto de que tambi¨¦n particip¨® en los dos ¨²ltimos goles, siempre con un ataque posicional del Bar?a con rupturas desde la segunda (o tercera) l¨ªnea.
El Barcelona, en el tercer tanto, sali¨® con la pelota jugada por la banda derecha, donde tocaron y jugaron Alves y Sergi Roberto hasta que Neymar cay¨® hacia dentro como falso punta para recibir el cuero. Pas¨® hacia atr¨¢s el brasile?o para Rakitic, que, con aceleraci¨®n, se la entreg¨® a Iniesta, dispuesto a atacar desde el perfil izquierdo. As¨ª, combin¨® de nuevo con Neymar, que se la devolvi¨® de tac¨®n para el zapatazo del capit¨¢n, para el gol que certificaba la marca Bar?a. F¨²tbol de posici¨®n, posesi¨®n, toque y llegadas, ADN azulgrana.
El cuarto gol s¨ª fue m¨¢s similar al tercero, con Sergi Roberto de nuevo como palanca porque subi¨® el esf¨¦rico por el costado para luego repartirlo de Messi a Alves y viceversa. El baile del Barcelona era abrasivo y Leo quiso participar del festejo. Por eso, se marc¨® una retah¨ªla de recortes entre tres rivales, un caracoleo en toda regla, y despu¨¦s levant¨® la cabeza para atender a la nueva ruptura de un falso delantero centro que en esta ocasi¨®n fue... ?Jordi Alba! Y el lateral, de primeras, toc¨® para la carrera de Luis Su¨¢rez, que prolong¨® el momento de la definici¨®n y bati¨® a Navas cuando este ya estaba vencido.
Pudo marcar m¨¢s goles el Barcelona ¡ªaunque el Madrid tambi¨¦n porque Bravo, excelente, sac¨® al menos tres manos espectaculares¡ª, pero de tan entonado que estaba y ante las facilidades que le ofreci¨® el contrario, se las ingeni¨® para tocar casi siempre hasta la cocina rival. Le falt¨®, pues, disparos desde media distancia, una peque?a tara en este curso porque en la Liga no se ha estrenado en esa suerte a pesar de los 29 tantos que contabiliza. S¨ª que lo logr¨® Rakitic en Europa ante el Bate. Es un registro que le falta dentro del abanico de juego y goles que tiene, tal y como demostr¨® en el Bernab¨¦u.
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