El Celta gana al Sporting de rebote

El azar tambi¨¦n gana partidos. El Celta venci¨®, literalmente, de rebote un partido que no mereci¨®, dominado por el Sporting, al que castig¨® la desgracia en una jugada sobre el final del partido en la que su portero despej¨® el bal¨®n sobre el cuerpo de Nolito. Estaba fuera del ¨¢rea el internacional, pero el esf¨¦rico tras golpearle se fue mansamente hacia la red. Fue una acci¨®n de fortuna, s¨ª, pero en ella Iago Aspas, que hab¨ªa comenzado el partido en el banquillo, compr¨® bastantes boletos para que le favoreciera la loter¨ªa con un magn¨ªfico pase al espacio que puso en liza a Cu¨¦llar contra Nolito. Cay¨® el Sporting en eso que se denomina digna derrota. Ya lleva unas cuantas.

El Celta se adelant¨® en el marcador cuando el partido a¨²n no hab¨ªa levantado el vuelo. Hab¨ªa comenzado perezoso, con una cierta frialdad, pero un fogonazo de talento lo abri¨®. Marc¨® Orellana tras dejada de Bongonda, pero el que inici¨® la jugada fue el siempre inevitable Nolito, que busc¨® ese desplazamiento en diagonal del que el Barcelona ha hecho casi se?al de identidad. Ahora que no cesa de relacionarse al sanluque?o con la casa blaugrana no deja de tener su aquel. Nolito demostr¨® que tambi¨¦n domina esa suerte y el partido vir¨® para ambos contendientes. Al Celta le ayud¨® a estabilizarse, al Sporting a vencer su inicial timidez.

Berizzo hab¨ªa introducido cuatro cambios en el once respecto al equipo que cay¨® en el derbi gallego de Riazor. Dos de ellos en defensa estaban obligados por la lesi¨®n de Font¨¤s y la sanci¨®n a Jonny, los otros dos no y enviaron a Wass y Iago Aspas al banquillo. Lo f¨¢cil ser¨ªa caer en la tentaci¨®n de apuntar sus nombres como se?alados, pero escarbando un poco en la realidad del Celta las variaciones tienen m¨¢s que ver con una necesidad que con un reproche. En un equipo que se abrocha a partir de su vocaci¨®n por la presi¨®n y el ritmo parece casi imperativo no solo que haya hombres que decaigan sino tambi¨¦n integrar en la din¨¢mica competitiva a cuantos m¨¢s mejor. Bongonda y Guidetti, con las carencias que llevan encima de la falta de minutos, mostraron a Berizzo que puede contar con ellos. Suyos fueron sus intentos m¨¢s notables de aumentar la ventaja en los minutos posteriores al gol de Orellana. Bongonda le dio adem¨¢s un perfil vertical en las contras que incomod¨® al Sporting.

Con los asturianos no hay dudas: siempre entregan todo lo que tienen. Y es bastante m¨¢s de lo que muchos sospechan. Cuando se vieron por detr¨¢s en el marcador no dudaron en dar un paso adelante y anclarse a la categor¨ªa de Halilovic, que lo dio atr¨¢s para entrar en contacto con el bal¨®n y construir f¨²tbol. Pero hasta el descanso hubo por parte de todos m¨¢s intenciones que soluciones, m¨¢s intentos que llegadas, apenas un gol anulado a Isma L¨®pez por fuera de juego previo de Sanabria. Tras el receso fue otra cosa. El Sporting acab¨® de hacerse con la pelota, oblig¨® al Celta a guardarse, que no es poca cosa, y puso el partido en una ¨²nica direcci¨®n, la de la meta defendida por Sergio ?lvarez.

El Celta se dej¨® hacer, pero su incapacidad durante largos minutos para hacerse con el control de la situaci¨®n, su querencia a deshilacharse y separar l¨ªneas, alerta sobre su momento, que no es el mejor. Persigui¨®, sufri¨® y fall¨® para conceder el empate que se hab¨ªa trabajado el Sporting, no tanto por ocasiones como por insistencia. Marc¨® Carlos Castro, un cazagoles que mand¨® a la red el primer bal¨®n que toc¨®, y el Celta no dej¨® de palidecer por m¨¢s que en una acci¨®n epis¨®dica Luis Hern¨¢ndez tocase el bal¨®n con la mano en su ¨¢rea, el penalti se fuese al limbo y con ¨¦l quien sabe si una nueva ventaja en el marcador. No la mereci¨® el equipo de Berizzo, que siempre remiso en los cambios no le dio cancha a Iago Aspashasta el minuto 78. A la postre fue quien prendi¨® la luz. Para entonces el partido ya era del Sporting, que atisb¨® el triunfo y se encontr¨® la derrota de un partido que gan¨® el Celta sin querer.