El d¨ªa que Messi jug¨® para River

Han pasado 16 a?os, pero Eduardo Abrahamian, no lo olvida, imposible: ¡°Arrancaba en mitad de cancha a gran velocidad y se gambeteaba a uno, dos, tres chicos...Amagaba para un lado, giraba y sal¨ªa para el otro. Eran todos chispazos muy r¨¢pidos. Ven¨ªa de frente al marcador y ¨¦l giraba con todo el cuerpo, hac¨ªa una vuelta con pelota al pie y arrancaba en diagonal. Era impresionante. Nunca vi nada igual¡±, le cont¨® a Maximiliano Benozzi, en el diario Clar¨ªn para explicar lo que vio el d¨ªa que a finales de 1999, en la cancha n¨²mero 7 de la Ciudad Universitaria, un martes, vio hacer a Messi durante la prueba a los ni?os de la categor¨ªa'87. Messi maravill¨® y, claro, le bastaron cinco minutos para superar la prueba. Pero nunca lleg¨® a fichar por River.

Por consejo de Federico Vairo, un m¨ªtico cazatalentos de los millonarios, lleg¨® desde Rosario con otro crio, Leandro Gim¨¦nez, compa?ero en las Infantiles de Newell's, que recuerda aquella ma?ana. "A Leo lo dejaron en el banco de suplentes y entr¨® en el segundo tiempo. Me acuerdo que en la primera jugada que hizo, se la llev¨® de espalda, se dio vuelta, la pis¨®, le tir¨® un ca?o al defensor y defini¨® al ¨¢ngulo. Sorprendi¨® a todos¡±. Abrahamian, que fue zaguero de River Plate y San Lorenzo (form¨® plantel que ascendi¨® en 1982), San Mart¨ªn de Tucum¨¢n y Deportivo Armenio, dej¨® el f¨²tbol profesional por una lesi¨®n y se dedic¨®, durante 13 a?os, a dirigir infantiles y juveniles en la cantera de River Plate . Luego, prob¨® suerte como D.T en Espa?a, en el Cartagena, antes de volver a a casa y trabajar en Racing y Argentinos Juniors

Nunca vi nada igual" reconoce Eduardo Abrahamian, t¨¦cnico de las inferiores de River el d¨ªa que Messi se visti¨® con la franjiroja

Abrahamian ten¨ªa olfato para el talento as¨ª que le bastaron cinco minutos para sucumbir a Leo. Le vio y no tuvo dudas: River deb¨ªa ficharle s¨ª o s¨ª. ¡°Fui a hablar con el director general, con D¨¦lem. Le cont¨¦ que hab¨ªan llegado dos jugadores de Rosario. Le dije que hab¨ªa uno que era muy bajito, pero que jugaba muy bien y le invit¨¦ a que los viera¡±. Para ello, convoc¨® a los rosarinos para tres entrenamientos m¨¢s en el Ciudad Univeritaria y llam¨® tambi¨¦n a Higuain, que ya militaba en las inferiores de River. Les puso a jugar en el mismo equipo, a conciencia. ¡°Fue una cosa de locos verlos juntos¡±, dice. ¡°Leo marc¨® 11 goles en uno de esos partidos¡±. De inmediato, la maquinaria para fichar a la pulga se puso en marcha, algo que nunca ocurri¨®.

Abrahamian busca razones. ¡°Delem ten¨ªa que hablar con los dirigentes. Yo no pod¨ªa meterme con las necesidades de la familia del chico. Sostengo que en Newell?s nunca le quisieron dar el pase. Gim¨¦nez lo consigui¨® y fich¨® en River. En River, nunca me hablaron del problema de crecimiento, ni las inyecciones que necesitaba. Sab¨ªa que en cualquier momento iba a aparecer jugando en alg¨²n club¡±. La historia es sabida: Leo lleg¨® a Barcelona y se qued¨®. Y Abrahamian le sigue dando vueltas: ¡°Primero supe que estaba en la Masia. Y sent¨ª que no estaba equivocado. Y cuando lo vi debutar en el Barcelona, e hizo la carrera que hizo, confirm¨® todo lo que pens¨¦ que pod¨ªa ser cuando ten¨ªa doce a?os¡­ Pero no te voy a mentir, soy hincha de River, y me da un poco de bronca, de frustraci¨®n no haberlo podido ver vistiendo nuestra camiseta¡±, reconoci¨® hace unos d¨ªas en una entrevista a Veronica Brunatti en el Diario AS.