?Ciclismo o ¡®motorciclismo¡¯?
El descubrimiento de un motorcito en una bici en el Mundial de ciclocross confirma los rumores de dopaje tecnol¨®gico
Aunque se ven¨ªa hablando de su posibilidad desde hace media docena de a?os, desde que Fabian Cancellara gan¨® como si fuera en moto, solo y tras cambiar varias veces de bici, un Tour de Flandes y una Par¨ªs-Roubaix, hasta el pasado fin de semana no hab¨ªa pruebas tangibles de la existencia del motorciclismo, el deporte prohibido que se practica sobre una bicicleta dotada de un peque?o motor escondido. Lo descubri¨® un inspector de la Uni¨®n Ciclista Internacional (UCI) en la Wilier Triestina de Femke van den Driessche, una ciclista belga que participaba en el Mundial sub-23. El comisario actu¨® equipado con una tablet?dotada de un detector de calor y ondas electromagn¨¦ticas, la ¨²ltima arma de detecci¨®n, que la UCI manten¨ªa en secreto para evitar que los tramposos pudieran eludirla.
Cuando con Espartaco Cancellara comenzaron los rumores del uso de motores escondidos en las pruebas ciclistas, la UCI respondi¨® con una pol¨ªtica disuasoria que consisti¨® en el uso en el Tour de Francia de unos ineficaces e inc¨®modos esc¨¢neres, que nada descubrieron. Tampoco tuvo ¨¦xito la polic¨ªa ciclista con el uso de minic¨¢maras introducidas en los tubos de las bicicletas ni con otros m¨¦todos de inspecci¨®n visual. Mientras, las sospechas crec¨ªan, alimentadas por im¨¢genes tan curiosas como la de la bicicleta del canadiense Ryder Hesjedal, que pareci¨® cobrar vida propia y autonom¨ªa de movimientos despu¨¦s de una ca¨ªda de su pedalista en la Vuelta a Espa?a de 2014, por los cambios frecuentes de bicicletas o de ruedas traseras de algunos corredores en otras carreras por etapas o por las aceleraciones fulgurantes e imposibles de cracks en pendientes tremendas.
La ciclista belga neg¨® que la bicicleta fuera suya; su compatriota Eddy Merckx, quien reconoci¨® que ¨¦l, a los 70 a?os, usa una bici con motor el¨¦ctrico para poder subir los puertos, indignado dijo que eso era peor que el dopaje qu¨ªmico y que deber¨ªa pagarse con una suspensi¨®n a perpetuidad y no con los solos seis meses que fija el reglamento, y Claudio Ghisalberti, el periodista que m¨¢s ha investigado el asunto, escribi¨® en La Gazzetta dello Sport un art¨ªculo en el que explicaba que el motorcito hallado en la bici de la corredora estaba ya pasado de moda, dopaje tecnol¨®gico de primera generaci¨®n ya superado por m¨¦todos m¨¢s sofisticados, como la rueda trasera acelerada por un mecanismo electromagn¨¦tico escondido en su llanta de carbono.
Seg¨²n el diario italiano, que guarda en secreto, como oro en pa?o, la identidad de su principal fuente de informaci¨®n, un ingeniero al que llaman mister X que vive de montar motores ocultos en bicicletas de competici¨®n, el motorcito, un cilindro pl¨¢stico y silencioso que se introduce en el tubo vertical y se engrana mediante dientes c¨®nicos en el eje del pedal, genera entre 50 y 500 vatios, pesa poco m¨¢s de medio kilo y sus bater¨ªas duran entre media hora y dos horas, seg¨²n la potencia que se le exija. Se activa con un mando a distancia v¨ªa Bluetooth o desde el cardiofrecuenc¨ªmetro del corredor y cuesta unos 20.000 euros, bicicleta incluida.
El secreto est¨¢ en la rueda
La rueda electromagn¨¦tica es otro cantar. Es m¨¢s cara (solo la rueda cuesta 200.000 euros) y genera menos potencia (entre 20 y 60 vatios), pero es el m¨¦todo que, seg¨²n el fabricante misterioso, prefieren los profesionales. Para estos, 60 vatios suponen el 15% de la potencia que ellos mismos, sus piernas y sus m¨²sculos, son capaces de generar, y constituyen por ello un plus similar y tan decisivo como el que se consegu¨ªa antes con una buena dosis de EPO. Un buen empuj¨®n para desequilibrar las contiendas m¨¢s igualadas y sin riesgo para la salud.
¡°Antes muchos se re¨ªan cuando se hablaba de este dopaje mec¨¢nico¡±, dijo Brian Cookson, presidente de la UCI. ¡°Pero ahora ya podemos decir que hab¨ªa y hay ciclistas que lo practican. Lo que no puedo decir es si son muchos o pocos¡±.
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