Y Guardiola dijo ¡®yes¡¯
El t¨¦cnico catal¨¢n sigue en M¨²nich, pero la expectaci¨®n por su llegada al City ha conmocionado al club, a Manchester y a toda la Premier League
Eddy pasea por Manchester como ajeno al aguacero que le cae sobre la calva. Eddy, as¨ª dice llamarse, tiene m¨¢s de 50 a?os, no pasa del metro setenta y, fornido como es, resulta mucho m¨¢s f¨¢cil saltarle que dar una vuelta a su alrededor. Sobre la piel del cr¨¢neo se le cuentan al menos 20 tatuajes, todos en tinta azul celeste, y dir¨ªase que la mayor¨ªa hacen referencia al City, incluido un enorme escudo de los citizens. Viste un chubasquero celeste y su perilla, tipo cantante del grupo ZZ Top, larga y densa, est¨¢ te?ida en color azul celeste, por supuesto. ¡°Guardiola es listo y entiende el juego. Conectar¨¢ con el f¨²tbol ingl¨¦s, con su esp¨ªritu¡±, dice Eddy en el tranv¨ªa camino del City of Manchester. ¡°Mucha gente se pregunta si Pep sabe tanto como parece. No creo que necesite llegar a la Premier para demostrar nada como entrenador y, por supuesto, no a la gente del City¡±, completa Eddy que, como toda la Inglaterra futbol¨ªstica, espera a Guardiola desde que Pep dijo ?Yes!
El tranv¨ªa se para a las puertas del Etihad y Eddy suelta: ¡°Es una pena que Pep no haya llegado a conocer nuestro viejo estadio¡±, dice en referencia al viejo campo de Maine Road. No hay que ser muy perspicaz para imaginarse a Eddy, hace 30 a?os, desga?it¨¢ndose en las gradas del viejo estadio de los azules de Manchester. ?l, como la mayor¨ªa de los seguidores del City, est¨¢ encantado desde que sabe que el entrenador catal¨¢n, todav¨ªa t¨¦cnico del Bayern, dirigir¨¢ la pr¨®xima temporada a su equipo. Es una sensaci¨®n que impregna Manchester, excepto si el que habla es un seguidor del United, claro. Una idea que llev¨® a Liam Gallagher, l¨ªder de Oasis y confeso seguidor del City, a comparar a Guardiola con el octavo disco de The Beatles, Sgt. Pepper¡¯s Lonely Hearts Club Band, que pasa por ser uno de los albumes m¨¢s rompedores de la historia del pop. Y eso se espera de Guardiola, que rompa moldes.
Pep decidi¨® dejar el Bayern M¨²nich movido por sus ganas de conocer la Premier League, buscando nuevas motivaciones y el placer de disfrutar de nuevas sensaciones. O eso es lo que cuentan los que har¨¢n las maletas con ¨¦l desde M¨²nich. ¡°Busca retos y nuevas sensaciones¡±, dicen. En su d¨ªa necesitaba jugar contra el Dortmund como ahora el cuerpo le pide jugar en Anfield, contra el Fulham o en el estadio del West Ham.
?Pep dio orden a su hermano: ¡°Llama a Txiki¡±. Se lo deb¨ªa desde 2012
¡°En el campo del Leverkusen ya sabe lo que es ganar, necesita hacerlo contra el Everton o en Stoke-on-trent¡±, razonan sus amigos cuando le preguntan por qu¨¦ se va del Bayern. Son los mismos que hace tres a?os respond¨ªan las razones de porqu¨¦ fich¨® por el club alem¨¢n. Y los mismos que le acompa?ar¨¢n a Manchester: los t¨¦cnicos Domenech Torrent y Carles Planchart, Lorenzo Buenaventura, el preparador f¨ªsico y, por supuesto, su mano derecha, Manel Estiarte. El resto corre a cuenta del club. No ha pedido nada, pero Txiki Begiristain, director deportivo del City, sabe lo que necesita. ¡°A Pep le sobraban razones para renovar el contrato con el Bayern. De M¨²nich, del club y del equipo solo tiene motivos para hablar bien. Por eso lo pens¨® tanto antes de tomar una decisi¨®n¡±, cuentan en el entorno del entrenador, desde la Sabaner Strasse, la ciudad deportiva del conjunto alem¨¢n.
All¨ª, nadie recuerda un d¨ªa en concreto en el que su jefe les reuniera para comunicarles la decisi¨®n de abandonar M¨²nich, pero coinciden generalizadamente: ¡°Lo ve¨ªamos venir¡±. El entorno de Guardiola niega una ruptura traum¨¢tica con el Bayern y, en cambio, habla de un acercamiento visceral al City y a la Premier, sobre todo a la Premier.
En alg¨²n sitio estaba escrito que hab¨ªa llegado la hora o, por lo menos, esa era la intuici¨®n de Pep. ¡°Algo le dijo que era el momento¡±, aseguran sus allegados. As¨ª que Guardiola, tras largas charlas con Rummenigge, le comunic¨® a finales de noviembre que no iba a renovar su contrato. El 20 de diciembre, el Bayern lo hizo oficial, de com¨²n acuerdo con el t¨¦cnico, y anunci¨® tambi¨¦n que le sustituir¨ªa Carlo Ancelotti.
Pep ya hab¨ªa llamado a Londres dando instrucciones. All¨ª vive su hermano. ¡°Habla con Txiki¡±, fue lo ¨²nico que le dijo. A Begiristain le deb¨ªa un pase. ¡°Si Txiki trabajara en el Chelsea probablemente primero hubiera llamado al Chelsea¡±, se da por hecho en las oficinas del City, donde no hay empleado, de mayor o menor rango, que no se?ale a su director deportivo como al gran culpable de haber conseguido el fichaje de Guardiola.
En dos reuniones se cerr¨® el pacto: ser¨¢ el entrenador mejor pagado del mundo
La imagen, para entenderlo, remite al Dream team, a un partido cualquiera. Guardiola tiene la pelota en el centro del campo, el Bar?a ataca lanzado y al 4 se le ofrecen varias opciones de pase: Romario, Txiki, Laudrup, o Stoichkov... y se la da a Laudrup. Y es gol. Un rato despu¨¦s, se repite el ataque y Pep vuelve a escoger: levanta la cabeza y elige. ¡°Pep sabe que le deb¨ªa ese pase a Txiki¡±, explican amigos de Pep, desde que en octubre de 2012, en Nueva York, el cuerpo le pidi¨® d¨¢rselo a Uli Hoeness. Y el alem¨¢n, que fue delantero centro, no dej¨® escapar el bal¨®n. Hoeness marc¨® un golazo porque fich¨® a Guardiola.
¡°Habla con Txiki¡±. Y eso hizo Pere el menor de la familia, que no tuvo ni que moverse de Londres, porque el City tiene oficinas en el centro financiero de de la capital inglesa. Tan pronto Txiki lo supo, tan pronto vio llegar el pase, supo que era gol. No pod¨ªa terminar de otra manera. Txiki y Pep siempre se pusieron de acuerdo con una mirada. A su hermano y a Ferran Soriano y Pere Guardiola no les cost¨® demasiado alcanzar el acuerdo m¨¢s alto jam¨¢s firmado por un entrenador en la historia del f¨²tbol. Un contrato, por las pr¨®ximas tres temporadas, cuya cuant¨ªa est¨¢ blindada por una cla¨²sula de confidencialidad
¡°Si Guardiola te ofrece la posibilidad de ficharlo, lo fichas¡±, reconoc¨ªa la pasada semana un alto ejecutivo del City. Era una gran ventaja para Ferran Soriano negociar en nombre de Mansour bin Zayed Al-Nahyan, presidente del Abu Dhabi United Group for Development and Investment, un grupo inversor de los Emiratos ?rabes, por razones obvias, que remiten a la capacidad economica.
Y para Pere Guardiola, la tranquilidad de hacerlo con el nombre de Pep al otro lado de la mesa, consciente de que si su hermano hab¨ªa dicho que quer¨ªa jugar en la Premier, siempre le quedar¨ªa el United, o el Chelsea, se sumaba a la idea de saber que su hermano y Txiki piensan el f¨²tbol de manera id¨¦ntica desde que lo mamaron con Cruyff. Normal que el acuerdo fuera tan f¨¢cil. De una tacada se qued¨® en el camino el United, el Chelsea, el PSG y las dos insinuaciones, por persona interpuesta, que Florentino P¨¦rez lanz¨® al entorno de Guardiola para interesarse por la posibilidad de plantearse una negociaci¨®n con el t¨¦cnico catal¨¢n.
En el vestuario del City hay una duda: ¡°?Me querr¨¢ Pep en el equipo?¡±
Seg¨²n el precontrato firmado, Guardiola se reserva parte de los derechos de imagen, y otras minucias que supondr¨¢n pingues beneficios, como para no menospreciar. As¨ª, Pep, que tiene contrato para llevar calzado deportivo con Adidas, vivir¨¢ en casa de Nike, actual esponsor del City; en la mesa de su representante ya existe la mayor oferta que haya planteado una editorial por un libro de contenido deportivo que jam¨¢s se haya publicado nunca en Inglaterra y por Richmond Street, la zona de ambiente gay de Manchester ya se hacen bromas sobre qu¨¦ actor interpretar¨¢ a Pep en la gran pantalla cuando el City gane la Champions, cosa que se da por hecho, la pel¨ªcula y el t¨ªtulo.
En el Etihad la preocupaci¨®n es otra y se habla de acabar el curso lo mejor posible. A finales de diciembre, Pellegrini habl¨® con Txiki. ¡°?Est¨¢is negociando con Guardiola?, le pregunt¨® el chileno. ¡°No, pero no te niego que lo vamos a hacer¡±, respondi¨® el vasco. ¡°Solo te pido que me manteng¨¢is informado¡±, pidi¨® el entrenador del City, consciente de que en su contrato hab¨ªa una cla¨²sula por la que, pag¨¢ndole el a?o que le queda, el club pod¨ªa darle la carta de libertad.
Apenas un par de semanas despu¨¦s, Txiki comunic¨® a su entrenador el acuerdo con Guardiola. Dicen en Manchester que si Pep y Mauricio no han hablado es porque el City les ha pedido que no lo hagan todav¨ªa, para que no se evidencie a¨²n m¨¢s el traspaso de poderes ante el vestuario. Un vestuario donde quien m¨¢s o quien menos ya tiene la cabeza puesta en la pr¨®xima temporada, y una duda: ¡°?Me querr¨¢ Pep en el equipo?¡±. ¡°Guardiola y Txiki hablan cada semana, se conocen hace 20 a?os. Entre ellos est¨¢ todo clar¨ªsimo¡±, admiten amigos comunes del t¨¦cnico y del que ser¨¢ su director deportivo de los mancunians.
La inyecci¨®n de millones del acuerdo televisivo convierte a cualquier club de la Premier en una m¨¢quina de generar millones de libras con las que salir al mercado de compra. En eso el City es parecido a la mayor¨ªa de clubes, pero en el Etihad son conscientes de una realidad: ¡°Somos los ¨²nicos que cuando llamamos a un jugador le podemos decir: ?Quieres trabajar con Guardiola¡±, explican en el club de Manchester. Esa es la gran ventaja de Txiki puestos a competir por reforzar al equipo. Ya no hay excusas. Si el City tiene a Guardiola, menos a Messi, tal vez pueda comprar todo lo que se proponga.
Guardiola dijo ?yes! y, ahora, Inglaterra le espera m¨¢s all¨¢ del r¨ªo Mersey. Pep ya tiene casa en Manchester, muy bonita, y un club detr¨¢s, muy poderoso. Txiki le busca los jugadores para que haga un equipo. Solo le falta eso: entrar en su nuevo despacho y empezar a ejercer.
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