Gracias Messi
La pen¨²ltima genialidad del astro frente al Celta pone el arte bajo sospecha y resucita a la Espa?a m¨¢s cainita
Hay jugadas tan sublimes que rebobinadas impactar¨¢n incluso m¨¢s que en directo, porque jam¨¢s quedar¨¢n destinadas al olvido que seremos. La rutina es fugaz, pero como en todo arte, las genialidades son imperecederas, p¨®stumas. La ¨²ltima originalidad, el l¨ªrico penalti entre Messi y sus distinguidos colegas, ya est¨¢ bajo llave en el archivo del tesoro del f¨²tbol, por m¨¢s que le pese a esa Espa?a cainita, siempre con sus grasientas bater¨ªas a tiro.
Cuesta creer que haya que justificar el ingenio, como si este se confabulara contra algo o alguien. Lejos de gozar de una acci¨®n c¨®smica, del pen¨²ltimo testamento de Messi, resulta que de forma instant¨¢nea se reproducen los debates sobre si fue o no una irrespetuosa mo?a burlona. El mero planteamiento ya es delirante. ?Por qu¨¦ no satanizar al Le¨®nidas que marcaba descalzo, al Pel¨¦ que hizo descarrilar a Mazurkiewicz, al Garrincha que hac¨ªa chistes con los pies, al Di St¨¦fano que goleaba de tac¨®n, al Higuita del escorpi¨®n, al Best que tiraba paredes con las piernas de los contrarios, al Guti de ojos en la nuca que la li¨® con Benzema en Riazor, al Panenka que inmortaliz¨® una suerte de penaltis de alto riesgo¡? Por desgracia, hay quien prefiere atrofiar la osad¨ªa. La enemiga, claro. ?Cu¨¢ndo fue deplorable la c¨¦lebre inventiva de Al¨ª, Jordan o Federer? La Espa?a futbolera, seg¨²n a qui¨¦n, no se lo consiente.
Messi, lejos del narcisismo imperante, estaba ante su gol 300 en Liga, pero prefiri¨® explorar una v¨ªa. El Bar?a, con ¨¦l incluido, ya hab¨ªa fallado 6 de 14 penaltis. La treta estaba preparada para Neymar, que llevaba unas jornadas seco. Por suerte, se interpuso Luis Su¨¢rez. Por suerte, s¨ª, porque de haber sellado Ney el gol la bronca se hubiera disparado todav¨ªa m¨¢s.
A este chico se le niega la dicha brasile?a, la m¨¢s embriagadora que haya conocido el f¨²tbol, la m¨¢s recreativa. Puede que a veces le sobre alg¨²n arabesco, pero Neymar es una oda al f¨²tbol, un jugador con un cat¨¢logo extraordinario, fuera del alcance de los mortales. Alguien capaz de hacer volar sus piernas por un lado y la cintura por otro, de hacer rodar la pelota como si llevara lubricante en los tacos. Improvisa rutas de evacuaci¨®n con fantas¨ªa, tira sombreros, amaga como si tuviera una lagartija en los calzoncillos. Recursos asombrosos, como las ruletas de Zidane e Iniesta, gente que piropea a la pelota, que engrandece este deporte. Neymar forma parte del Bolshoi del f¨²tbol, pero est¨¢ bajo sospecha en esa otra Espa?a, la de la casposa inquina a determinados personajes que escapen de la ortodoxia. Aquellos que creen poder distribuir a su antojo el carn¨¦ de genio.
Despu¨¦s de haber utilizado al ¨¢rbitro como se?uelo para ventilar el marcaje de Planas y haber dislocado a Jony con un regate de ¨¦poca en la jugada del penalti, la agudeza la Pulga y sus socios fue de lo m¨¢s intr¨¦pida. De acuerdo que no iban 0-0, ?pero alguien concibe que Messi sea menos audaz que Panenka? Le pudo salir una ¡°cantinflada¡± como a Pires y Henry en su momento, lo que revaloriza a¨²n m¨¢s su ejecuci¨®n. Se expusieron a un rid¨ªculo universal, y no les import¨®. Solo resta que alguien con la sensibilidad literaria de Jorge Valdano con el gol tot¨¦mico de Maradona haga ahora el relato de c¨®mo se las ingeniaron estos maravillosos locuelos. Leo no lo har¨¢, su verso se limita al c¨¦sped. En todo caso, gracias Messi. Y que se mejore Johan, que en la semana en la que va ganando 2-0 al c¨¢ncer, intencionado o no, Messi sabr¨¢, no pudo tener mejor homenaje
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