Desde Chern¨®bil con amor... vasco
¡°Solo cuando has probado un lim¨®n puedes apreciar el az¨²car¡±. Proverbio ucraniano.
Aqu¨ª por Chern¨®bil, como en el resto de Ucrania, la gente sigue con fervor a un club de f¨²tbol de su pa¨ªs, como el Dinamo de Kiev, pero suele sentir pasi¨®n tambi¨¦n por un equipo de una de las grandes Ligas europeas. Si optan por la espa?ola, lo previsible es que sean aficionados del Barcelona o del Real Madrid.
Un forofo de aqu¨ª, seguramente la zona m¨¢s radioactiva del mundo, lo hace al rev¨¦s ¡ªy con admirable originalidad¡ª. Su segundo equipo es el Dinamo; su primer amor, con la posible excepci¨®n de su familia o su novia, es el Athletic de Bilbao.
Dmytro Sviridenko es su nombre. Conocido por sus amigos como Dima, tiene 24 a?os y es de un pueblo de 10.000 habitantes llamado Ivankiv. Fr¨ªo en estas ¨¦pocas, pobre hace tiempo y siempre gris, Ivankiv sigue viviendo las secuelas de la explosi¨®n catastr¨®fica de 1986 en la vecina central nuclear de Chern¨®bil, a apenas 40 kil¨®metros de distancia. Treinta a?os m¨¢s tarde, la contaminaci¨®n invisible de la radioactividad ah¨ª sigue, y ah¨ª seguir¨¢ por todos los tiempos, en el aire y en la tierra.
Dmytro Sviridenko tiene 24 a?os y es de un pueblo de Ivankiv. Su primer amor, con la excepci¨®n de su familia o su novia, es el Athletic
Dima es un chico fuerte y sano pero ni ¨¦l ni nadie sabe con seguridad cu¨¢l ser¨¢ el impacto sobre su cuerpo, o sobre sus hijos si se atreve a tenerlos, de la inerradicable radiaci¨®n.
Dima, sin embargo, no piensa mucho en eso. Tiene m¨¢s que suficiente con sus estudios en la universidad y el dudoso destino que le espera en la corrompida y fr¨¢gil econom¨ªa ucraniana. El consuelo, la diversi¨®n y, cuando hay suerte, la alegr¨ªa la aporta el Athletic.
Me lo explic¨® ¨¦l en un bar de Ivankiv en un perfecto espa?ol. Resultaba que a los ocho a?os form¨® parte de un grupo de ¡°ni?os de Chern¨®bil¡± que pasaron un par de meses viviendo con familias espa?olas. Repiti¨® cada a?o, en su caso siempre en Bilbao, hasta cumplir los 18. Hasta la fecha m¨¢s de 3.000 ni?os de Ivankiv ha participado en el programa, organizado por varias ONG¡¯s con el motivo de dar a los ni?os una buena dosis, esencial para su desarrollo f¨ªsico seg¨²n la opini¨®n m¨¦dica, de aire limpio.
Este es el motivo por el cual, para mi enorme e inagotable sorpresa, me he encontrado una y otra vez en este peque?o pueblo eslavo, tan ajeno a la forma de ser hispana, con ni?os o j¨®venes que hablan un excelente espa?ol.
Dima, su espa?ol contaminado por un marcado acento vasco, me cont¨® que le regalaron su primera camiseta del Athletic cuando ten¨ªa 14 a?os. La ¨²ltima que recibi¨® est¨¢ firmada por todos los jugadores. Ve todos los partidos que puede en televisi¨®n o en internet.
?Se sab¨ªa, le pregunt¨¦, la alineaci¨®n del equipo actual? ¡°?Hombre!¡±, me contest¨®, medio ofendido, medio mof¨¢ndose de mi pregunta. ¡°Me s¨¦ buena parte de la historia del club. Te puedo hablar de Zarra, el goleador m¨¢s grande ¡ªpichichi un mont¨®n de veces¡ª que hemos tenido. Te puedo recordar que nunca hemos bajado a Segunda. Te dir¨¦ que me encanta esa pol¨ªtica tan ¨²nica que tenemos de solo poner a jugadores vascos¡±.
?Sus ¨ªdolos? ¡°Pues, Guerrero, Etxeberria y Yeste¡ ?Jo, flipaba con Yeste! Tambi¨¦n Urzaiz, claro, y ahora Aduriz¡?Qu¨¦ jugadorazo, joder! Tiene que ir a la selecci¨®n¡¡±
Y as¨ª, en esta vena, sigui¨® Dima un buen rato, recordando con vividez fotogr¨¢fica antiguos goles y jugadas de su equipo, como si estuvi¨¦ramos en una taberna a las afueras de San Mam¨¦s. ?Hab¨ªa ido a un partido en San Mam¨¦s? ¡°S¨ª, a ver a la selecci¨®n de Euskadi contra la selecci¨®n de Per¨², pero nunca he coincidido con un partido de Liga. Es una pena¡±. ?Qu¨¦ partido so?ar¨ªa con ver? ¡°Pues, uno en casa contra la Real Sociedad estar¨ªa guapo. O con el Madrid. O, si pudiera volver en el tiempo¡ ?el 4 a 0 que le metimos al Barcelona en la ¨²ltima Supercopa!¡±.
Al acabar la conversaci¨®n salimos afuera, al fr¨ªo de la noche ucraniana. Dima encendi¨® su tel¨¦fono m¨®vil y vi que en la pantalla de bienvenida aparec¨ªan dos datos: la temperatura en Ivankiv y la temperatura en Bilbao. M¨¢s claro, imposible. La maldici¨®n de Chern¨®bil ser¨¢ para siempre; la feliz casualidad de la pasi¨®n de Dima por el Athletic tambi¨¦n.
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