Waldo y Wanderlei, hermanos y residentes en Valencia
Lo de los dos frente a frente,ambos ¨ªdolos y delanteros centro, tuvo impacto nacional. Fue en el primer derbi valenciano en Primera
![Los hermanos Waldo y Wanderlei, durante un Valencia-Levante.](https://imagenes.elpais.com/resizer/v2/336XSHKTPUVCJTFMD6SR3MBAYA.jpg?auth=d6f0b36eec130243ba6d7e88b5106d9ce2cab1586becd89d385607b13f43ca93&width=414)
El 21 de junio de 1961, Valencia sufri¨® una conmoci¨®n: la muerte en accidente de Walter.
Walter hab¨ªa llegado al Valencia en septiembre de 1957, tra¨ªdo por el secretario t¨¦cnico, Cubells, que viaj¨® a Brasil en busca de una figura que matara, si tal cosa fuera posible, la a?oranza del holand¨¦s Wilkes, la primera gran W del Valencia. Con el tiempo, Cubells cont¨® que estuvo tentado de fichar a un chiquillo del Santos llamado Pel¨¦, pero no se decidi¨®, porque s¨®lo ten¨ªa 16 a?os. Opt¨® por el armador de juego del Vasco de Gama, Walter Marciano de Queir¨®s. El problema fue que lo que la afici¨®n esperaba era un delantero. Walter se vio obligado a jugar arriba. Se defendi¨® por su regate el¨¦ctrico y por algunos goles espectaculares.
Acab¨® por ser muy querido despu¨¦s de las controversias iniciales. En ese momento estaba cuando el 21 de junio del 61 se estrell¨® con su coche en un punto negro (kil¨®metro 23) de la carretera de El Saler. Hab¨ªa comido con varios compa?eros para celebrar el cumplea?os del reci¨¦n incorporado Coll. Le convencieron para prolongar el encuentro en Sueca, donde viv¨ªa Sendra. Eran siete, y s¨®lo hab¨ªa otro coche y el suyo. Se resisti¨®, porque acababa de tener un beb¨¦ y quer¨ªa ir a casa, pero acab¨® por aceptar. En la llamada curva de la muerte, un despistado que ven¨ªa de frente le hizo dar un volantazo y se estrell¨® contra un cami¨®n de refrescos. Muri¨® en el acto. Coll y Sendra, que iban con ¨¦l, salieron ilesos.
El dolor fue tremendo. El 1 de julio se celebra en Mestalla un partido en su homenaje y en beneficio de la viuda y el beb¨¦. El Valencia se refuerza con Pesudo (reci¨¦n traspasado al Bar?a), Evaristo, Did¨ª, y Recam¨¢n. Pero la estrella del partido fue el nueve del equipo invitado, el Fluminense, un tal Waldo Machado da Silva, de raza negra, como Walter. Con W, como ¨¦l. El Fluminense gan¨® 2-3, con dos goles de Waldo.
El Valencia fich¨® de inmediato a su tercera W. Delantero rompedor, con ¨ªmpetu, un tiro terrible y golpes francos con ¡®folha seca¡¯ como la que se le hab¨ªa visto a Did¨ª en su fugaz paso por el Madrid. Ten¨ªa 26 a?os, estaba en plena madurez. Hab¨ªa jugado cinco partidos con Brasil, con Garrincha, Did¨ª y Pel¨¦, disput¨¢ndole el puesto a Vav¨¢. Su primera temporada vino acompa?ada de la Copa de Ferias, primer t¨ªtulo europeo del Valencia. Marc¨® 14 goles en la Liga y 7 en la Copa de Ferias.
Ten¨ªa un hermano llamado Wanderlei, cuatro a?os m¨¢s joven que ¨¦l. Delantero centro del Vasco de Gama. Ol¨ªmpico con Brasil en Roma, con el gran Gerson, entre otros.
Waldo hab¨ªa hecho amistad con un vicepresidente del Elche, un peletero llamado Francisco S¨¢ez, y le habl¨® de su hermano para cubrir la baja de Re, traspasado al Bar?a. El presidente ilicitano, Esquitino, dud¨®, porque pretend¨ªa a Eulogio Mart¨ªnez, soltado por el Bar?a, que a su vez estaba pendiente de que le fichara el Inter. Mientras, Bogossian, el gran agente de la ¨¦poca, hab¨ªa llevado a Elche a un paraguayo llamado Lezcano. No era un delantero centro, pero s¨ª un interior goleador. Todo eso, ya con la 62-63 en marcha.
Wanderlei pas¨® tres semanas amargado en el Hotel Sol. Entrenaba, pero no fichaba. ¡°Ma?ana¡±, le dec¨ªan. Lezcano, que estaba en el mismo hotel y en el mismo caso, recuerda haberle visto llorar mucho, de saudade y de frustraci¨®n.
El Elche eligi¨® a Lezcano y le encontr¨® salida a Wanderlei en el Levante, que estaba en Segunda. Eso complaci¨® a Wanderlei: all¨ª estar¨ªa con su hermano Waldo. Acababa de prohibirse el fichaje de extranjeros en Segunda, pero se apa?¨® la operaci¨®n con el pretexto de que ya estaba en marcha cuando se produjo el cierre.
Wanderlei lleg¨® al Levante el 1 de enero del 63, cuando ya se llevaban jugadas 14 jornadas. Mano de santo. El primer partido fue un 0-1 en Cartagena, con gol suyo. El Levante acab¨® segundo, con catorce goles de Wanderlei. Jug¨® la promoci¨®n contra el Depor y ascendi¨®, por primera vez en su historia.
As¨ª que en la 63-64 compareci¨® en Primera, agarrado a Wanderlei. Los hinchas granotas se atrev¨ªan a compararle con Waldo. La ocasi¨®n de verles frente a frente lleg¨® pronto, en la tercera jornada. Primer derbi valenciano en Primera, adem¨¢s.
Se enfrentaron en Mestalla. El Levante, un empate y una derrota, iba delante, porque el Valencia, una derrota y un partido aplazado, ten¨ªa cero puntos. Se jug¨® al s¨¢bado 28 de septiembre, a las 22:45 de la noche. (El Valencia fue el inventor del late night. Partidos a esa hora eran frecuentes en Mestalla, y del agrado de la afici¨®n). Fue D¨ªa del Club, de modo que pagaban todos los socios, pero Mestalla revent¨®.
Lo de los dos hermanos frente a frente, ambos ¨ªdolos y delanteros centro, tuvo impacto nacional. Wanderlei, soltero, a¨²n viv¨ªa con Waldo, que le ayud¨® a aterrizar. Todo contribuy¨® a hacer de aquella noche algo excepcional. Hasta la W de ambos nombres, de tanta significaci¨®n en la ciudad.
El partido fue espl¨¦ndido. Gan¨® el Valencia 5-3. Waldo no marc¨®, Wanderlei hizo uno para los suyos. El h¨¦roe fue Guillot, con tres goles. Guillot era un interior canterano, fino, regateador y con gol. La afici¨®n del Valencia discut¨ªa entre Waldo, con su terrible potencia y sus tiros libres, y Guillot, m¨¢s artista. Hab¨ªa guillotistas y waldistas.
Wanderlei no ten¨ªa el poder¨ªo de su hermano. Era m¨¢s veloz y m¨¢s h¨¢bil, pero menos contundente. Frente a frente jugaron tres derbis m¨¢s. Siempre gan¨® el de casa. Luego, el Levante baj¨® a Segunda y tras dos a?os en la categor¨ªa, Wanderlei fue traspasado al M¨¢laga, en Primera, donde dio buen rendimiento tres a?os m¨¢s.
El H¨¦rcules les reuni¨® al final de sus carreras. Waldo consumi¨® nueve a?os en el Valencia. Di St¨¦fano le dio la baja, ya con 37. ?l y Wanderlei fueron llamados por el H¨¦rcules, en Segunda, para subir. Pero ya no eran lo mismo ni el uno ni el otro. Waldo jug¨® 19 partidos con un gol; Wanderlei, nueve partidos sin gol. Tuvieron cinco entrenadores distintos, dos de los cuales repitieron. C¨¦sar, de la jornada 1 a la 14; en la 15, Jes¨²s Berenguer; de la 16 a la 24, Migue; la 25 y la 26, de nuevo C¨¦sar; en la 27, Pedro Guti¨¦rrez; la 28, de nuevo Berenguer; y por fin, de la 29 a la 38, Sandor Kocsis. El equipo no subi¨® ni baj¨®. Ya es bastante.
Los dos se quedaron con nosotros. Waldo, en Valencia. Encaneci¨®, su figura es reconocida y admirada. Siempre lament¨® que el Valencia no tirara de ¨¦l para la cantera. Wanderlei, mucho m¨¢s discreto, se retir¨® a Massanassa, a 8 kil¨®metros de Valencia, pues se cas¨® con una chica que ten¨ªa una farmacia all¨ª. Prefer¨ªa el inc¨®gnito. S¨¦ de gente que le reconoci¨® por la calle y ¨¦l neg¨® ser ¨¦l, diciendo que se trataba de un equ¨ªvoco.
Los dos van perdiendo la memoria. Pero en la ciudad se les recuerda muy bien, como protagonistas de las v¨ªsperas muy especiales de un derbi que result¨® inolvidable.
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