El Madrid lleva de cabeza a Las Palmas
Los de Zidane, muy muermos, derrotan a un Las Palmas que jug¨® mejor pero fall¨® en las ¨¢reas
Lo dijo Quique Seti¨¦n en la previa: ¡°Las ¨¢reas¡¡±. Es sabio y acert¨®, aunque fuera para su desgracia. Esas zonas, los ruedos selv¨¢ticos del f¨²tbol, fueron del Real Madrid, un equipo muy muermo, pero eficaz, solvente con Keylor y en la porter¨ªa canaria, donde se impuso con dos cabezazos de centinelas como Ramos y Casemiro, ambos tras dos saques de esquina. Las ¨¢reas, s¨ª, territorios embarazosos para Las Palmas, que tiene buenos prop¨®sitos¡ Hasta que llega lo crudo, en las ¨¢reas, claro. Ah¨ª se derrite, por m¨¢s que hiciera portada a Keylor y jugara notablemente mejor. Pero el buen f¨²tbol no siempre punt¨²a si cerca de las redes hay parvularios.
Con mejor disposici¨®n y m¨¢s remangue, la tuvo William Jos¨¦ al poco de empezar, pero pesta?e¨® donde no se puede ni parpadear, y Keylor le puso la cerradura. La tuvo Sergio Ramos, y no en Lisboa, pero atac¨® el bal¨®n de cabeza tras un saque de esquina como si le fuera la vida. Los chicos de Las Palmas echaron un vistazo y filmaron un gol en directo. Un tanto con el que Ramos se retrat¨® a lo Cristiano, con los pulgares hacia el n¨²mero de la camiseta y ese saltito tan de autor. No es mal espejo. No fue un anticipo de un buen Madrid, en absoluto, que padeci¨® hasta el testarazo final de Casemiro de nuevo con la gente local en Babia, a un suspiro del cierre y ya con el empate. Un desprop¨®sito. Su buen manejo se fue al traste; de la nada rescat¨® tres puntos este Madrid bacheado.
Cuesta dar con la tecla de este Real, ido en la Liga desde hace tiempo. Zidane ha decidido gestionar la Copa de Europa, la ¨²nica bala, con el torneo dom¨¦stico como probeta. Quiz¨¢ hasta con m¨¢s celo del debido, pues no cabe entender de otra manera que cuando falta casi un mes para que lleguen los cuartos de la Champions ya programe descansos de gente como James, Kroos y Danilo. Salvo que estos jugadores precisen de una pretemporada improvisada que disimule sus carencias previas. En Gran Canaria se ajust¨® con futbolistas como Arbeloa, rescatado del cuarto oscuro en el que estaba desde el 20 de diciembre. Como si el partido fuera un apeadero hacia Europa. Y poco m¨¢s fue, con un Madrid efectivo pero nada emotivo y un Las Palmas de tan buena voluntad como falta de hueso, de colmillo.
Seti¨¦n, c¨¢ntabro de cuna, bien pudo ser adoptivo canario. Su f¨²tbol en activo y ahora su c¨¢tedra t¨¦cnica le remiten a la tradicional escuela insular, la que hace prevalecer el juego de etiqueta, la pausa, el toque, el mimo a la pelota. Ocurre que no son los tiempos sinf¨®nicos de Guedes, Castellano, Tonono, Germ¨¢n o Brindisi. El gen perdura, la prole es otra. Incluso as¨ª, Seti¨¦n y el equipo, no se han apartado un dedo de su historia. La naturaleza persiste y Las Palmas quiere ser Las Palmas, cueste lo que cueste.
Sin muchas noticias de CR y Bale, de ¡°alemanes¡± por la isla, el Madrid qued¨® a merced de sus futbolistas m¨¢s recios, del portero y los zagueros, b¨¢sicamente. Al frente, Lucas V¨¢zquez y sus revuelos por la banda y poco m¨¢s. No se bast¨® Casemiro con la escoba, sin gran auxilio del intermitente Modric, que arranc¨® con los pies dislocados. Para su suerte, con Keylor al quite, como en un descalabro inicial del croata que dej¨® a William Jos¨¦ frente al meta tico, que le gan¨® el pulso. Como poco despu¨¦s Javi Varas a Cristiano. Ambas ocasiones no fueron el preludio del un reto intenso, solo epis¨®dicas en el primer tramo. Hasta que el cuadro local subi¨® de marcha tras el intermedio, el encuentro siempre dio la sensaci¨®n de ser un trago para el Madrid, un tr¨¢nsito m¨¢s en una Liga que se le va a hacer eterna, en la que ya apenas tiene dictado.
Con un segundo aire, Las Palmas puso cerco a su adversario en el segundo tiempo. Con Momo como pulm¨®n, de largo el mejor de la jornada, y el buen hacer de Roque Mesa, que no se altera ni a tiros, el conjunto de Seti¨¦n encontr¨® su momento. Con m¨¢s alma, puso en escena a Keylor Navas y sus centrales, muy exigidos en varias situaciones. Se fue Bale sin decir ni mu, s¨ªntoma de un Madrid de pecho fr¨ªo. Ni Kovacic y Jes¨¦ cambiaron la escala. Al contrario, contagio puro. Hasta el punto de que el croata hizo el disparate de la noche. A tres minutos del final, con una falta a favor en la zona templada del medio campo, al chico le dio por brindar con Momo, el m¨¢s l¨²cido del partido. El canario enfil¨® a William Jos¨¦ y este bati¨® con clase a Keylor. Parec¨ªa el broche merecido al equipo que puso el picante, al que se dej¨® el coraz¨®n. Con el empate, un tesoro para los locales, todo se daba por finiquitado hasta que en otro c¨®rner se aup¨® el Madrid, esta vez Casemiro, que cabece¨® como Ramos, en el sal¨®n de casa. Ya lo dijo Seti¨¦n, cosa de ¨¢reas.
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