Wojciech Kurtyka: ¡°Necesitamos enfrentarnos a nuestros miedos, por dignidad¡±
El polaco ha sido un misterio para los entusiastas del alpinismo. En El Maharaj¨¢ Chino, su primera novela, se destapa
Durante d¨¦cadas, Wojciech Kurtyka (Polonia, 1947) ha sido un misterio para los entusiastas del alpinismo: m¨¢s all¨¢ de sus geniales, comprometidas y adelantadas a su ¨¦poca aperturas en el Himalaya, este inmenso escalador apenas dej¨® rastro alguno que revelase un mundo interior que sus allegados describ¨ªan como poderoso. Entrevistarle se convirti¨® en un ejercicio m¨¢s complicado que repetir aperturas tan descomunales como la protagonizada en la pared oeste del Gasherbrum IV (7.925 m), donde permaneci¨® junto a Robert Schauer ocho d¨ªas. Fue en 1985, y si el alpinismo se mide en t¨¦rminos de valor, nadie ha superado semejante marca. Con todo, Kurtyka a menudo supo renunciar, darse la vuelta, evitar situaciones de peligro: siempre tuvo a mano la compa?¨ªa del miedo, como est¨ªmulo y como freno, seg¨²n reconoce ahora en El Maharaj¨¢ Chino, su primera y muy sorprendente novela.
Pregunta. ?De d¨®nde procede su inter¨¦s por la escritura? ?Ha germinado el ejemplo de su padre, escritor tambi¨¦n?
Respuesta. Desde peque?o fui testigo del trabajo creativo de mi padre, eso me despert¨® una sensibilidad temprana hacia la literatura y el deseo de participar de su belleza. Muchas veces, me dec¨ªa a m¨ª mismo que si alg¨²n d¨ªa consegu¨ªa con mi escritura inspirar u ofrecer una vivencia intensa a una sola persona, no habr¨ªa vivido en vano.
Entre las monta?as y las letras
Wojciech Kurtyka naci¨® en 1947 en Skrzynka (Polonia).
Ingeniero. En 1973 se gradu¨® en ingenier¨ªa electr¨®nica en la Universidad de Wroclaw.
La llamada de la monta?a. En 1978 abandona su profesi¨®n para meterse de lleno en la escalada. Comienza con las cordilleras de su entorno (Tratas y Alpes), pero se adentra en el Himalaya, donde se especializa en abrir nuevas rutas.
Escritor. Combina la escalada con la escritura. El Maharj¨¢ chino (Desnivel, 2015) es su novela m¨¢s conocida.
P. ?Cu¨¢les son sus referencias literarias?
R. He tenido muchas. En la infancia, los autores que m¨¢s me impactaron fueron los que describ¨ªan las aventuras en la naturaleza, como James O. Curwood, Jack London o Karl May. Estas lecturas, sin duda alguna, despertaron mi fascinaci¨®n por la aventura y me ense?aron que debemos ser valientes en la monta?a. M¨¢s tarde me sent¨ª atra¨ªdo por la literatura que ahonda en el sentido de nuestras dichas y desdichas. Creo que, en cierto modo, la verdad expresada por Dostojewski, Kafka, Thomas Mann, Hermann Hesse o Somerset Maugham, lleg¨® a formar parte de m¨ª mismo. En ocasiones leo tambi¨¦n literatura puramente comercial, que me distrae y me ayuda a defenderme del vac¨ªo interior, que me invade de vez en cuando.
P. ?Cu¨¢nto hay de autobiogr¨¢fico en su libro?
R. Me atrever¨ªa a decir que un 95%. Cada suceso, cada estado mental que describo en el libro forman parte de mi experiencia y el 5% restante, m¨¢s que una ficci¨®n o incorporaci¨®n novelesca, corresponde a la alteraci¨®n del orden cronol¨®gico de los acontecimientos.
P. Esperaba un libro que hablase de alpinismo, que evocase en cierta forma su gran pasado como himalayista, pero su obra no tiene nada que ver con mi idea preconcebida¡
R. La escalada me fortalece y me permite sentirme profundamente unido al mundo. No estaba seguro de c¨®mo expresarlo en el libro y opt¨¦ por tomar como referencia aquellas experiencias de monta?a que se desarrollan cerca del hogar, dentro del c¨ªrculo de nuestras relaciones familiares y obligaciones profesionales. En este contexto, el desprop¨®sito de la escalada reclama una explicaci¨®n. Intent¨¦ mostrar c¨®mo la escalada puede convertirse en un camino que enriquece nuestra vida cotidiana y nos permite entendernos mejor a nosotros mismos.
La escalada me fortalece y me permite sentirme unido al mundo¡±
P. ?El miedo fue el motor de su vida de alpinista y escalador?
R. Las personas, de manera instintiva, necesitamos enfrentarnos a nuestros miedos. Si nos dejamos vencer por ellos, nos sentimos humillados. Hasta los animales reaccionan con agresividad ante el miedo. Este enfrentamiento nace de la dignidad, que est¨¢ impresa en nuestra naturaleza. Estoy convencido de que fue esta necesidad de enfrentarme a mi propio miedo, unida a la admiraci¨®n por las monta?as, lo que me lanz¨® a la dif¨ªcil b¨²squeda de la belleza y el misterio de tantas paredes y aristas. Si amo algo, ?no ser¨ªa indigno sucumbir al miedo que me aparta del objeto luminoso de mi deseo? ?ste es el origen de mi naturaleza de alpinista.
P. El protagonista de su novela se debate entre la necesidad de escalar y la repugnancia que esto le supone. ?Es posible dedicarse en cuerpo y alma a algo que suscita sentimientos tan encontrados?
R. ?No lucha con valent¨ªa el soldado, pese al miedo? ?Recuerda la crisis de conciencia que sufre el sheriff en Solo ante el peligro? Los retos dif¨ªciles suelen ir acompa?ados de dilemas.
P. ?Es la escalada un arte en s¨ª misma?
En mi libro hay un 95% de sucesos de mi experiencia y un 5% de ficci¨®n¡±
R. Resulta dif¨ªcil definir qu¨¦ es la escalada: es lo que somos nosotros. Puede ser un deporte que tiene por principal objetivo ganar la competici¨®n. Puede ser un ballet o danza sobre la roca, o un arte cuya belleza consiste en el juego m¨¢gico de la luz y el espacio. La escalada implica siempre una creatividad intensa e ¨ªntima. Creo que la actitud creativa que se manifiesta en este juego interior es una especie de ox¨ªgeno para nuestra mente. Mientras existe, estamos vivos. Cuando se agota nuestra creatividad, nos marchitamos. La pujanza de la creatividad escaladora se manifiesta a trav¨¦s de la cultura de monta?a, en sus diferentes vertientes, que incluyen el cine, la literatura o la fotograf¨ªa.
P. ?Qu¨¦ le sugiere la idea de morir un d¨ªa? ?Ha sido un pensamiento que le ha obsesionado a lo largo de su vida?
R. Hace tiempo un m¨¦dico inepto me diagnostic¨®, err¨®neamente, un tumor. En un mes me mentalic¨¦ para abordar mi ¨²ltima escalada. El cambio de perspectiva fue tan radical que cuando se demostr¨® que el m¨¦dico era un necio y yo estaba completamente sano, ?sabe lo que experiment¨¦? Una triste decepci¨®n.
P. ?Los alpinistas deber¨ªan tener el deber de saber expresar qu¨¦ sienten en la monta?a, m¨¢s all¨¢ de los t¨®picos?
Nada nos separa de la realidad como un ego fuerte, es la antesala del infierno¡±
R. No creo que se pueda exigir esta habilidad a los alpinistas. Adem¨¢s, como muchos tienen ideas err¨®neas sobre su vida e importancia, conviene evitar que se sinceren en exceso. Los escaladores se muestran reservados en sus manifestaciones p¨²blicas, por el simple motivo de que la escalada suele asociarse a unas vivencias muy intensas. Afrontar la muerte o las creencias religiosas de cada uno resulta demasiado ¨ªntimo para ser compartido. Consecuentemente, en muchas ocasiones, para no sentirnos inc¨®modos, evitamos las palabras solemnes como ¡®amor¡¯ o ¡®Dios¡¯.
P. ?Qu¨¦ es el ego en su vida?
R. Supone un obst¨¢culo para experimentar la unidad con el mundo y con la realidad. Creo que esta sensaci¨®n de uni¨®n que tuve por primera vez en la monta?a constituye mi activo m¨¢s preciado. Cuando lo pierdo, me convierto en un n¨¢ufrago sin isla. Nada nos separa de la realidad tanto como un ego fuerte, es la antesala del infierno.
Ahora la monta?a solo es un mode de acercarme a la naturaleza¡±
P. ?Y el miedo?
R. Ojal¨¢ no desaparezca nunca. Si desapareciera el resorte que hace vibrar nuestra mente, ?qu¨¦ quedar¨ªa? El miedo puede ser la expresi¨®n de nuestras preocupaciones. Sin ¨¦l, ?qui¨¦n se preocupar¨ªa por la suerte del mundo?
P. ?Qu¨¦ representan hoy en d¨ªa las monta?as en su vida?
R. Son un tesoro y un misterio, parte de la naturaleza, m¨¢s que un reto deportivo. Me gusta ir a la monta?a para ver plantas o visitar un lugar cubierto de musgo. En ning¨²n sitio me siento tan pr¨®ximo a la realidad. Aqu¨ª la luz y el espacio cobran vida y se convierten en elementos tangibles del universo. Nada me causa tanto asombro interior como las monta?as. Ahora en mi vida, la escalada solo tiene sentido como un modo de acercarme a la naturaleza.
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