Djokovic conquista en Miami su 28? Masters 1.000

El trinomio ya es una constante: Novak Djokovic, el metal (o vidrio) y un beso. Desde hace un a?o y medio, el desenlace de los torneos es pr¨¢cticamente calcado, salvo alg¨²n matiz espor¨¢dico que pueda adornar m¨¢s o menos el fotograma final, en el que el serbio recibe el trofeo, lo brinda a la grada y despu¨¦s desprende su afecto. En Miami, territorio conquistado en seis ocasiones ya por ¨¦l, un poco m¨¢s de lo mismo. Nole sonriente y el acompa?ante de turno, esta vez el bueno de Kei Nishikori, sin mayor alternativa que la resignaci¨®n de quien poco m¨¢s puede hacer ante semejante fen¨®meno.

En una tarde brumosa, el n¨²mero uno se impuso sin mayor contratiempo (doble 6-3, en una hora y 26 minutos) y prolong¨® la rutina, su estratosf¨¦rica din¨¢mica victoriosa. Sin embargo, esta vez el triunfo de Nole va m¨¢s all¨¢ de otra muesca m¨¢s al historial del torneo ¡ªque conquist¨® previamente en 2007, 2011, 2012, 2014 y 2015¡ª o a su casillero de esta temporada, en la que acumula ya cuatro t¨ªtulos (antes Doha, Abierto de Australia e Indian Wells) cuando a¨²n quedan por delante nueve p¨¢ginas del calendario.

Con este ¨²ltimo premio, Djokovic asest¨® otro golpe hist¨®rico. Suma ya 28 t¨ªtulos de los torneos del Masters 1.000, los segundos en importancia tras los Grand Slam, y super¨® de este modo el r¨¦cord que ten¨ªa en propiedad hasta ahora Rafael Nadal (27), al que ya divisa por el retrovisor y que desde mayo de 2014 (Madrid) no celebra un logro de esta categor¨ªa. Roger Federer, con 24, tambi¨¦n comienza a perder la estela del jugador de Belgrado, que esta campa?a suma 28 triunfos y una sola derrota. Solo una infecci¨®n ocular en Dub¨¢i, durante un partido contra Feliciano L¨®pez, ha podido ponerle freno.

Fue sobre el cemento de Miami, precisamente, donde Djokovic elev¨® su primer M-1.000 tras vencer en la final al argentino Guillermo Ca?as. Era 2007, ten¨ªa 19 a?os y por entonces se comportaba como un joven irreverente, alejado del profesional comedido que est¨¢ transformando la historia del tenis bocado a bocado, con la voracidad de un can¨ªbal. Entonces dec¨ªa a?orar los platos de la pizzer¨ªa que regentaba su padre Srdjan en una estaci¨®n de esqu¨ª. Hab¨ªa cerrado el curso anterior en el top-20 y su progenitor le dio una palmada en la espalda, pero la respuesta de Nole fue premonitoria: ¡°No importa si soy el 27 o el 87. Espera a que sea el n¨²mero uno y podr¨¢s felicitarme¡±.

Por delante de Guillermo Vilas

Hoy d¨ªa, camino de los 29 a?os, Djokovic es el ser superior del circuito y su margen ganador parece no tener fin. En su expediente figuran 63 t¨ªtulos y su nombre se inscribe ya por encima del de Guillermo Vilas (62), e inmediatamente despu¨¦s de los de Bjorn Borg y Pete Sampras (64); Nadal (67) queda a solo cuatro zarpazos, pero la tendencia durante los ¨²ltimos a?os es abrumadoramente favorable al serbio. Hasta 2010, Nole hab¨ªa conseguido solo cinco trofeos del Masters 1.000, mientras que el espa?ol contabilizaba por entonces 18; a partir de ah¨ª, desde 2011, Djokovic se ha hecho con un bot¨ªn de 23 y el de Manacor ha logrado en esa franja nueve, por lo que el cambio de tendencia ya es un hecho.

Se trata, adem¨¢s, de la tercera vez consecutiva en la que el n¨²mero uno enlaza victorias en Indian Wells y Miami. En este ¨²ltimo escenario, donde ha disputado siete finales ¡ªsolo cedi¨® en la de 2009, frente a Andy Murray¡ª, igual¨® el r¨¦cord del estadounidense Andre Agassi, campe¨®n tambi¨¦n en seis ocasiones. As¨ª es la rutina de este hombre insaciable, del rey Djokovic, que a partir de ahora extender¨¢ sus tent¨¢culos hacia la gira europea sobre arcilla y cuyo mandato parece no tener l¨ªmites.