El Deportivo saca un buen empate ante un Sevilla cansado

Cascado y plagado de suplentes, un Sevilla irreconocible no pudo con un Deportivo angustiado, que supo corregir su defensiva imagen en una mala primera parte para llevarse un punto que le sabe a gloria. Los de Emery fueron un caos, un equipo sin chispa que todo lo ha fiado a los torneos de eliminatorias y vaga en plena cuesta abajo en la Liga, donde es s¨¦ptimo y lleva cuatro partidos sin ganar. Paga, adem¨¢s, tener una plantilla de menos profundidad que la de la pasada temporada. Su primer tiempo fue aceptable, cuando jug¨® a colgar balones a Llorente e Iborra. El segundo no tiene m¨¢s explicaci¨®n que la de ser un equipo fundido y sin sus mejores hombres, reservados por Emery. Sin Rami, Krychowiak, Vitolo, Krohn-Dheli y Gameiro, el Sevilla es un conjunto vulgar. Y no solo es un factor f¨ªsico. Muchos de los titulares ante el Deportivo no lo fueron en la Liga Europa. El problema es que no dan el rendimiento adecuado, por lo que las rotaciones de Emery fueron un aut¨¦ntico fiasco. El Deportivo, en el fondo, desaprovech¨® una gran oportunidad para conseguir el triunfo en Nervi¨®n. Lo que ocurre es que tampoco est¨¢ para muchos trotes y V¨ªctor fue demasiado reserv¨®n de inicio. El resultado, un punto de concordia en el S¨¢nchez Pizju¨¢n.

Metido en mil batallas, pues es el ¨²nico espa?ol inmerso todav¨ªa en tres competiciones, el Sevilla necesitaba aire fresco para afrontar el encuentro ante el Deportivo. Emery, despu¨¦s de darle mil vueltas a la cabeza, acab¨® por innovar para sacarse de la manga un planteamiento con dos delanteros a la vieja usanza, dos aut¨¦nticas torres como Llorente e Iborra. Al recurso de los gigantes, el Deportivo reaccion¨®, quiz¨¢s esper¨¢ndolo, con una defensa de tres centrales, Lopo, Sidnei y Fernando Navarro, en un esquema poco usual en el f¨²tbol espa?ol. El Sevilla tir¨® de armario, pero no encontr¨® apenas el ritmo adecuado para desarbolar al Deportivo, al que da la impresi¨®n de que la temporada se le ha hecho muy larga. Cuando m¨¢s lo necesitaba, al equipo de Emery le fallaron las rotaciones. El partido ol¨ªa a resaca, ferial y europea, con un ritmo muy bajo, sin que Banega ni Reyes aparecieran. Fueron Konoplyanka y Escudero, por la banda izquierda, los que mejor entendieron el juego.

De repente, el Sevilla empez¨® a romper el partido con centros desde la izquierda al ¨¢rea en busca de sus torres. En apenas seis minutos, desde el minuto 18 al 24, la defensa del Deportivo naufrag¨® ante el acoso del Sevilla. Llorente remat¨® en dos ocasiones, hasta que a la tercera prolong¨® al segundo palo un excepcional centro de Reyes. Iborra irrumpi¨® para hacer el 1-0. Se cumpl¨ªa el plan de Emery. Pase al ¨¢rea y gol, con la defensa del Deportivo en la luna.

El gas le dur¨® al Sevilla para otra ocasi¨®n muy clara. Esta vez fue Llorente el que lanz¨® fuera con todo a favor. Era el minuto 24.

Despu¨¦s lleg¨® el tedio. El Sevilla tocaba y tocaba sin profundidad, descansando, recobrando fuerzas. El Deportivo era incapaz de tener el bal¨®n, de salir en velocidad o de buscar con alguna ventana al r¨¢pido Lucas. Un equipo encogido, demasiado metido atr¨¢s, sin soluciones ante un Sevilla que viv¨ªa con exquisita comodidad.

En el segundo tiempo, V¨ªctor se hart¨® de su defensa de tres centrales y Emery quit¨® a una de sus torres, Llorente, con evidentes problemas para acabar un partido entero. Lo que no cambi¨® fue el ritmo de geri¨¢trico al que se jug¨® el partido. El espect¨¢culo estaba en las gradas, con la afici¨®n del Sevilla confraternizando en c¨¢nticos con el millar de deportivistas que acudieron al choque en Nervi¨®n.

Emery meti¨® a Curro, del filial, y a Juan Mu?oz, otro canterano, pero el Sevilla no reaccion¨®. Su letargo lo deb¨ªa aprovechar el Deportivo. Entr¨® Riera y el Deportivo jug¨® con dos delanteros. El Sevilla, cascado, plagado de suplentes, resultaba irreconocible. Lo aprovech¨® Lucas con una carrera formidable para asistir a Riera, que marc¨® un gol que vale media permanencia para el Deportivo.