Murray detiene a Nadal en Madrid
El escoc¨¦s, soberbio, tendr¨¢ la oportunidad de revalidar su t¨ªtulo en la Caja M¨¢gica tras batir al espa?ol por 7-5 y 6-4 (despu¨¦s de dos horas y 11 minutos). Djokovic (6-3 y 7-6 a Nishikori) ser¨¢ su rival en la final
Despu¨¦s de 13 triunfos consecutivos sobre tierra, de elevar dos trofeos y de firmar la secuencia m¨¢s ilusionante de los ¨²ltimos tiempos, Rafael Nadal cedi¨®. Cay¨® el de Manacor frente a Andy Murray (7-5 y 6-4, despu¨¦s de dos horas y 11 minutos), ante un espl¨¦ndido Murray que este domingo (18.30, La 1) tendr¨¢ la oportunidad de revalidar el t¨ªtulo obtenido el a?o pasado en Madrid. El brit¨¢nico, dos del mundo, se enfrentar¨¢ al n¨²mero uno, Novak Djokovic. El serbio, firme ejercer en este regreso a Madrid, se deshizo del japon¨¦s Kei Nishikori: 6-3 y 7-6.
En la Caja M¨¢gica se masticaba desde el principio un ambiente de tensi¨®n. Porque el se?or Murray, con todos los respetos, no es ni Andrey Kuznetsov (inconsistente), ni Sam Querrey (registro ¨²nico) ni Joao Sousa (inerme), los rivales previos en esta edici¨®n. El brit¨¢nico, jugador con may¨²sculas, ha dado un salto cualitativo sobre la tierra durante el ¨²ltimo a?o. Ya no concibe la arena como un territorio extra?o. Ha descifrado su lenguaje, el patinaje y la interpretaci¨®n de los tiempos, la pausa; ha aprendido a elaborar el punto con un registro diverso, bajo el firme prop¨®sito de dar el golpe este a?o en Roland Garros.
?l, campe¨®n el a?o pasado, fue quien llev¨® la iniciativa en el primer parcial. Intent¨® cercar a Nadal para impedir que este cogiese vuelo. Examin¨® una y otra vez al de Manacor con derechas planas y reveses profundos, con dejadas liftadas que hicieron al espa?ol patear su per¨ªmetro de un lado a otro. Y no tuvo el mejor despertar en el partido Nadal. Una volea clara que tropieza en la cinta y habilita un punto del escoc¨¦s; varias bolas demasiado cortas; un golpe con la ca?a que eleva la pelota al cielo y aterriza en uno de los palcos¡ Ni estaba fino, ni Murray le permit¨ªa estarlo.
El brit¨¢nico quebr¨® al cuarto juego (3-1) y tom¨® distancia. No ofrec¨ªa ni una sola rendija, un flanco por el que poder hacerle da?o. A su ofensiva se uni¨® su solidez defensiva, su capacidad para recular y devolver la bola en las posiciones m¨¢s forzadas. No advert¨ªa una sola fisura Nadal, que pese a la circunstancia no inclin¨® las rodillas. An¨ªmicamente recuperado, rebati¨® al escoc¨¦s a base de agallas y lo que parec¨ªa irremediable (5-2 en contra) fue transform¨¢ndose en un escenario bastante m¨¢s ilusionante. Rem¨® y rem¨® el de Manacor, hasta resquebrajar el muro con un break y conseguir el equilibrio.
Erosi¨®n sin efecto
Ocurre que Murray, este nuevo Murray que goza de la arcilla, act¨²a en Madrid como el Nadal de anta?o. Domina e impone, y es capaz de revertir una inercia negativa, tanto en el plano puramente t¨¦cnico como desde la perspectiva mental. Por eso logr¨® escapar del l¨ªo, del Nadal que le achuchaba (5-5) y le oprim¨ªa poco a poco, de un p¨²blico que empujaba para hacer que su h¨¦roe sintiera un impulso extra: ¡°?Rafa, te quierooo!¡±, se declar¨® una joven desde la grada. Sin embargo, ni el amor ni la erosi¨®n surtieron efecto. Murray solvent¨® el apuro, se adjudic¨® el primer set y en la prolongaci¨®n del pulso mantuvo la misma l¨ªnea de autoridad y buen gobierno.
Nadal, batido el a?o pasado en la final por el de Dunblane, no lo ve¨ªa nada claro. Sus opciones pasaban por arrebatarle al escoc¨¦s el bast¨®n de mando, en tocarle la fibra y alterar la gr¨¢fica psicol¨®gica del partido. No estuvo demasiado lejos, con ese ¨²ltimo hilillo de esperanza (break para 5-4), pero al final no hubo modo. No atin¨® (2/13 en opciones de rotura, demasiada indulgencia en este sentido) y se finiquit¨® la secuencia victoriosa que tra¨ªa desde Montecarlo ¨Cdos trofeos y 13 triunfos sucesivos¨C. No hubo un ¨²ltimo tren para el de Manacor.
No lo hubo porque Murray jug¨® de forma majestuosa, con elegancia e inteligencia, como si fuera ya todo un especialista de la tierra. Su repertorio de dejadas, en formato variado, fue delicioso. Con ese librillo de estilo demarr¨® (4-2) y acapar¨® la victoria, que le conduce directamente a una nueva final en Madrid. Enfrente estar¨¢ Djokovic. Con Nole, 22-9 adverso en el particular, 3-0 en arena; 6-3, 6-3, 5-7, 5-7 y 6-1 abajo en el ¨²ltimo cruce con el serbio (semifinales de Roland Garros del a?o pasado). Pero ojo: Murray defiende la corona y ha crecido sobre polvo de ladrillo. Y mucho.
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