El Herbalife desconcierta al Laboral Kutxa
El equipo de Aito iguala la serie que resolver¨¢ en Vitoria en el tercer partido
Un equipo no es lo mismo que una suma de jugadores. Un equipo suma t¨¢cticas, estrategias, variedad y solidaridad; una suma de jugadores solo suma egos, voluntad de h¨¦roes, de salvadores individuales de las guerras colectivas. El Gran Canaria fue un equipo en todo momento, cuando jugaba bien y cuando jugaba mal, alternando sus opciones, agotando su banquillo, jugando por dentro y por fuera, especialmente por fuera. El Baskonia era otra cosa, una asamblea de jugadores que en la primera mitad jug¨® a la desbandada. Cuando se dio cuenta, en el ¨²ltimo cuarto. Ya era tarde para aprobar un examen muy deficiente. Habr¨¢ tercer partido el martes en Vitoria.
El partido fue un hurac¨¢n, muy al estilo de Aito Garc¨ªa Reneses, al que le gusta que sus equipos corran. Por eso rota. Y el hurac¨¢n comenz¨® con tres triples consecutivos de B¨¢ez, Newley y Salin que condicionaron el alma del partido. Fue como si a Adams le hubieran dado un golpe de Estado en su autoridad como triplista y se dedic¨® a jugar su partido, es decir, el de las soluciones individuales, el de su pugna deportiva y dial¨¦ctica con Pangos, el de sus p¨¦rdidas constantes del bal¨®n para desesperaci¨®n de Perasovic y de sus propios compa?eros. James, su sustituto a veces, su aliado en otra, fue aun peor. Adams aliviaba con puntos (no con porcentajes) su mala actuaci¨®n. James ni eso y adem¨¢s su direcci¨®n fue m¨¢s que deficiente. As¨ª son ambos, protagonistas en lo bueno y en lo malo, f¨¦rreos en su autoestima, eso s¨ª.
Y en ese mar, el Herbalife fue creciendo, con un acierto encomiable en los tiros libres, pero sobre todo invirtiendo los factores del primer partido: esta vez el rebote fue suyo, el acierto fue suyo y el trabajo fue suyo. Oliver y Pankos dirig¨ªan y anotaban, Salin, que regresaba tras un dolor de espalda, anotaba siempre que hac¨ªa falta un triple y Omic se sosten¨ªa a duras penas con Bourousis, bien ayudado por Aguilar, en ocasiones, por Savan¨¦ en otros casos.
Que no hay dos partidos iguales es una perogrullada; que dos equipos pueden hacer dos partidos absolutamente opuestos es m¨¢s habitual. Al Baskonia solo le sosten¨ªa el h¨²ngaro Hanga, que a pesar de sus migra?as hac¨ªa el trabajo de todos sus compa?eros: anotaba, contraatacaba, taponaba y asist¨ªa. Lo suyo fue un espect¨¢culo, por lo que ten¨ªa de jugador solo ante el peligro.
Al descanso se lleg¨® con 12 puntos arriba para el conjunto canario. Hab¨ªa pasado casi una hora y el Baskonia por fin puso su reloj en marcha. Conceder dos cuartos es demasiada concesi¨®n ante un equipo poderoso como el Herbalife. Un parcial de 0-7 a favor de los de Aito parec¨ªa romper definitivamente el partido, pero el Baskonia, m¨¢s ajustado en defensa, respondi¨® con un parcial de 11-0. El tercer cambio fue un intercambio de rachas y canastas y el momento decisivo lleg¨® en el ¨²ltimo cuarto con seis puntos de ventaja canaria. Segu¨ªa el duelo de triples, pero segu¨ªan los errores de Adams, nervioso porque su hero¨ªsmo decrec¨ªa. Hasta a cuatro puntos llego a situarse el Baskonia. Un espejismo. El Gran Canaria alcanz¨® la victoria final (93-87) y se va para Vitoria a jugarse el todo por el todo.
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