Los hijos de Platini
El 9 de mayo, d¨ªa en el que se confirm¨® la suspensi¨®n de cuatro a?os de Michel Platini, algo muri¨® en la Francia futbolera. No se sancion¨® entonces solamente a uno de los dirigentes franceses con m¨¢s prestigio ¡ªPlatini es, con Zidane y mucho m¨¢s que Fran?ois Hollande, el franc¨¦s m¨¢s famoso del mundo¡ª sino tambi¨¦n a un rey que llevaba 40 a?os en el trono de nuestros recuerdos. Desde su irrupci¨®n en 1976, Platini fue alternativamente un inmenso jugador, un gran capit¨¢n y un dirigente omnipresente. Seleccionador en 1988, organizador del Mundial en el 98, vicepresidente de la federaci¨®n francesa, presidente de la UEFA, mejor candidato al puesto supremo en la FIFA, Platini reinaba hasta hace poco en los organigramas m¨¢s prestigiosos del mundo.
Francia ha conseguido esta enorme competici¨®n gracias a ¨¦l. No tenerlo con nosotros durante la Eurocopa es a¨²n m¨¢s cruel" No?l Le Gra?t, presidente de la Federaci¨®n Francesa
Lo ten¨ªamos todos bien claro. Este destino digno de una novela de Stendhal culminar¨ªa el 10 de julio en Par¨ªs, Michel Platini, presidente franc¨¦s de la UEFA y reci¨¦n elegido presidente de la FIFA, entregar¨ªa a Hugo Lloris, capit¨¢n de nuestra selecci¨®n, el trofeo de campe¨®n de Europa 2016, 32 a?os despu¨¦s de haber sido el primer franc¨¦s en levantarlo como capit¨¢n en esta misma ciudad. La brutal desaparici¨®n de Platini nos arrebat¨® el sue?o. El 9 de mayo, el pa¨ªs entero se qued¨® hu¨¦rfano.
Jugar a organizar. Si la conmoci¨®n que supuso aquella noticia fue tan profunda, es tambi¨¦n porque los franceses rendimos culto espont¨¢neo a las organizaciones internacionales como la UEFA o la FIFA. En nuestras mentes estas organizaciones no son ¨²nicamente construcciones institucionales imperfectas cuyo funcionamiento diario estar¨ªa sometido a la cr¨ªtica continua de sus administrados. Al contrario. Cuando los dem¨¢s levantan trofeos sin un solo gramo de agradecimiento para los hombres que los hab¨ªan llevado institucionalmente a cabo, nosotros en Francia recordamos en todas nuestras escuelas, antes incluso que de aprender las reglas del juego, que la FIFA (Robert Gu¨¦rin), la UEFA (Henry Delaunay), la Copa del Mundo (Jules Rimet), los Juego Ol¨ªmpicos modernos (Pierre de Coubertin), el Bal¨®n de Oro (el diario France Football), la Copa de Europa (Gabriel Hanot) y el Campeonato de Europa (Henry Delaunay) los hab¨ªamos inventado nosotros, los franceses. Nos las gan¨¢bamos (casi) nunca, es cierto. Pero contemplar el entusiasmo del mundo por nuestras criaturas nos val¨ªa como trofeo. Cuando los dem¨¢s disfrutaban jugando, los franceses lo hac¨ªamos organizando.
La brutal desaparici¨®n de uno de los franceses m¨¢s conocidos en el mundo nos arrebat¨® el sue?o
Cuatro a?os de suspensi¨®n: la decisi¨®n del TAS fue un desamor. Platini no iba a ser nunca el sucesor de Jules Rimet, inventor de la Copa del Mundo y presidente del organismo durante 33 a?os (de 1920 a 1954). Cuentan que de Paris a Niza se oy¨® el mismo suspiro : Platini, c'est fini.
El invitado permanente. El caso Platini es una cuesti¨®n del destino. No?l Le Gra?t, presidente de la Federaci¨®n Francesa, pocos minutos despu¨¦s de aquel doloroso veredicto, cambi¨® el llanto amargo de todo un pa¨ªs por palabras de admiraci¨®n y agradecimiento por un hombre que encarnaba a la perfecci¨®n la idea que Francia se hace de s¨ª misma: " la Eurocopa es Platini", dijo el presidente. "Francia ha conseguido esta enorme competici¨®n gracias a ¨¦l. No tenerlo con nosotros durante la Eurocopa es a¨²n m¨¢s cruel ". Por m¨¢s que el ex-presidente del organismo europeo ten¨ªa su sitio reservado en todas la tribunas oficiales de la competici¨®n, Platini se quedar¨¢ lejos de todos los estadios. En todas nuestras fotograf¨ªas recordando el torneo, echaremos en falta para siempre el rostro que, a la vez que entregaba (casi) todos los a?os la Champions a equipos espa?oles, nos hab¨ªa regalado a los franceses otra gran competici¨®n por organizar. Una Eurocopa francesa sin Platini es un Bayern sin Beckenbauer, un Maradona sin el segundo gol contra Inglaterra. O peor a¨²n si cabe: un 2016 sin Johan Cruyff ni Muhammad Ali. En fin, Francia sin Platini es el duelo por un padre.
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