Descubriendo a Gait¨¢n
¡®O M¨¢gico¡¯ se gana los elogios por su habilidad y por su despliegue
¡°?Pesarme? Nooo¡ jugar al f¨²tbol no me resulta ning¨²n peso extra. El f¨²tbol es lo que amo, lo que me sale¡±, afirma Osvaldo Nicol¨¢s Fabi¨¢n Gait¨¢n (San Mart¨ªn, Buenos Aires, 1988) sin cambiar el gesto, sin el m¨¢s m¨ªnimo atisbo de fanfarroner¨ªa. Y no queda otra que creerle, porque en realidad nada se sale de la norma en la vida de este zurdo con pinta de no haber roto nunca un plato, que surgi¨® del Boca Juniors, se hizo grande en el Benfica y llegar¨¢ probablemente al Atl¨¦tico la pr¨®xima temporada.
A Gait¨¢n, que redujo a un minimalista Nico los muchos nombres que figuran en su documento, no le gusta el lujo ni la exposici¨®n medi¨¢tica. Tendr¨ªa derecho que as¨ª fuera, lo habilita su historia, una de tantas en este mundillo: nacimiento en barrio humilde, familia de ingresos modestos, esfuerzo y sacrificio de los padres para que el pibe habilidoso triunfe en el f¨²tbol... Pero no es el caso.
¡°Si volviera a nacer me gustar¨ªa hacerlo en el lugar donde lo hice. Fui muy feliz en mi infancia¡±, se?al¨® con tono calmo hace unos meses en una entrevista en Portugal, y con esa misma tranquilidad, y sin ansias de revanchas contra la vida, viene asumiendo una carrera que crece a paso lento pero de manera firme.
El lunes pasado, en el debut de Argentina en la Copa Am¨¦rica Centenario, tuvo que reemplazar nada menos que a Messi. ¡°No esperamos que sea Messi sino el mismo que juega en el Benfica¡±, hab¨ªa dicho Martino antes del partido ante Chile, y O M¨¢gico, como lo apodaron en Lisboa, cumpli¨® con el pedido, en 90 minutos que le sirvieron casi como carta de presentaci¨®n incluso para el hincha argentino medio, que apenas le conoce.
Poco queda hoy del delantero que Carlos Ischia hizo debutar en Primera Divisi¨®n con la casaca del Boca a mediados de 2008. Ni siquiera del que logr¨® consolidarse como titular al a?o siguiente, el ¨²ltimo que jug¨® en su pa¨ªs. ¡°Empez¨® como enganche, que era su posici¨®n en la cantera¡±, recuerda Alberto Moreno, integrante del grupo Imborrable Boca, uno de esos colectivos donde se conoce todo sobre la cocina del club. ¡°Pero el que le encontr¨® el puesto fue el Coco Basile, que le pidi¨® la misma funci¨®n que ten¨ªa Messi en el Barcelona: segundo punta arrancando de tres cuartos de campo, por cualquiera de los dos costados y con libertad¡±.
Efectivamente, en aquel equipo que compart¨ªa con Juan Rom¨¢n Riquelme (uno de los ¨ªdolos infantiles de Gait¨¢n junto a Zidane), Mart¨ªn Palermo y Federico Ins¨²a, Nico pon¨ªa la explosi¨®n. ¡°Pero era un futbolista que solo jugaba a partir del momento que le llegaba la pelota. Fuera de eso, no ten¨ªa ning¨²n compromiso con el equipo¡±, recuerda el periodista Sebasti¨¢n Scoch, un especialista en el universo boquense.
En Santa Clara, en cambio, se vio un jugador muy diferente a aquel que dej¨® Boca en 2010. ¡°Si Ram¨®n Maddoni [que form¨® a Riquelme y T¨¦vez] me ense?¨® los fundamentos del f¨²tbol, Jorge Jes¨²s me ense?¨® a ser m¨¢s t¨¢ctico y jugar en equipo¡±, explica Gait¨¢n, que comparti¨® cinco temporadas en Benfica con el exitoso t¨¦cnico portugu¨¦s. Los resultados se pudieron observar en el 4-2-3-1 que plant¨® Martino el lunes. Nico se movi¨® sobre la derecha, con la obligaci¨®n de lastimar en ataque pero sobre todo de participar en la presi¨®n defensiva cuando el equipo necesitaba recuperar el bal¨®n. Y lo hizo con tanto ¨¦xito que acab¨® cosechando m¨¢s elogios por su despliegue que por su habilidad en el uno contra uno o su capacidad para asistir a los delanteros.
Este viernes vuelve Messi, y Gait¨¢n espera qu¨¦ pasar¨¢ con ¨¦l. Nico toma mate y disfruta de su primera Copa Am¨¦rica. Sin sacar pecho, con esa pinta inmutable de no haber roto nunca un plato.
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