Le match des ¡®coiffeurs¡¯
Un equipo de f¨²tbol se compone de once jugadores. Es cierto. Y tambi¨¦n es falso. No podemos olvidar a los suplentes, siempre listos para entrar en el terreno y reemplazar a un compa?ero lesionado o cansado, o incluso para implementar un cambio t¨¢ctico
Ser suplente es dif¨ªcil, ya que siempre genera cierto tono de burla. En primer lugar mediante apelaciones vejatorias: en Francia un suplente rompe el banquillo, calienta el banquillo (como en espa?ol), o peor, corta limones. Esta ¨²ltima expresi¨®n pone de manifiesto que el problema reside en la desigualdad que existe entre los que juegan y los que no juegan. Ya que, si el suplente corta limones, es en beneficio del que est¨¢ jugando, para que, aquel que es realmente ¨²til, pueda beneficiarse de las vitaminas de la fruta. En este mismo orden de cosas, en mi pa¨ªs se ha vuelto com¨²n llamar a los suplentes peluqueros. El origen no est¨¢ claro. Algunos dicen que, durante el Mundial de 1958 en Suecia, los siete suplentes de la selecci¨®n francesa se dedicaron a cortar el pelo a los titulares para matar el tiempo. Una segunda explicaci¨®n involucra a un franc¨¦s de origen espa?ol conocido y apreciado en nuestros dos pa¨ªses: Luis Fern¨¢ndez. Supuestamente, Fern¨¢ndez habr¨ªa declarado durante el Mundial de 1986 que los suplentes no corr¨ªan ning¨²n riesgo de despeinarse (por estar poco solicitados para salir a correr)¡
Ser suplente es dif¨ªcil. M¨¢s all¨¢ de los apodos. Debes aceptar la decisi¨®n de un entrenador que estima que hay otro que es mejor que t¨². A nadie le gusta estar en el banquillo y el da?o que sufre nuestro orgullo nunca desaparece. Todav¨ªa hoy me pregunto por qu¨¦ hace 23 a?os el entrenador del FC S¨¨te me dej¨® en el banquillo durante todo un partido cuando, incluso hoy, lejos ya de mis 15 a?os, pienso que mi participaci¨®n podr¨ªa haber sido decisiva para aquel encuentro de cuarta divisi¨®n en Al¨¨s (del cual nadie, a parte de m¨ª, se acuerda). De la misma forma, estoy seguro de que Pogba y Griezmann no debieron estar muy contentos de empezar el Francia-Albania desde el banquillo. Parece incluso que ciertas estrellas del Real o del Bar?a se niegan a comenzar un partido desde el banquillo o a salir a jugar en mitad de la contienda¡
Sin embargo ser suplente representa la quintaesencia del f¨²tbol como deporte colectivo. Significa aceptar y comprender (aunque sea complicado) que lo importante es el esfuerzo del colectivo en su conjunto, significa ponerle sordina a nuestro ego al servicio del equipo. Es ah¨ª donde reside todo el arte de ser entrenador: dar vida a un grupo de individuos (generalmente de fuertes temperamentos), logrando que acepten que algunos jugar¨¢n, otros entrar¨¢n durante el curso del partido y, finalmente, que una ¨²ltima categor¨ªa se quedar¨¢ calentando el banquillo. Aqu¨ª reside tambi¨¦n una parte importante de la filosof¨ªa del f¨²tbol, de aquello que empuja a los padres a inscribir a sus hijos en un equipo.
Para el seleccionador la clave reside en la dosis correcta, asegur¨¢ndose de que todos los jugadores se sientan involucrados. Por ello, debe hacer jugar a sus suplentes cuando sea posible. Tradicionalmente en Francia, cuando un equipo se ha clasificado para los octavos, al tercer partido de la fase de grupos le llamamos match des coiffeurs (partido de los peluqueros). El Francia-Suiza de hoy podr¨ªa darnos la oportunidad de ver en acci¨®n a los suplentes. Y, qui¨¦n sabe, ?alguno podr¨ªa tal vez demostrar que, por su talento, merece tambi¨¦n un corte de pelo! Despu¨¦s de todo, hace seis meses nadie habr¨ªa pensado que Payet o Kant¨¦ ser¨ªan titulares indiscutibles. A d¨ªa de hoy son los dos franceses que mejor han comenzado la Eurocopa.
As¨ª pues: ?arriba los peluqueros, los que cortan limones y los que calientan el banquillo!
Nicolas Kassianides. Consejero Cultural de la Embajada de Francia en Espa?a.Director General del Instituto Franc¨¦s de Espa?a.
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