CR y Bale, meteoritos en colisi¨®n
Mientras en el Madrid preparan sus renovaciones, las estrellas de Portugal y Gales se enfrentan a vida o muerte
Cuando Gareth Bale abandon¨® el lateral izquierdo en el Tottenham y explot¨® en posiciones ofensivas, hizo una declaraci¨®n a la revista brit¨¢nica Sport: ¡°Yo no modelo mi juego sobre el de Cristiano Ronaldo. Tengo mi propia forma de hacer las cosas¡±. Esto ocurr¨ªa en febrero de 2013. Para entonces ya se escuchaba el tam-tam que el Madrid inicia cuando Florentino P¨¦rez anuncia en Europa una tormenta. Y Zinedine Zidane hizo su trabajo en mayo, durante un acto promocional en Londres. El franc¨¦s se solt¨® sorprendentemente la lengua: ¡°Yo veo al Tottenham por la sencilla raz¨®n de que Gareth Bale juega all¨ª, y despu¨¦s de Cristiano y Messi es el futbolista que m¨¢s me impresiona. Es consistente: no se limita a elevar el nivel uno o dos partidos. Se marca constantemente metas¡±. Cinco d¨ªas exactos despu¨¦s, Florentino hizo su tradicional fuera m¨¢scaras: ¡°Bale naci¨® para jugar en el Real Madrid¡±.
Desde ese momento, los focos se repartieron: unos se fueron a por el hombre del verano de 2013; otros se quedaron fijos en Cristiano Ronaldo, la estrella del club que hab¨ªa pasado media temporada sin hablarse con su entrenador, Mourinho, y sin ganar un t¨ªtulo. El 28 de julio, The Guardian le marc¨® el camino a Bale: ¡°Usurpando a Cristiano Ronaldo, Bale dar¨ªa el ¨²ltimo paso en su evoluci¨®n¡±. La periodista Louise Taylor avisaba de que la marcha de Bale al Madrid podr¨ªa suponer el regreso de Ronaldo al United, recordaba el r¨¦cord del traspaso millonario del portugu¨¦s y algo muy estudiado por el club: la adaptaci¨®n de un ingl¨¦s a la vida espa?ola, y la de una estrella a un vestuario dominado por CR7. Ese art¨ªculo se inicia con las quejas de Wenger y Ferguson: los dos tuvieron a tiro a Bale, pero no adivinaron la evoluci¨®n del gal¨¦s.
Sin amistad personal
En su primer d¨ªa de entrenamiento juntos, Gareth Bale y Cristiano Ronaldo aparecieron juntos y sonriendo para las c¨¢maras; ya en el rondo, Bale hizo un t¨²nel a Cristiano. Desde ese d¨ªa, afici¨®n y prensa han seguido al detalle la relaci¨®n entre los dos. En Gran Breta?a llegaron a hacer un art¨ªculo sobre el estilismo de Bale al llegar a Madrid. Su pelo m¨¢s alisado, peinado con cera, y el traje del extremo en la presentaci¨®n ¡°mandan un mensaje de confianza al Bernab¨¦u¡±.
No son amigos personales, de los que salen juntos. En el Madrid dicen que nunca se temi¨® que Cristiano se sintiese amenazado jer¨¢rquicamente por un jugador que cost¨® m¨¢s que ¨¦l. Est¨¢n en etapas deportivas diferentes por su edad (CR 31 a?os, Bale 26), y el portugu¨¦s lleg¨® a Madrid siendo ya Bal¨®n de Oro.
En el campo, Cristiano se echa a la izquierda y Bale pasa a ocupar la banda derecha; el gal¨¦s suele reba?ar la pelota hacia su pie malo, llegando a l¨ªnea de fondo, y centrar. El portugu¨¦s, m¨¢s directo, enfila al contrario para tratar de adoptar un perfil de disparo. Poco a poco, y en medio de la tormenta provocada por el traspaso multimillonario (CR hab¨ªa enterrado la suya con goles), los dos empiezan a juntarse en el campo, pero no a buscarse: no son jugadores asociativos, y m¨¢s que buscar el bal¨®n piden campo. Necesitan metros, son esprinters. Se llevan a rivales, crean desequilibrios que el otro aprovecha.
En contrapartida, si el partido no es importante, el Madrid defiende sin ellos dos. Cuando uno no est¨¢, el otro le echa de menos. Eso lleg¨® a verbalizarlo Cristiano en declaraciones a la prensa que sentaron mal en el vestuario, cuando dijo que si el Madrid no jugaba con los mejores, citando a Bale, no se pod¨ªa jugar igual.
¡°Bale empez¨® un poco desconcertado¡±, dicen en el club. ¡°En unas informaciones se dec¨ªa que no pod¨ªa jugar al f¨²tbol y en otras, directamente, que ¨¦l no era jugador de f¨²tbol. El chaval ven¨ªa y dec¨ªa: ¡®Pero yo d¨®nde me he metido¡±. Se hab¨ªa metido en el Real Madrid, le dijeron. Uno de los que m¨¢s ayud¨® a explic¨¢rselo fue Cristiano Ronaldo. El gal¨¦s alucinaba con la cara imperturbable de Ronaldo cuando los aficionados se le echaban encima.
Este invierno, despu¨¦s del Real Madrid-Deportivo, el debut de Zidane en el banquillo del Bernab¨¦u, Gareth Bale sali¨® del estadio a la calle Padre Dami¨¢n en un Audi. Par¨® en el sem¨¢foro en rojo (d¨ªas antes hab¨ªa desobedecido a un polic¨ªa que le indicaba la direcci¨®n correcta) y, al ser reconocido, una masa de aficionados se ech¨® literalmente encima del coche. Con dos japoneses encima del cap¨® acercando el m¨®vil al cristal, y decenas de aficionados m¨¢s rodeando el veh¨ªculo, Bale no movi¨® un m¨²sculo pese a parecer King Kong tra¨ªdo a la ciudad.
Imagen del club
El jugador gal¨¦s est¨¢ en su mejor momento, dicen en el Madrid, y se le renovar¨¢ en breve. ?Convivir¨¢ muchos a?os m¨¢s con Cristiano Ronaldo? Esa es la idea, dicen en la directiva: a Ronaldo tambi¨¦n se le propondr¨¢ la renovaci¨®n. Los dos son los purasangres que el presidente del Madrid, en su etapa posgal¨¢ctica, vende como imagen patrimonial del club.
Los dos juegan hoy un partido trascendental para sus carreras. Son los l¨ªderes de Portugal y Gales, dos equipos a los que no se esperaba en las semifinales de Eurocopa. De ning¨²n modo Portugal, al no haber ganado ni un solo partido; menos a¨²n Gales, un pa¨ªs en estado de trance. Las dos estrellas se cruzar¨¢n en el campo en un estado de excitaci¨®n imprevisible.
Ayer se le pregunt¨® a Gareth Bale si ¨¦l era mejor que Cristiano Ronaldo, la pregunta trampa que lleva soportando Neymar en Barcelona sobre Messi. Lo normal es agachar la cabeza delante del l¨ªder declar¨¢ndole sumisi¨®n, pero Bale hablaba como estrella de su selecci¨®n, no como jugador del Real Madrid. ¡°Yo no soy quien tiene que decirlo¡±, respondi¨®. No se han enviado mensajes ni se han llamado en todo el torneo, tampoco en la v¨ªspera de uno de los partidos m¨¢s importantes de sus vidas.
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