Duelo bajo el viento de Escocia

¡°De esto es de lo que se trata, ?verdad?¡±. Tom Watson, el aspirante, se gira hacia la leyenda, Jack Nicklaus, 14 Grandes en sus vitrinas, a punto de salir del tee del 16 de Turberry. Los dos se han quedado solos en lo alto de la clasificaci¨®n desde la tercera jornada del Open Brit¨¢nico de 1977. En la ¨²ltima vuelta y con s¨®lo tres hoyos por delante, el tercer clasificado languidece ya diez golpes por detr¨¢s. Nicklaus sonr¨ªe impasible y responde: ¡°Puedes apostar que s¨ª¡±.

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Royal Troon hace su selecci¨®n

El hoyo 12 de Royal Troon viv¨ªa este s¨¢bado una escena parecida. Phil Mickelson emboca un tenso putt para salvar el par en un hoyo que se hab¨ªa complicado mucho tras ver su salida en la parte m¨¢s profunda del rough. El zurdo de Arizona saca el pu?o y mira a Henrik Stenson. El sueco, sin dejar un gesto para la galer¨ªa, emboca su propio putt para el par y saca un pl¨¢tano de la bolsa de camino al 13. El Open es cosa de dos. Doce bajo par para Stenson, once para Mickelson al final de la tercera jornada con el resto del Mundo a cinco o m¨¢s golpes de distancia.

Royal Troon recib¨ªa el s¨¢bado a los jugadores con lluvias intermitentes y rachas de viento por encima de los 40 kil¨®metros por hora. Unas condiciones perfectas para la pr¨¢ctica del surf en las playas cercanas, pero lo suficientemente alarmantes para que el Royal&Ancient se replanteara algunas banderas y la altura de los greenes. Los l¨ªderes comprobaban en los marcadores c¨®mo los Soren Kjeldsen, Bill Haas o Sergio Garc¨ªa apenas asomaban la cabeza seis golpes por detr¨¢s, sonre¨ªan, y a lo suyo. Una situaci¨®n perfecta de match play: si uno va largo en la salida, el otro arriesga con el driver; si Mickelson genera su magia con el wedge, Stenson se muestra infalible en los putts de media distancia. Una exhibici¨®n de golf en condiciones hostiles hasta que en el hoyo 17, el sueco firma un ¡°doble hoyo¡± (birdie por bogey del rival), y el americano paga su frustraci¨®n quej¨¢ndose a los fot¨®grafos tras un mal segundo golpe en el 18.

Una guerra psicol¨®gica que s¨®lo pod¨ªan romper destellos de jugadores como Andrew Johnston (cuarto con -5), un ingl¨¦s fond¨®n y con una poblada barba al que gusta que llamen Beef (Ternero). Un hombre que combina un carisma indudable con un juego espectacular, siempre buscando las banderas y sin renunciar a grandes gestos de alegr¨ªa cuando lo consigue. Otro de los favoritos del p¨²blico brit¨¢nico, Sergio Garc¨ªa, se mantiene noveno con -1 en una jornada en la que s¨®lo catorce jugadores lograron ganar a Royal Troon y al feroz viento escoc¨¦s.