Carlsen, iracundo tras su primer empate
El campe¨®n del mundo no puede doblegar a Giri, a quien no ha ganado nunca en la modalidad cl¨¢sica
Un campe¨®n del mundo que muestra furia y mala educaci¨®n tras un empate es algo no visto desde los primeros a?os de Gari Kasp¨¢rov. As¨ª se mostr¨® ayer Magnus Carlsen en Bilbao despu¨¦s del empate en la 5? ronda de la IX Final de Maestros con el holand¨¦s Anish Giri, a quien no ha ganado nunca en ajedrez cl¨¢sico (sin contar las modalidades r¨¢pidas) tras quince partidas entre ambos. El noruego es el l¨ªder al fin de la primera vuelta.
Carlsen arroj¨® con violencia al suelo su chaqueta y un bol¨ªgrafo, recogidos por su padre, Henrik, cuando abandonaba el Teatro Campos El¨ªseos tras un comportamiento muy hosco en El ?gora (la sala de comentarios ante el p¨²blico), donde se neg¨® a responder una pregunta, procedente de las redes sociales, sobre su estilo de juego: ¡°Ahora no puedo hablar sobre eso¡±. El comentarista le sugiri¨® entonces que se despidiera diciendo gracias en noruego, pero Carlsen tampoco fue capaz de hacerlo.
El escandinavo estuvo muy cerca de doblegar por primera vez al holand¨¦s, de 22 a?os, 7? del mundo, cuyo inmenso talento se ve lastrado por un excesivo temor al riesgo, que volvi¨® a plasmarse en la lucha de ayer. Carlsen, con negras, plante¨® una defensa rocosa en posici¨®n muy restringida, con todas sus piezas y peones en las tres ¨²ltimas filas. El primer momento cr¨ªtico lleg¨® en la jugada 15: Giri pod¨ªa elegir entre una variante aguda (15 Af3) que quiz¨¢ le diera ventaja, y otra (15 Axg6) que le dejaba algo peor y liberaba a su rival; y opt¨® por la segunda.
Carlsen ya estaba en su situaci¨®n preferida, donde suele ser implacable: con peque?a ventaja, dispuesto a ir apretando poco a poco las tuercas de un instrumento de tortura hasta que el adversario ya no aguanta m¨¢s y comete un error decisivo. Pero Giri es dur¨ªsimo en tales menesteres; ganarle suele requerir una precisi¨®n de reloj suizo. El segundo momento cr¨ªtico lleg¨® exactamente en la jugada 40, la ¨²ltima del control: Carlsen hizo lo que hubiera hecho el 99% de los jugadores: avanzar su pe¨®n m¨¢s peligroso, porque ese movimiento parec¨ªa impecable, el mejor.
Pero no lo era, como se vio en la continuaci¨®n de la lucha, cuando el holand¨¦s, caminando siempre al filo del abismo, logr¨® arrancar su 14? empate ante Carlsen (adem¨¢s de una victoria) tras 62 movimientos en cuatro horas y 23 minutos de pelea. Dado que las otras dos partidas de la 5? ronda (So-Yi Wei y Kariakin-Nakamura) ya hab¨ªan terminado, en tablas, Carlsen y Giri se quedaron unos minutos en la mesa comentando esos momentos clave sin molestar a nadie.
Sin embargo, ese di¨¢logo no sirvi¨® para calmar el enfado del campe¨®n consigo mismo. Sus gestos al llegar al escenario de El ?gora eran de gran enojo, que se transform¨® en ira contenida a duras penas cuando uno de los comentaristas, el gran maestro Txelu Fern¨¢ndez, le mostr¨® los an¨¢lisis de la computadora en la mencionada jugada 40: si en lugar de avanzar el pe¨®n hubiera hecho un movimiento de espera, sus probabilidades de victoria habr¨ªan crecido mucho.
Se le pidi¨® entonces a Carlsen que comentase las claves de la partida, pero ¨¦l pas¨® el micr¨®fono a Giri, quien reconoci¨® que no se hab¨ªa atrevido a elegir la variante m¨¢s aguda en la jugada 15. Entonces le toc¨® hablar al noruego: ¡°En efecto, esa posibilidad de Anish era la m¨¢s aguda, pero creo que las negras estar¨ªan bien. Mi error fue la jugada 40¡±. Cuando le subrayaron que era un movimiento muy l¨®gico, de muy buen aspecto, replic¨®: ¡°S¨ª, pero no basta para ganar, como Anish ha demostrado¡±.
Convencido al parecer de que ya hab¨ªa cumplido con la parte del contrato que le obliga a comparecer en El ?gora tras cada partida, el campe¨®n del mundo se neg¨® a responder a m¨¢s preguntas, por f¨¢ciles que fueran, e incluso a despedirse dando las gracias en noruego (Giri s¨ª lo hizo en holand¨¦s). Y todo indica que su ira fue creciendo en el trayecto en ascensor desde la sexta planta a la salida, donde perdi¨® por complet¨® el control de s¨ª mismo.
Es muy significativo que las diez partidas disputadas hasta ahora en las que no jugaba Carlsen han terminado en tablas, aunque casi todas han sido muy interesantes y a pesar de que en el torneo de Bilbao hay dos medidas concretas para fomentar la combatividad: no se puede acordar el empate sin el permiso del ¨¢rbitro, y la puntuaci¨®n es la del f¨²tbol (tres puntos por victoria y uno por empatar).
El campe¨®n del mundo se pone el list¨®n en alturas inaccesibles para los dem¨¢s. Perdi¨® en la ronda inaugural por primera vez en su vida ante el estadounidense Hikaru Nakamura (despu¨¦s de 31 partidas entre ambos), pero eso lo estimul¨® a ganar las tres siguientes. Quiso redondear la primera mitad del torneo doblegando por primera vez al p¨¦treo Giri, pero no pudo. Ma?ana, tras el descanso de hoy, conducir¨¢ las piezas negras ante Nakamura, y nadie duda de que el noruego salga a matar, como siempre, pero a su manera, sin prisas, buscando una pelea muy larga y agotadora para sus rivales. Lo normal es que ellos terminen claudicando, pero Giri no lo hizo ayer; la chaqueta y la imagen de Carlsen pagaron las consecuencias.
Leontxo Garc¨ªa est¨¢ contratado por la organizaci¨®n de la Final de Maestros de Bilbao para comentar las partidas en directo
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