Lopetegui, de las piedras a Cruyff
Hijo de un c¨¦lebre deportista rural vasco, el seleccionador milit¨® como portero en el Madrid y en el Bar?a antes de descubrir su vocaci¨®n de t¨¦cnico gracias al holand¨¦s
Jos¨¦ Antonio Lopetegui Aranguren, apodado Aguerre II, fue, al igual que su padre y su hermano, uno de los m¨¢s c¨¦lebres levantadores de piedras del Pa¨ªs Vasco. Siguiendo la tradici¨®n familiar su hijo Julen, natural de Asteasu, provincia de Gipuzkoa, cavil¨® la posibilidad de prepararse para batir r¨¦cords de alzadas de piedras de 100 kilos. Pero Aguerre II se opuso. El tremendo patriarca, que de peque?o hab¨ªa querido ser pelotari, lo persuadi¨® de que buscara su propia vocaci¨®n lejos de los deportes vern¨¢culos.
-Mi padre no le ve¨ªa mucho futuro- recuerda Julen, que acab¨® renunciando a los ejercicios rurales primigenios por el sofisticado juego de los villanos. Comenz¨® su carrera como portero en las categor¨ªas inferiores de la Real Sociedad. En 1985 fich¨® por el Castilla, milit¨® en el Real Madrid, en el Logro?¨¦s y en el Bar?a. Se retir¨® en el Rayo, en 2002. Este jueves, a poco de cumplir los 50, fue nombrado seleccionador de Espa?a.
Cuando ?ngel Mar¨ªa Villar lo eligi¨® no se impuls¨® en la necesidad de contratar a un entrenador. El presidente de la federaci¨®n apost¨® por un seleccionador. Los matices distinguen oficios y cualidades. La trayectoria del vasco en los banquillos es limitada. Pero pocas personas re¨²nen una experiencia directa m¨¢s completa de la evoluci¨®n del f¨²tbol espa?ol en las ¨²ltimas d¨¦cadas.
Lopetegui particip¨® de los dos fen¨®menos que propiciaron el ingreso de Espa?a en la modernidad del f¨²tbol. Primero, la Quinta del Buitre; despu¨¦s, el Dream Team. En Barcelona trab¨® amistad con Guardiola y coincidi¨® con Johan Cruyff. El exportero suele decir que Cruyff le alumbr¨® una perspectiva desconocida. ¡°Creo que cuando juegas, entiendes muy poco el juego¡±, se?ala, ¡°y yo me incluyo¡±.
Est¨¢ convencido de que la funci¨®n del t¨¦cnico debe ser, ante todo, pedag¨®gica; y que su principal misi¨®n consiste en lograr que el jugador disponga de soluciones para cada problema. "La toma de decisiones no es un derecho del futbolista", advierte, "es una exigencia". La metodolog¨ªa que le inculcaron en la escuela espa?ola de entrenadores coincidi¨® con el desarrollo de un estilo basado en el control del bal¨®n. Un modo de entender el f¨²tbol que sintoniza con la sensibilidad de las nuevas hornadas de jugadores. ?l lo constat¨® como seleccionador sub-19, sub-20 y sub-21, entre 2010 y 2014. En ese periodo Lopetegui no solo consolid¨® una buena relaci¨®n con Villar. Gan¨® tres Europeos y supo promover a chicos como Thiago, De Gea, Javi Mart¨ªnez, Koke, Morata, Isco o Carvajal, la remesa del equipo que deber¨¢ clasificar para el Mundial de 2018.
Dirigi¨® al Oporto entre 2014 y 2016 en la que fue su primera y ¨²nica experiencia en Primera Divisi¨®n. Hered¨® un equipo biso?o con una media de edad de 24 a?os y lo hizo buscar la iniciativa en todos los terrenos. No gan¨® la Liga ni la Copa, frenado por el poder¨ªo del Benfica y el Sporting. Pero se enorgullece cuando recuerda que disput¨® 18 partidos en Champions, gan¨® 11, empat¨® cuatro y perdi¨® tres; lo que le sit¨²a, con 61,1% de triunfos, como el tercer entrenador espa?ol con mejor porcentaje de victorias despu¨¦s de Luis Enrique (78%) y Guardiola (61,3%). Por el camino, relanz¨® la carrera de Casemiro, convirti¨® a Danilo en un referente de los laterales derechos europeos, hizo debutar al internacional Rub¨¦n Neves, y consigui¨® que ?liver Torres ofreciera sus mejores actuaciones.
En Portugal le recuerdan con extra?eza, saltando de la ciudad deportiva de los montes de Olival a su casa en el puerto de Matosihnos. Buscando abrigarse del ruido de las atronadoras tribunas medi¨¢ticas de Oporto, en donde no dejaron de exigirle t¨ªtulos inmediatos. Desde el primer d¨ªa los tertulianos de los influyentes programas nocturnos escrutaron su labor con desconfianza extrema hasta convertirle en un hombre impopular. Cuanto m¨¢s le criticaron, menos proclive a la demagogia se mostr¨®. Con consecuencias rotundas. Este verano le descubri¨® sin trabajo pero aprendiendo ingl¨¦s. Quer¨ªa conocer de primera mano el mundillo de la Premier. Proyectaba irse a vivir a Londres, donde, parafraseando a Aguerre II, estaba "el futuro".
Como quiera que el futuro del f¨²tbol est¨¢ en todas partes, esta semana Villar le llam¨® para que se presente en Las Rozas.
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