Rafa Nadal cae ante Del Potro en las semifinales

Juan Mart¨ªn Del Potro dobleg¨® a Rafa Nadal en un partido apote¨®sico, para la historia, may¨²sculo. El jugador argentino alcanz¨® la excelencia en su juego y mantuvo la sangre fr¨ªa imprescindible para resistir el desgaste f¨ªsico y emocional que le exigi¨® un Rafa Nadal tan conmovedor, si no m¨¢s, en la derrota que en la victoria. Gan¨® Del Potro en la muerte s¨²bita y cerr¨®, tras m¨¢s de tres horas, con un 5-7, 6-4 y 7-6 (7-5). Del Potro se medir¨¢ en la final, este domingo, a Andy Murray. Nadal optar¨¢ al bronce frente al japon¨¦s Kei Nishikori que perdi¨® ante el escoc¨¦s por 6-1 y 6-4.

Rafa Nadal no claudica nunca. Lo reiter¨®, pese a la derrota. Y lo supo de primera mano Juan Mart¨ªn Del Potro. Pero el jugador argentino, con ese punto hier¨¢tico, aparentemente fr¨ªo, se convirti¨® en un front¨®n insuperable para la tenacidad y el empe?o del mallorqu¨ªn. Estuvo a punto de remontar en varias ocasiones. Del Potro lo tuvo contra las cuerdas. El ¨¦xtasis se adue?¨® de la pista central del Complejo Ol¨ªmpico de R¨ªo cuando Nadal igual¨® a cinco en el tercer set con un magistral juego en blanco, para la posteridad. Pero ni as¨ª le vali¨® a Nadal. Del Potro no se descompuso nunca. Forz¨® el tie break y en ¨¦l marc¨® el paso con un 3-0 para empezar que Nadal ya no consigui¨® remontar.

Del Potro acab¨® llorando estirado en la cancha, se ech¨® despu¨¦s en brazos de una afici¨®n que le achuch¨®. Tendr¨¢ la ocasi¨®n de ba?ar en oro, en plata en el peor de los casos, la asombrosa historia de su resurrecci¨®n en la ¨¦lite mundial despu¨¦s de m¨¢s de un a?o inactivo en el que rumi¨® su definitiva retirada. Volvi¨® y lo hizo fort¨ªsimo y en R¨ªo acrecent¨® su alargada figura. Nadal le parec¨ªa inaccesible. El jugador mallorqu¨ªn est¨¢ impregnado por el esp¨ªritu ol¨ªmpico. En R¨ªo ha sacado lo mejor de s¨ª mismo para coronarse en el doble con Marc L¨®pez y para intentar asaltar la que hubiera sido su segundo final ol¨ªmpica. Del Potro le impidi¨® la reconquista del oro ol¨ªmpico que gan¨® en Pek¨ªn hace ocho a?os y que no pudo reeditar porque se vio obligado a renunciar al viaje a Londres en 2012 a causa de una lesi¨®n.

Salida fulgurante del argentino

Nadal hab¨ªa desvencijado a todos sus rivales en R¨ªo y, m¨¢s a¨²n, venci¨® a su propio escepticismo, cocinado por tantas horas de tratamiento y sof¨¢ obligado tras la lesi¨®n en la mu?eca izquierda. No iba de tapadillo cuando manifest¨® "a ver qu¨¦ puedo hacer". El saldo, un oro en dobles y la posibilidad de atrapar un bronce.

Del Potro empez¨® como el brasile?o Bellucci un d¨ªa antes. Trat¨® de arrinconar a Nadal con una salida fulgurante, amparado en la eficacia de su primer saque y su potente golpe de derecha. Le rompi¨® el saque y acto seguido un segundo juego en blanco. Pero Nadal, ya se sabe, ya lo han sufrido todos sus rivales, es un tipo que se supera ante la presi¨®n. Robustece su mentalidad ganadora, si cabe, cuanto m¨¢s exigido est¨¢.

Percuti¨® sobre el rev¨¦s de Del Potro, que desde que sufri¨® la lesi¨®n en la mu?eca izquierda, ha perdido fuerza especialmente en ese golpe. Nadal gan¨® sus dos siguientes servicios en blanco y esper¨® al sexto para igualar el partido y a partir de ah¨ª ir doblegando el ¨¢nimo del jugador argentino. Despach¨® el primer set en 55 minutos.

Esfuerzo conmovedor

Pero, si Del Potro resucit¨® en febrero despu¨¦s de 327 fuera de circulaci¨®n, si se asom¨® de nuevo entre los grandes en Wimbledon, si en R¨ªo, un poco como le ha ocurrido a Nadal, se sorprendi¨® a s¨ª mismo al eliminar a Djokovic y llor¨® tras superar a Roberto Bautista en los cuartos de final, era para quemar las naves en su duelo ante Nadal. Fue lo que hizo. Reaccion¨® en el segundo set. Volvi¨® a tomar ventaja, 3-1 y a partir de ah¨ª la administr¨® con mucho acierto y una enorme efectividad en el saque.

La tercera manga fue de una tensi¨®n emocional extraordinaria desde el primer juego. Solo en el tercero barri¨® Nadal. El resto de los juegos fueron peleados al l¨ªmite, todos decididos tras una sucesi¨®n de alternativas y desenlaces despu¨¦s de llegarse a varios deuce. Los dos protagonistas conmovieron por su comportamiento cuando peor estaba la situaci¨®n. Brindaron un duelo excepcional, al l¨ªmite, decidido al fin por la magnificencia de Del Potro, inoxidable, segur¨ªsimo, inasequible al desaliento y a los subidones morales y fases ascendentes en el marcador de Nadal.