Aquel cuarto puesto de Haro... en M¨²nich
Se hizo atleta de verdad, en el equipo de Educaci¨®n y Descanso. Siempre en distancias largas: 5.000, 10.000 o 3.000 obst¨¢culos.
Un buen d¨ªa de 1959, Don Heraclio, delegado del Frente de Juventudes en Becerril de Campos, les dijo a los muchachos que all¨ª se reun¨ªan para alternar y jugar a los naipes que hab¨ªa una carrera en Palencia. Les llevar¨ªa y traer¨ªa en una furgoneta y comer¨ªan gratis all¨ª, al acabar la carrera. Escogi¨® a los cinco que m¨¢s fama ten¨ªan de correr bien. Uno de ellos se llamaba Mariano Haro. Ten¨ªa 19 a?os.
Mariano Haro cree que aprendi¨® a correr antes que a andar: ¡°De ni?o, no me recuerdo andando. Siempre corriendo. Iba corriendo por el pueblo, o m¨¢s all¨¢. Igual tres pueblos m¨¢s all¨¢, donde mi padre habr¨ªa ajustado alg¨²n trabajo de siega, para coger el dinero y tra¨¦rselo a mi madre. Tambi¨¦n corr¨ªa las perdices, a las que agotaba, sus vuelos eran cada vez m¨¢s cortos y terminaba por cogerlas a mano, vivas. Y con mi perro ¨ªbamos a por conejos y liebres, hasta que los encerr¨¢bamos contra la valla del monte. Luego se los daba a mi madre, que igual los cambiaba por pan o alguna otra cosa. A mi madre le asustaba que yo corriera tanto, le daba miedo: ¡®Marian¨ªn, vas a acabar t¨ªsico¡¯, me dec¨ªa. No s¨¦ de d¨®nde lo hab¨ªa sacado. Pero yo no quer¨ªa otra cosa que correr. De ni?o, no me recuerdo andando¡±.
Para entonces, ya llevaba varios a?os trabajando en una azucarera de Monz¨®n de Becerril, a 14 kil¨®metros de su casa, e iba y volv¨ªa corriendo, todos los d¨ªas. All¨ª acarreaba carretillas que le cargaban con tres sacos de 60 kilos cada una. Al acabar la jornada, vuelta a casa, corriendo.
As¨ª que estaba fuerte. Pero cuando lleg¨® a Palencia se impresion¨®. Hab¨ªa tipos con buena pinta, con su ch¨¢ndal, calentando antes de la carrera. Le pareci¨® que aquello era otra cosa. ?l iba vestido de cualquier manera, con un pantaloncillo corto improvisado por su madre con una tela vieja, una camisa mala y alpargatas. ¡°Pens¨¦ que para quedar bien lo mejor ser¨ªa escaparme de salida y retirarme a los 500 metros o as¨ª, pretextando algo. Y sal¨ª, me fui, me sent¨ª bien, me vine arriba y pens¨¦ que pod¨ªa terminar, aunque me alcanzaran. Cuando quedaban 500 metros para el final, a¨²n los ten¨ªa lejos. Me di cuenta de que iba a ganar. Y gan¨¦ casi sin querer¡±.
Ah¨ª empez¨® todo. Le cogi¨® un entrenador, Gerardo Cisneros, que a¨²n vive, feliz y orgulloso de ¨¦l, en Palencia. Le dieron un trabajo en Sindicatos, en Palencia, como ordenanza, ¡°con un uniforme con galones en la bocamanga, parec¨ªa un almirante¡±. Cada d¨ªa hac¨ªa los 17 kil¨®metros desde su casa corriendo. A la ida, del tir¨®n. A la vuelta, regresaba haciendo paradas y series que le fijaba Cisneros.
Se hizo atleta de verdad, en el equipo de Educaci¨®n y Descanso. Siempre en distancias largas: 5.000, 10.000 o 3.000 obst¨¢culos. Lo alternaba con desaf¨ªos en los pueblos, en los que recib¨ªa un dinero de tapadillo: ¡°Entonces ¨¦ramos amateurs. No se pod¨ªa cobrar por hacer deporte si quer¨ªas ser ol¨ªmpico, pero hab¨ªa esas cosillas y nadie se enteraba¡±. Fue haci¨¦ndose c¨¦lebre, primero en el entorno, luego en Arag¨®n, donde eran frecuentes las llamadas pollaradas, porque en origen se daba un pollo al ganador. Pero ahora ya daban 5.000, 10,000, incluso 25.000 pesetas.
Y en el Pa¨ªs Vasco. All¨ª alcanz¨® su r¨¦cord, cuando hizo las 100 vueltas a la plaza de toros de Tolosa en menos de media hora, batiendo el r¨¦cord del ingl¨¦s Gordon Pillies. Ese d¨ªa compiti¨® contra tres, cada uno de los cuales corr¨ªa un tercio de la distancia total. A los tres les dobl¨® m¨¢s de una vez: ¡°Era muy emocionante, porque era persecuci¨®n. Cada uno arrancaba de un lado de la plaza, y era de ver, c¨®mo uno se acercaba, el otro remontaba¡¡±. Aquel d¨ªa gan¨®, con las apuestas y la plaza llena, una barbaridad: 550.000 pesetas. Tanto dinero le asust¨® e hizo que se lo dieran a su cu?ado, que era de all¨ª. Casado con una de sus hermanas, estaba en un apuro porque hab¨ªa enfermado y no pod¨ªa trabajar.
"Las fotos que salieron en Espa?a de la matanza terrorista fueron m¨ªas!".
Mantuvo una rivalidad amistosa con Aritmendi el Lebrel de Cogolludo, que gan¨® el Cross de las Naciones en 1964. Aquello fue el primer gran aldabonazo del atletismo espa?ol. Aritmendi era dos a?os mayor que ¨¦l. Las lesiones le hicieron retirarse a los 30. Haro ocup¨® su lugar, aunque nunca pudo ganar aquella prueba que pas¨® a llamarse Campeonato del Mundo de Cross. Fue segundo en ella cuatro a?os consecutivos, en el arranque de los a?os 70.
Se qued¨® sin ir a los Juegos de Tokio porque le falt¨® un segundo para la m¨ªnima. Su debut ol¨ªmpico fue en M¨¦xico 68, en los 3.000 obst¨¢culos: ¡°Me asfixi¨¦ con la altitud. El ¨²ltimo obst¨¢culo lo pas¨¦ con las manos, no pod¨ªa m¨¢s. Primero me descalificaron, pero recurrimos y levantaron la decisi¨®n, porque el reglamento lo que prohib¨ªa era evitar el obst¨¢culo rode¨¢ndolo, no dec¨ªa c¨®mo hay que saltarlo¡±. Aun as¨ª, el tiempo no le dio para entrar en al final.
Otra cosa fueron los JJ?OO de M¨²nich 72, en los que roz¨® la medalla en 10.000. Fueron los Juegos de la matanza en el asalto de Septiembre Negro a la delegaci¨®n israel¨ª: ¡°Aquello nos dej¨® aturdidos a todos. A m¨ª me pas¨® una cosa muy curiosa. Yo les hab¨ªa comprado a los rusos caviar y una c¨¢mara Zenit muy buena, con un gran objetivo. Desde lejos, tir¨¦ muchas fotos, de los terroristas con capucha, hablando con la polic¨ªa. El de EFE, que era amigo m¨ªo, Calle, era redactor, no ten¨ªa fotos. Y le di los dos carretes. ?As¨ª que las fotos que salieron en Espa?a de aquello fueron las m¨ªas!¡±.
En la carrera, iban como seis kil¨®metros cuando se cay¨® el finland¨¦s Lasse Viren, el favorito: ¡°?l iba justo delante de m¨ª. Yo pens¨¦, ¡®esta es la m¨ªa¡¯, y tir¨¦ fuerte, para dejarle. Adelant¨¦ a Bedford... Conmigo vinieron Yifter y Puttemans".
(Espa?a entera vibr¨® ante la tele en ese momento. ?Haro les iba a ganar a todos¡ Pero no).
¡ªIncre¨ªblemente, Lasse Viren se repuso, nos alcanz¨®, nos super¨® y gan¨®. Puttemans fue segundo, Yifter tercero y yo cuarto, a 10 segundos. Me qued¨¦ en diploma. Lasse Viren, entonces no lo sab¨ªamos, se cambiaba la sangre. Yo le hab¨ªa ganado varias veces en Finlandia, donde me trataban como a El Cordob¨¦s en Espa?a. ?All¨¢ se llenan los estadios, el atletismo es lo m¨¢s! Pero en M¨²nich me gan¨®, por la sangre. Pero era legal. No me quejo.
(Viren fue un adelantado en el entrenamiento de altura. Se concentraba en Font Romeu, Colombia o Kenia. All¨ª la altitud enriquec¨ªa su hematocrito. Luego se sacaba sangre, que guardaba para volv¨¦rsela a inyectar en los momentos m¨¢s convenientes. Gan¨® el oro en 5.000 y 10.000 en M¨²nich y Montreal).
Haro volvi¨® a los JJ?OO en Montreal 76, ya con 36 a?os. Fue sexto en 10.000. Segundo diploma ol¨ªmpico. Y pronto la retirada, con 27 t¨ªtulos de Espa?a en distintas distancias y especialidades, las cuatro medallas de plata consecutivas en la gran prueba internacional de cross y el recuerdo de aquella carrera de 10.000 metros en M¨²nich, para muchos la mejor de la historia. Una carrera que rompi¨® ¨¦l, en uno de esos tirones que nos levantaban de los asientos. Le fall¨®, como tantas veces, el rush final.
Hoy vive feliz en su Beccerril de Campos, donde lleg¨® la familia cuando ¨¦l, nacido en realidad en Valladolid, ten¨ªa siete meses. Durante 25 a?os fue el alcalde del pueblo. Hoy es su m¨¢s destacado vecino. Ya no corre, pero es un cazador andar¨ªn e infatigable. Y un tipo listo, capaz de cortar un fideo en el aire.
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