La vela, por primera vez sin premio desde S¨ªdney

La playa de Botafogo, en el puerto de Marina da Gloria, estaba hasta arriba. No quedaban entradas para la Medal Race del 49er masculino y femenino. Debe ser el ¨²nico escenario en estos Juegos que se ha llenado. Alberto Betanzos, padre de Berta, y Adri¨¢n Echegoyen, hermano de Tamara, llegaron a las 11 de la ma?ana. Cuando se abrieron las puertas de acceso. ¡°Para coger sitio en primera l¨ªnea de playa y clavar la bandera espa?ola en la arena¡±, explicaba Alberto. Adri¨¢n a su lado no paraba de pegar saltitos. Los dos con la misma camiseta blanca que pon¨ªa: Tamara y Berta Team.

¡°Creo que estamos m¨¢s nerviosos nosotros que ellas¡±, dec¨ªa. Ellas son Tamara Echegoyen y Berta Betanzos que se clasificaron para la Medal Race de esta categor¨ªa, que se estrena en estos Juegos, con el mejor tiempo. ¡°S¨ª pero hay embarcaciones que est¨¢n navegando muy bien¡±, dec¨ªa Pepe Lis, su t¨¦cnico, estos d¨ªas. Entre ellas, la de Brasil, Dinamarca y Nueva Zelanda. Las que, finalmente, subieron al podio dejando a las espa?olas sin medalla, en cuarta posici¨®n.

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Normalmente, si se llega con una amplia ventaja, los Juegos est¨¢n m¨¢s o menos decididos ya antes de la Medal Race. No fue el caso del 49er FX. Las cuatro embarcaciones llegaron con una diferencia m¨ªnima de puntos. Por lo que pas¨® algo que algunos se tem¨ªan: ¡°Si las cosas salen mal, nos podemos quedar cuartos y sin medalla¡±. Cuartas se quedaron Tamara y Berta, que lo explicaron as¨ª: ¡°La salida no fue perfecta [para evitar colisionar con el barco brit¨¢nico perdi¨® el control por un momento] y no pudimos estar donde quer¨ªamos. No supimos acertar despu¨¦s, fue un c¨²mulo de muchas cosas¡±, dijo Tamara.

Cerraron una competici¨®n muy amarga para la vela espa?ola. Ni ellas, ni Marina Alabau, que entraban en las quinielas, consiguieron subirse al podio. Algo que en la vela espa?ola no pasaba desde los Juegos de S¨ªdney, hace 16 a?os. En R¨ªo compet¨ªa tambi¨¦n el nacra 17 mixto, el RS:X masculino y femenino, el l¨¢ser radial, el l¨¢ser masculino, el 470 femenino y masculino y el 49er masculino.

Hab¨ªa optimismo antes de la carrera en la delegaci¨®n espa?ola. Por primera vez soplaba fuerte el viento (18 nudos, lo m¨¢ximo que hubo en los d¨ªas anteriores fue 14) y el viento fuerte, en principio, favorec¨ªa a las espa?olas, que llegaron al campo de regatas sobre las 10. Desayunaron en el hotel fruta y frutos secos ¡ªlos d¨¢tiles se los trajeron de Estados Unidos porque no encontraron buenos en R¨ªo¡ª, hicieron media hora de yoga y luego al gimnasio. ¡°Est¨¢n tranquilas y centradas. Las he visto muy bien estos d¨ªas y este viento las favorece¡±, aseguraba Iv¨¢n Pastor que termin¨® octavo hace un par de d¨ªas en el RS:X.

¡°Las sensaciones son positivas¡±, aseguraba Carmen Vaz, la doctora del equipo, mientras pintaba las caras con banderas de Espa?a a familiares y miembros de la delegaci¨®n reunidos en primera l¨ªnea de playa.

Echegoyen fue oro en Londres en Match Race (categor¨ªa que no existe en R¨ªo) y Berta, campeona del mundo en la clase 470 en 2011, lleg¨® d¨¦cima. Cada una con su tripulaci¨®n y con un barco diferente con el que navegan ahora. En 2013 se juntaron para perseguir otro sue?o ol¨ªmpico. En la modalidad 49er FX. En esa categor¨ªa, Tamara y Berta se proclamaron campeonas del mundo en febrero. Un broche a un camino que empez¨® en enero de 2013 y que se ha quedado sin medalla ol¨ªmpica. ¡°Cuando nos juntamos nos dec¨ªan que no ¨ªbamos a ning¨²n lado¡­¡±, confesaba Tamara en marzo, en una concentraci¨®n en Mallorca. All¨ª tienen el cuartel general y se van moviendo entre Palma y Santander.

Tamara, 32 a?os, es la patrona. Berta, 28, la tripulante. Una es peque?ita, la otra una gigante. Una es extrovertida y no para de hablar. La otra es m¨¢s t¨ªmida. En el barco, lo m¨¢s parecido a una tabla de surf con vela que con viento coge una velocidad tremenda, se complementan. Tienen que hacerlo porque son dos, pero en el barco (4,995 metros de eslora y 94 kilos de peso) se tienen que mover como si fueran una. ¡°Lo que hacen durante el a?o nadie lo ve, trabajan y trabajan, con fr¨ªo, lluvia. La gente se cree que esto es coger una vela y subirse a una embarcaci¨®n. Y no es eso, son sacrificios, horas de trabajo¡±, contaba el padre de Berta poco antes de que su hija se lanzara al agua para buscar una medalla. El sacrificio se qued¨® sin recompensa.