Wayne Rooney, futbolista y escritor
Ha publicado tres libros hasta la fecha y ha cosechado m¨¢s de seis millones de euros
¡°?Cu¨¢ntos caminos debe recorrer un hombre, antes de que le llames un hombre?¡±. Bob Dylan
Admirable, la imaginaci¨®n de los que deciden los premios Nobel. El de literatura se lo dan a un tipo que hubiera pasado desapercibido por el mundo, incluso en su ciudad natal de Duluth, Minnesota, si no hubiese agregado el sonido de la guitarra a las letras que junt¨®; el de la paz, al l¨ªder de un pa¨ªs a cuyos habitantes, la gran mayor¨ªa de ellos, les da igual seguir en guerra o no.
M¨¢s imaginaci¨®n a¨²n demostraron los que nominaron a Donald Trump y, en su d¨ªa, a Josef Stalin, para el Nobel de la paz. Vamos a hacer aqu¨ª un ejercicio similar de libertad mental y nominar un par de candidatos para los Nobel del a?o que viene.
Para el de literatura, el que salta a la vista, tanto o m¨¢s que Bob Dylan, es el prol¨ªfico escritor Wayne Rooney, conocido tambi¨¦n por algunos como un jugador de f¨²tbol que ser¨¢ recordado por lo mucho que prometi¨® y lo poco que hizo. Con suerte la historia ser¨¢ m¨¢s generosa con sus libros.
Ha publicado tres hasta la fecha. En orden cronol¨®gico son: Wayne Rooney: mi historia hasta ahora; Wayne Rooney: mi d¨¦cada en la Premier League; y Wayne Rooney: mis diez grandes momentos de la Premier League. Ha cosechado m¨¢s de 6 millones de euros pero eso es lo de menos. La calidad de la escritura deber¨ªa ser m¨¢s que suficiente para convencer a los jueces del Nobel de que Rooney se merece el pr¨®ximo premio tanto como, por ejemplo, el sempiterno pretendiente estadounidense, Philip Roth.
Roth, seamos honestos, es un escritor que pertenece a otra ¨¦poca, no a los tiempos anti-elitistas en los que vivimos. Roth exige de sus lectores un cierto m¨ªnimo de cultura; Rooney no. El estilo rooneyesco se define por su brutalismo y sencillez. Wayne Rooney es un escritor furiosamente contempor¨¢neo, en perfecta sinton¨ªa con la era de las redes sociales, de la nueva democracia digital en la que todos los puntos de vista son iguales de v¨¢lidos y respetables, sin que la ignorancia jam¨¢s sea un impedimento a la hora de opinar.
El estilo ¡®Rooneyesco¡¯ se define por su brutalismo y sencillez. Es furiosamente contempor¨¢neo
Lean unos breves ejemplos de la obra de Rooney, extra¨ªdos de Mi historia hasta hoy.
¡°Soy como la mayor¨ªa de los tipos. Vuelvo de vacaciones con unos kilos de m¨¢s¡±. Cristalina, la prosa; maravillosamente econ¨®mico el concepto que expresa. En dos frases cortas, libres de adjetivos, nos cuenta la esencia de su dilema, ¡°los kilos de m¨¢s¡±, y al mismo tiempo coloca su dilema en un plano universal, eterno: ¡°Como la mayor¨ªa de los tipos¡±.
Pero Rooney no se queda ah¨ª. Otros escritores se conforman con contar la condici¨®n humana. Rooney la explica. ¡°Entonces me acuerdo¡±, escribe, ¡°de que me tom¨¦ unas copas mientras estaba fuera¡±. Pero despu¨¦s va incluso m¨¢s lejos. Resuelve el dilema. El gimnasio, revela, es la soluci¨®n: ¡°En dos semanas pierdo esos kilos¡±. Y finalmente, la simple transici¨®n una vez m¨¢s de lo espec¨ªfico a lo lapidario, de lo banal a lo universal: ¡°Como delantero centro del Manchester United no hay donde esconderse¡±.
El Manchester United es, curiosamente, donde Rooney tiene a uno de sus principales rivales al Nobel: su entrenador Jos¨¦ Mourinho. En el caso del pol¨ªglota portugu¨¦s no tanto por sus palabras impresas sino, como con Dylan pero sin la m¨²sica, por las que emergen de su boca. La contribuci¨®n m¨¢s memorable a las letras que ha hecho Mourinho, el momento en el que alcanz¨® la c¨²spide de la literatura y la filosof¨ªa, fue en una rueda de prensa tras la derrota de su equipo, el Real Madrid, por 0 a 2 en el Bernab¨¦u contra el Barcelona.
El ¡°?por qu¨¦? ?por qu¨¦?¡± con el que declam¨® contra la tragedia de su destino y, por ende, el de toda la humanidad, pasar¨¢ al canon de la literatura junto a los gritos de desesperada incomprensi¨®n del Aquiles de Homero, del Hamlet de Shakespeare, del Iv¨¢n Karamazov de Dostoievski, del rebelde existencialista de Albert Camus, del propio Jesucristo en la cruz.
Nadie que lo oy¨® lo olvidar¨¢.
¡°?Por qu¨¦? Yo no entiendo por qu¨¦¡±, rugi¨® Mourinho, desafiante y destrozado a la vez, dando voz a los sin voz, al misterio, a la crueldad y a la injusticia que nos asola a todos los mortales. Solo que aquellas palabras de Mourinho no morir¨¢n. Tampoco, como esperemos que comprendan los se?ores y se?oras de los Nobel, las del futbolista pero, ante todo, escritor Wayne Rooney.
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