Delante del rey de Suecia
Hay algo en Messi que me recuerda a Garrincha: la mirada blanda, la sonrisa amable, ese aire sobrenatural de despiste eterno
De su primer viaje a Suecia, embarcado en una gira promocional con el Botafogo, se llev¨® Garrincha a su primer hijo var¨®n, lo cual no es m¨¢s que un decir pues el ni?o naci¨® nueve meses despu¨¦s, como es natural, y no pisar¨ªa Brasil hasta 1985, cuando decidi¨® visitar la tumba de su padre. Su madre lo entreg¨® en adopci¨®n al poco de nacer, apenas capaz de cuidarse a ella misma, y hasta que cumpli¨® los ocho a?os no supo Ulf Lindberg qui¨¦n era en realidad. Hab¨ªa nacido con las piernas arqueadas, ten¨ªa la piel morena, el pelo negro, los ojos oscuros y los labios carnosos, como el ¨ªdolo de Pau Grande, y aunque no llegaron a conocerse en persona, se intercambiaban cartas con cierta frecuencia.
En su segundo viaje a la tierra de Greta Garbo, Ingrid Bergman, Pipi Calzaslargas y la posterior IKEA, esta vez formando parte de la selecci¨®n brasile?a que se alzar¨ªa con el campeonato del Mundo de 1958, decidi¨® Man¨¦ Garrincha conformarse con un bot¨ªn mucho m¨¢s prosaico as¨ª que una ma?ana se fue a unos grandes almacenes y compr¨® la radio m¨¢s moderna de cuantas le ofrecieron, una rareza futurista en comparaci¨®n a los modestos transistores que se ofertaban en Brasil. De regreso al hotel, se pase¨® por las habitaciones de sus compa?eros presumiendo de tan fenomenal compra hasta que uno de los masajistas, listo como el hambre, encendi¨® el aparato y comenz¨® a buscar emisoras en las diferentes frecuencias. ¡°Pero Man¨¦¡±, le dijo, ¡°esta radio solo habla sueco¡±. Contrariado por semejante descubrimiento, Garrincha le vendi¨® el cachivache por la mitad de lo que le hab¨ªa costado y de regreso a Brasil segu¨ªa presumiendo de haber timado al pobre masajista.
Sobre las visitas de Leo Messi a Suecia todav¨ªa no han trascendido tantos detalles, aunque yo no descarto que alg¨²n d¨ªa tengamos noticias sobre alguna disparatada aventura del argentino en el pa¨ªs escandinavo. En su d¨ªa circularon por la red unas fotograf¨ªas en las que el peque?o todocampista parec¨ªa salir un tanto mareado de un local de Gotemburgo, tras una peque?a gran fiesta con algunos compa?eros de equipo, pero sobre lo que all¨ª sucedi¨® nada se sabe salvo que Messi tiene algo de humano y que sus labios han rozado alguna vez el agua de fuego, lo cual no deja de ser una buena noticia en este mundo loco de batidos proteicos, cervezas isot¨®nicas y vermut sin alcohol.
Hay algo en Lionel que me recuerda a Man¨¦, o al menos al recuerdo de Man¨¦ que me he ido fabricando con el paso de los a?os a base de v¨ªdeos, cr¨®nicas y un poco de imaginaci¨®n: la mirada blanda, la sonrisa amable, ese aire sobrenatural de despiste eterno, su capacidad de hacer estallar estadios que otros apenas son capaces de silenciar¡ Por eso la referencia inicial a Suecia, la tierra que coron¨® a Garrincha como uno de los mejores jugadores del mundo y la que no tardar¨¢ en entregar un premio Nobel a Messi, especialmente ahora que la academia sueca ha comenzado a abrir la mano con respecto a lo que se puede, o no, considerar literatura.
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