La Real Sociedad amansa y supera con claridad al Atl¨¦tico
Los de Eusebio se imponen de forma merecida con dos penaltis claros convertidos por Vela y William Jos¨¦ en el segudo tiempo
El Atl¨¦tico se movi¨® y no sali¨® en la foto. M¨¢s que guerrero, como acostumbra, fue guerrista. Y no sali¨® en la foto. Se le vio de perfil, con algunas ojeras, lento de reflejos, como los animales dom¨¦sticos. No era el Atl¨¦tico. O no lo parec¨ªa. Su oponente, s¨ª. La Real era un salpicadero de peque?as ocasiones. Estaba claro que el campo era suyo y, sobre todo, que el bal¨®n era suyo, y quien pone el bal¨®n ya se sabe que juega siempre o no hay partido. Lo cogi¨® durante 20 minutos y lo movi¨® entre colegas con la sabidur¨ªa de Zurutuza y el tacto de Illarramendi. El Atl¨¦tico lo ol¨ªa, pero no lo atrapaba, lo ve¨ªa pasar, casi lo rozaba con la u?a del dedo gordo pero se le escapaba siempre como si fuera una pelota de rugby. Quiz¨¢s el equipo de Simeone, acaso cansado, acaso aturdido, entendi¨® que sufrir est¨¢ en su ADN y que de vez en cuando hay que hacerse una anal¨ªtica de sufrimiento colectivo. Y, a fin de cuentas, la Real Sociedad tampoco le pinchaba con rabia en la vena. Solo Carlos Vela le chupaba la sangre, primero con un jugad¨®n que Zurutuza remat¨® alto y luego con un disparo del mexicano m¨¢s intencionado que exitoso.
Pasados los 20 minutos, el Atl¨¦tico recuper¨® las constantes vitales. Su centro del campo parec¨ªa en ayunas, como se va a un an¨¢lisis de sangre. Ojeroso, cansado, rutinario como un lunes de oto?o, hasta que encontr¨® el bal¨®n y de paso a Griezmann, el mejor asistente de Gameiro que pudo marcar como quien se quita el esparadrapo tras la anal¨ªtica. Le asisti¨® Griezmann, se escap¨® como quien lava y remat¨® al poste. Fue casi el canto del cisne, aunque a¨²n tuvo tiempo Griezmann de asistir de nuevo a Carrasco que mir¨® al suelo en vez de a su alrededor y remat¨® fatal con Gameiro, a su costado, m¨¢s solo que el sol en el Sahara.
Hasta ah¨ª lleg¨® el Atl¨¦tico, mientras la Real retomaba el resuello, el tacto, la calma. Le faltaban las bandas, su habitual surtidor, temblorosos por lo que dejaban atr¨¢s sin se aventuraban en la selva, pero encontraban a Vela, h¨¢bil con el machete para cortar la hojarasca en el camino. Su velocidad y su tino con el bal¨®n le abr¨ªan senderos para acercarse a Oblak. Hasta que se anim¨® Yuri, un lateral voluptuoso que se aburre si solo defiende. Y en una de sus excursiones se encontr¨® con que Gabi le hizo un penalti cl¨¢sico: la inercia del que defiende ante el que le recorta. Al suelo y bal¨®n a la cal. Carlos Vela lo envi¨® a la red como quien echa un sobre al buz¨®n: despacio, medido, mirando al portero antes de que el portero le mire a ¨¦l.
Simeone sacrific¨® a Gameiro por el empuje de Torres y antes el empuje de Sa¨²l por el alboroto de Correa. Medidas urgentes para evitar la segunda derrota de la temporada. Y Correa llev¨® el alboroto... al otro ¨¢rea. A su ¨¢rea, cuando derrib¨® a Carlos Vela que hab¨ªa recogido un bal¨®n suelto. Otro penalti que esta vez transform¨® Willian Jos¨¦ enga?ando tambi¨¦n a Oblak.
La Real golpeaba al Atl¨¦tico cuando m¨¢s le dol¨ªa le herida. Cada vez que asomaba a nariz, le tiraba un alfiler. Y es que el Atl¨¦tico se mov¨ªa, pero como los ni?os nerviosos. Y as¨ª no hay quien salga en la foto. Y la Real parec¨ªa una familia hecha y derecha capaz de mantener el tipo por m¨¢s fogonazos que le lanzasen a los ojos. Zurutuza es su pulm¨®n y su gu¨ªa, capaz de engullir a Koke y a Gabi sin abrir demasiado la boca. ?Cansancio atl¨¦tico? Puede ser. ?Indiferencia? Imposible. Pero en Anoeta fragu¨® su segunda derrota de la temporada transmitiendo se?ales que afectan tanto a su intensidad como a su juego. M¨¢s a¨²n ante un rival en racha, que apuesta por la sencillez y que es tan o m¨¢s voluptuoso que ¨¦l. Cierto que la Real gan¨® de penalti, por dos veces, y que a bal¨®n corrido anduvo escaso de oportunidades. Pero los penaltis se hacen para evitar goles, normalmente. Que la mejor noticia del Atl¨¦tico durante muchos minutos fuera Savic habla poco en favor de sus compa?eros. Que el mejor de la Real, en muchos minutos del partido, fuera Carlos Vela, habla mucho de sus compa?eros, que le buscaron y le encontraron. Y el mexicano esta temporada s¨ª responde.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.