El Barcelona zarandea al Madrid

El Bar?a, ¨¢vido y plet¨®rico, estimulado m¨¢s que deprimido por su pelot¨®n de bajas, zarande¨® al Real Madrid extra?amente l¨¢nguido y desenfocado que deambul¨® por el Palau Blaugrana. Rice, Tomic, Perperoglou, Vezenkov, Oleson¡­ El Barcelona tuvo muchos l¨ªderes, muchos jugadores que aportaron acierto, garra y qu¨ªmica colectiva. Desequilibraron a la aterida defensa del Madrid, muy vulnerable y permisiva, falta de mayor firmeza en cada uno de los emparejamientos individuales y de conexi¨®n colectiva. Parad¨®jicamente el Madrid mitig¨® el castigo al que estaba siendo sometido (74-55) con un quinteto at¨ªpico, con Draper, Carroll, Maciulis, Hunter y Ay¨®n. Prioriz¨® su defensa, a pesar de que acumul¨® muchas faltas. Le sali¨® bien y rebaj¨® los 19 puntos de desventaja a siete, tras un parcial de 2-13, con triples de Draper y puntos de Hunter y Carroll.

El Madrid recuper¨® todas las opciones de luchar por la victoria, pero se le fueron con un triple fallado por Carroll y con dos tiros libres desperdiciados por Ay¨®n. Fue el canto del cisne. El Barcelona sell¨® un triunfo convincente, reparador para su maltrecha plantilla, con un quinteto de lujo en la enfermer¨ªa, el formado por Pau Ribas, Navarro, Claver, Doellman y Lawal. El triunfo fue un b¨¢lsamo para el equipo azulgrana, que endereza su complicado inicio de temporada e iguala al Madrid en la clasificaci¨®n de la Liga.

La versi¨®n del Madrid fue desacostumbrada. Estuvo siempre a remolque en el marcador, lleg¨® a cargar con una mochila de plomo, con desventajas de entre 15 y 19 puntos. Pablo Laso tom¨® nota. No se salv¨® nadie de su equipo titular. Y por eso acab¨® todo el tramo final con todos los que suelen salir desde el banquillo.

El partido en cuesti¨®n, adem¨¢s, se las tra¨ªa por el mermado contingente del que dispuso Bartzokas. Le faltaban los dos jugadores que ven¨ªan ocupando la posici¨®n de cuatro, Doellman y Claver. De manera que se trataba del d¨ªa menos indicado para que de Dorsey se saliera por la tangente. A menudo, juega su partido particular. Se pasa de vueltas. No mide los tiempos, ni su gestualidad corporal, ni los nervios, ni su desafiante locuacidad. De manera que puede cometer una falta en ataque nada m¨¢s entrar por Tomic, como as¨ª sucedi¨®, y acto seguido dedicarles un par de lindezas a los ¨¢rbitros, como tambi¨¦n pas¨®. En esos casos se convierte en un elemento tan incontrolable para el rival, por su capacidad para desequilibrar cerca del aro, como para su entrenador.

Salvando las distancias y por motivos muy diferentes, Ay¨®n le cre¨® problemas similares al Madrid. Tard¨® poco m¨¢s de cuatro minutos en cometer dos faltas personales en su intento de frenar a Tomic. El p¨ªvot croata cre¨® much¨ªsimos problemas a los interiores del Madrid. Hunter tambi¨¦n se las vio y se las dese¨® en su marca. Y Ay¨®n acab¨® pagando su excesivo ardor con la eliminaci¨®n por cinco faltas.

Bartzokas opt¨® por un quinteto at¨ªpico. Incluy¨® a Eriksson y prescindi¨® de Perperoglou. Y dio cabida a Vezenkov, en este caso, como relevo natural de los ausentes Doellman y Claver. El Barcelona tard¨® en ajustar en defensa. Pero el Madrid no lo aprovech¨®. El equipo de Laso solo anot¨® tres puntos, un triple de Llull, en los cuatro primeros minutos. El propio Llull, Randolph y Rudy fallaron triples a pesar de que estaban liberados debido a la mala sincronizaci¨®n de la defensa del Barcelona. Los relevos acentuaron la superioridad azulgrana.

Perperoglou supuso otro factor desequilibrante. Taylor no pudo con ¨¦l, aunque le dio la r¨¦plica en ataque. Koponen no realiz¨® grandes alardes, pero engrasa las transiciones y las circulaciones de bal¨®n de su equipo, aunque perdi¨® pie en los momentos m¨¢s cr¨ªticos del ¨²ltimo cuarto. Draper, saltando a una pierna, y Nocioni, desequilibrado y con Vezenkov encima, anotaron un par de canastas inveros¨ªmiles. Pero al Madrid le acab¨® pasando lo mismo que al Barcelona al principio. Con la diferencia de que cuando eso sucedi¨®, el ataque del Barcelona fue implacable, con Rice, Tomic, Perperoglou, Oleson¡­ Se fractur¨® el marcador, con 16 puntos, un 49-33 al descanso y un caudaloso r¨¦dito anotador del Barcelona, rara vez visto en lo que va de temporada. Mantuvo las constantes y salv¨® el bache que propici¨® el quinteto m¨¢s at¨ªpico del Madrid, con Llull, Rudy, Randolph y compa?¨ªa observando los acontecimientos desde el banquillo, con gesto desolado, el que merec¨ªa la mala pinta que brind¨® su equipo.