El Celta brega para remontar a un Valencia sin pegada
El equipo de Berizzo se sobrepone a las ausencias para derrotar a un rival mejorado que no supo aprovechar ni su ventaja inicial ni los minutos en los que fue superior
Con notables ausencias, aparcadas muchas de sus caracter¨ªsticas y tras sufrir durante bastantes pasajes del partido, el Celta super¨® al Valencia y consolida su posici¨®n entre el grupo de equipos que se despega de la cola de la clasificaci¨®n y opta a asentarse en puestos europeos. Ha dado un paso adelante el equipo de Berizzo tras un mal inicio de temporada que le tuvo en la retaguardia de la tabla. Ah¨ª comenz¨® tambi¨¦n el Valencia y ah¨ª sigue. Cambi¨® de caballo en mitad del r¨ªo y ah¨ª sigue tratando de salir a flote.
El partido comenz¨® trabado porque el esfuerzo se impuso al talento. El Valencia, que no deja de conceder al menos un gol por partido, ya no es el equipo vulnerable y tembloroso de anta?o. Se ha ordenado y adquirido un car¨¢cter bregador que le convierte en un hueso, un valor necesario para un equipo necesitado de tomar un rumbo y seguir tras ¨¦l. Al Celta le cost¨® encontrarle v¨ªas de acceso. Suele hacerlo el equipo de Berizzo a partir del f¨²tbol, de la presi¨®n y el toque. Esta vez creci¨® desde el coraje. Hubo un momento, mediado el primer tiempo, en el que el Celta se preocup¨® m¨¢s por el ¨¢rbitro que por el partido. Mal asunto si no se canaliza correctamente esa pulsi¨®n y m¨¢s si se acompa?a de un gol en contra, pero el caso es que el Celta se activ¨® con el barullo y empez¨® a emparejar un partido que controlaba el Valencia. Al final se lo llev¨®.
Prandelli y sus chicos vivieron con cierta comodidad ese inicio. Se asent¨® el Valencia y sin prisa empez¨® a tejer y a ponerle mecha a la dinamita que tiene de medio campo en adelante. Maniat¨® al Celta, que guard¨® ausencias, las de Hugo Mallo, Cabral y Sergi G¨®mez atr¨¢s; la de Orellana, delante. No es poca cosa. Le faltaron luces al Celta, pero le ilumin¨® la gresca. Ocurri¨® que Guidetti pidi¨® un penalti por un leve empuj¨®n de Garay y el ¨¢rbitro Clos G¨®mez resolvi¨® tarjeta amarilla para el sueco, que mientras Bala¨ªdos diger¨ªa esa decisi¨®n lleg¨® un penalti, que s¨ª fue y as¨ª se se?al¨®, de David Costas a Rodrigo, dos amonestaciones m¨¢s, un corrillo de protestas, el gol de Parejo desde el punto fat¨ªdico que adelant¨® al Valencia y una acci¨®n de ataque local con una mano al borde del ¨¢rea que se fue al limbo. Todo sin apenas soluci¨®n de continuidad para sobreexcitar a afici¨®n, banquillo, jugadores y grader¨ªo.
El Celta se sinti¨® agraviado y en esa tesitura se quit¨® el cors¨¦. Se lo desat¨® Roncaglia, un central que oper¨® como lateral derecho con las limitaciones propias de quien no tiene querencia a trabajar en un radio de ochenta metros. Pero una acci¨®n de ataque le hall¨® en el ¨¢rea rival para controlar la pelota ante tres rivales, encontrar un espacio como si fuese un habilidoso mediapunta y colocar de zurda en el palo opuesto para empatar el partido.
Pareci¨® ah¨ª que el Celta estaba en condiciones de buscar el partido. Para su desgracia lleg¨® el descanso y calm¨® la situaci¨®n cuando el partido se le hab¨ªa puesto al equipo de Berizzo para encontrarlo desde la excitaci¨®n. A la vuelta de la pausa el Valencia le tuvo contra las cuerdas. Se descosi¨® el Celta y mereci¨® regresar a la desventaja. Le falt¨® resoluci¨®n al Valencia, tuvo su momento y lo dej¨® pasar. Y con el error ante la porter¨ªa llam¨® de nuevo al mejor Celta, que volvi¨® a crecer justo cuando salt¨® al campo Marcelo D¨ªaz y le dio aliento. El mediocentro titular de la selecci¨®n chilena, que no acaba de encontrar la continuidad por las lesiones, le dio pulso a sus compa?eros, rest¨® y recorri¨®, activ¨® dos acciones claras para que marcase Guidetti. La primera la sac¨® Diego Alves a c¨®rner, la segunda la remat¨® en plancha el delantero a la red con un testarazo. Esta vez titular, tantas veces suplente, nunca quejoso en p¨²blico por las decisiones de su t¨¦cnico, el joven punta sueco siempre le ofrece un valor diferencial al equipo cuando dispone de minutos.
Toc¨® entonces la corneta el Valencia. Salieron de inmediato al campo Santi Mina y Munir. Tan pausado y correcto como estuvo durante tantos minutos, el equipo che se vio vecino a una derrota en la que no hab¨ªa pensado. Todas las respuestas que hab¨ªa tenido antes para solucionar los problemas que le plante¨® el Celta desaparecieron entonces cuando llegaron la prisa y el apuro. Se le fue la vida al Valencia, que mejora, pero no suma. Es feo verse abajo en la tabla y m¨¢s para un equipo tan grande y con tanta expectativa, pero quiz¨¢s le venga mejor olvidar en lo posible la clasificaci¨®n y centrarse en desarrollar un proyecto. Ahora toca el de Prandelli que no parece tener malos cimientos. Si alguien tiene dudas sobre el valor de la paciencia en el f¨²tbol puede preguntarle al Celta.
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