Messi baila en el Celtic Park y da la victoria al Barcelona

Apareci¨® Messi salido de la cama y se encendi¨® la luz en el Bar?a. El 10 juega tan bien con el fr¨ªo de Glasgow que con el calor del Camp Nou, le suena igual el You'll never walk alone en el Celtic Park que en Anfield, m¨¢ximo artillero de la Champions: nueve goles en 10 tiros ¡ª100 a nivel internacional¡ª, dos ayer en el Paradise. El argentino fue un jugador total: camin¨®, corri¨®, aceler¨®, marc¨®, asisti¨® y desestabiliz¨® al Celtic. El protagonismo de Leo es ¨²ltimamente tan absoluto que cuestiona no solo el f¨²tbol del contrario sino del propio Barcelona.

Messi fue insensible a la liturgia del Celtic Park. La coreograf¨ªa es ¨²nica, la hinchada canta como ninguna y los jugadores se baten como jabatos al son del tambor de Brown. El rugido no facilita precisamente la concentraci¨®n, descentra tanto que incluso a Messi le cost¨® afinar el remate en un pase picado precioso de Busquets, un disparo que no acostumbra a errar el 10. Ya no perdon¨® cuando le habilit¨® Neymar.

Los azulgrana jugaron con un aplomo desde que salieron a la cancha, fueron especialmente serios y pacientes, confiados en la f¨®rmula del tridente, solvente en la Champions: 13 de 16 tantos, y sobre todo en Messi. Las llegadas del Bar?a eran tan selectivas como disuasorias para los escoceses, m¨¢s bravos que certeros, reducidos por una defensa bien puesta por Piqu¨¦ y Mascherano. No aparec¨ªa Demb¨¦l¨¦ y no se activaban los extremos del Celtic.

Los muchachos de Rodgers atacan relativamente bien y defienden mal, de manera que el plan de Luis Enrique pasaba por jugar cerca del ¨¢rea de Gordon. Y las oportunidades se sucedieron con frecuencia hasta que Messi emboc¨® con la zurda un bal¨®n tocado por Neymar despu¨¦s de una larga posesi¨®n del Bar?a. La asociaci¨®n del argentino con el brasile?o y las salidas de Alba desmontaron al Celtic. A los barcelonistas solamente les falt¨® contundencia para cerrar el partido antes del descanso en el Celtic Park.

La fe ciega del l¨ªder escoc¨¦s, espl¨¦ndido en su despliegue f¨ªsico, contrastaba con el juego l¨²cido de Messi. El 10 reapareci¨® con una actuaci¨®n delicada y solemne, excelente en el puesto de delantero centro o en el de extremo, como se advirti¨® en un pase precioso para Luis Su¨¢rez, cuyo tiro repeli¨® de forma extraordinaria la mano de Gordon. Aunque no es Jimmy Johnstone, Messi pone unos centros estupendos para Su¨¢rez, Neymar y Rakitic.

No hace falta jugar muy bien para derrotar al Celtic. Alcanza con contener, ni que sea con faltas t¨¢cticas en los repliegues, y enfilar, tarea sencilla si se cuenta con tres delanteros como los del Barcelona y uno se llama Messi. Acaso a los azulgrana les falt¨® controlar m¨¢s el partido, entregados una nueva jornada al ir y venir, al intercambio de golpes, una propuesta peligrosa cuando en el bando contrario figura una fuerza de la naturaleza como Demb¨¦l¨¦.

El Celtic apret¨® los dientes en la reanudaci¨®n y los azulgrana perdieron el sitio, excesivamente t¨ªmidos, nada finos, err¨¢ticos, especialmente desde el costado de Sergi Roberto. Tuvo suerte Ter Stegen porque el Celtic perdon¨® dos remates sencillos, uno del potente Demb¨¦l¨¦. El arrebato local dur¨® hasta que Messi puso el 0-2 en un penalti provocado por Su¨¢rez, que gan¨® en el cuerpo a cuerpo a Izaguirre despu¨¦s de un pase del rehabilitado Sergi Roberto.

El encuentro deriv¨® entonces en una guerrilla de Neymar contra el Celtic Park. Luis Enrique acab¨® por cambiar al brasile?o despu¨¦s de tomar una tarjeta que le impedir¨¢ jugar contra el Borussia. Tambi¨¦n busc¨® la amonestaci¨®n y la consigui¨® Rakitic. La rueda de cambios, que permiti¨® el debut de Marlon y fue previsible si se atiende a que el Barcelona visita el domingo Anoeta, ayud¨® tambi¨¦n a consumir el partido sin m¨¢s sobresalto que las apariciones de Messi. El 10 le dio un gol hecho que Luis Su¨¢rez malogr¨® con un disparo al poste derecho de Gordon. Los titulares azulgrana ¡ªsolo falt¨® Iniesta¡ª ya hab¨ªan sellado el pase a los octavos de final de la Champions ante un Celtic intenso y tambi¨¦n desbravado, sin energ¨ªa ni agresividad, rendido igualmente a Messi. A fin de cuentas ni siquiera hubo partido sino que en el Paradise solo cant¨® y bail¨® el solista Messi.