Mucho grito y poco f¨²tbol entre Granada y Osasuna
El empate no sirve a ninguno en un partido dominado por el alboroto general
Tan cr¨ªtico es el estado del Granada y el Osasuna que el partido parec¨ªa una operaci¨®n a coraz¨®n abierto. Un caos, si se prefiere, un alboroto constante en la grada y en el c¨¦sped. P¨²blico, ¨¢rbitro y jugadores metidos en un atasco haciendo sonar el claxon, gritando. Pocas veces se ven tantas circunstancias en las que seis, siete, ocho futbolistas disputan el bal¨®n que rebota asustado en aquel jaleo de piernas. ?Anda jaleo, jaleo!, falt¨® cantar en el Nuevo Estadio de los C¨¢rmenes donde reinaba el fr¨ªo m¨¢s que el f¨²tbol.
Y todo para nada, todo para que todo siga igual, los dos ah¨ª abajo, con un punto m¨¢s en el casillero y una esperanza menos. Un gol para cada uno y el mismo cuchill0 clavado en el mismo costado. Falta una vuelta entera y un partido pero a Granada y Osasuna se les acaba el aliento. 10 y 9 puntos, respectivamente, con 18 jornadas disputadas le nublan la vista a cualquiera. Osasuna lo tuvo mejor que su rival. Primero porque ten¨ªa m¨¢s claro lo que quer¨ªa hacer: contragolpear con la velocidad de Berenguer y Clerc y entorpecer al Granada con la acumulaci¨®n de faltitas que le permitieran no defender nunca en inferioridad. Y lo consigui¨® en tres cuartas partes del partido. Segundo porque se adelant¨® muy pronto en el marcador con un gol de Oriol Riera, t¨ªpico de un delantero voraz. Luego hizo otro, bell¨ªsimo, de cabeza, anulado por un fuera de juego milim¨¦trico. Tercero, porque el gol desquici¨® al Granada, incapaz de llegar al ¨¢rea con peligro, obsesionado con jugar solo por la izquierda, la banda de los franceses, Boga y Tabanou, uno r¨¢pido, otro veloz, pero ambos err¨¢ticos.
Pero a Osasuna le pudo el alboroto de Granada. Foulquier, un lateral, fue el impulsor del cambio. Dio un paso adelante, dos, cinco, siete y enred¨® a Osasuna en una defensa casi numantina. El ¨ªmpetu dio su fruto, aunque el Granada necesitase tres disparos en la misma jugada para batir a Mario. Ponce remat¨® al poste, Bueno contra el cuerpo del portero y, por fin, Kravets mand¨® el bal¨®n a la red, tambi¨¦n en posici¨®n dudosa. Dos remates de Berenguer, el mas bullicioso Osasuna hab¨ªan metido el miedo en el cuerpo del conjunto andaluz. Pero si el granada se hab¨ªa encomendado a la Virgen de los Desamparados, Uche le apag¨® la vela de un soplido, m¨¢s concretamente, de un manotazo y patada a Sergio Le¨®n con el bal¨®n en otra parte. La ¨¦pica alcanzaba la m¨¢xima temperatura. Y volvi¨® el jaleo, y un jugad¨®n de Pereira, y un disparo del osasunista Rivi¨¨re, entre aquel alboroto de sensaciones m¨¢s que de ocasiones, de batalla en campo abierto m¨¢s que de estrategias o jugadas. Y ya en el descuento se fue a la ducha Ponce por un codazo a Oier. Y pitos. Y silbidos. Quedaba una vuelta entera, pero parec¨ªa que no quedaba nada. Y pudo ganar cualquiera. Quiz¨¢s, por eso, no gan¨° nadie y nadie se fue contento.
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